Paloma Gamarra
El galardón busca fomentar la excelencia entre los jóvenes abogados de nuestro país e incentivar los conocimientos jurídicos de quienes se incorporan por primera vez al ejercicio de la abogacía
Riojano, amante de las leyes y el estudio y, además, uno de los galardonados con el Premio Jóvenes Abogados “Antonio Hernández-Gil” de Nueva Mutua Sanitaria. El egresado de los grados de derecho y criminología y máster en Acceso a la Abogacía por UNIR José María Astarloa habla con Vive UNIR sobre cómo encajó la noticia de ser uno de los diecisiete jóvenes abogados galardonados en la primera edición de estos premios, la importancia que le concede a la educación continua y sus planes de futuro.
– ¿Qué te llevó a presentarte al premio? ¿Qué sentiste cuando te proclamaron el ganador de La Rioja?
La comunicación me llego a través del Colegio. Me pareció interesante y me inscribí. Cuando me llamaron desde Nueva Mutua Sanitaria para comunicarme que me habían concedido el galardón del I Premio Jóvenes Abogados Miguel Hernández-Gil no daba crédito, primero sentí perplejidad y después una enorme alegría (que aún me dura).
Posteriormente, cuando me felicitaron desde el Ilustre Colegio de Abogados de La Rioja por el premio, pude confirmar que no se trataba de una ensoñación. Muy satisfecho y agradecido por el reconocimiento.
– ¿Qué te ha aportado este premio a nivel personal y profesional?
Ha supuesto una gran satisfacción personal y profesional. El reconocimiento al esfuerzo y al trabajo es, en sí mismo, una recompensa. Hay que enfatizar el valor del I Premio Antonio Hernández-Gil porque honra la perseverancia y el coraje.
Tanto la organizadora, Nueva Mutua Sanitaria, como los colaboradores, entre ellos el Ilustre Colegio de Abogados de La Rioja, han puesto de relevancia, con este galardón, que incentivar la excelencia académica no solo resulta positivo para el galardonado, sino que redunda en beneficio de toda la sociedad al promover las cualidades y aptitudes positivas inherentes a la misma, como el esfuerzo, el tesón y el espíritu de sacrificio.
El alumno José María Astarloa, en un momento de la Jura como letrado que se celebró en el Palacio de Justicia de La Rioja
– ¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
El Derecho es un área del conocimiento fascinante. La Criminología, una ciencia autónoma que puede abordarse como especialización del Derecho penal, su conexión es directa, y su utilidad y aplicación social, sobre todo en materia preventiva, es incuestionable. Aunque lamentablemente aún está por explotarse todo su potencial, tanto desde la esfera privada como desde el ámbito las Administraciones públicas.
Desde una perspectiva práctica, el ejercicio profesional de la Abogacía, como profesión liberal, reporta muchas satisfacciones personales. Resulta estimulante defender los derechos
individuales y colectivos de las personas físicas y jurídicas, participar de la acción de la Justicia, garantizar la asistencia letrada que reconoce la Constitución española y poner, en suma, nuestros conocimientos al servicio del Estado de Derecho.
– Egresado del grado de criminología y derecho UNIR, ¿cómo valoras la formación continua en tu profesión?
Personalmente estoy a favor de la formación continua y la especialización. Es una de las obligaciones (y necesidades) básicas del Abogado. Siempre había sido una recomendación ineludible y una obligación vinculada a la buena praxis y a la diligencia debida, pero tras la reforma del Estatuto de la Abogacía es una obligación legal especifica de los profesionales de la Abogacía. Así lo dispone el art. 63 del Real Decreto 135/2021, de 2 de marzo, por el que se aprueba el Estatuto General de la Abogacía. Este precepto concede el derecho e impone el deber de seguir una formación continuada a los Abogados, del mismo modo que confiere la potestad de organizar los cursos a los Colegios Profesionales.
– ¿Por qué elegiste la formación online y qué beneficios destacarías?
Por su flexibilidad y facilidad para la conciliación de la vida familiar, laboral y social. Poder estudiar, a tu ritmo, desde cualquier lugar y a cualquier hora, sin limitaciones espacio temporales, compatibilizándolo con el trabajo y el resto de los compromisos y actividades del día a día, es una enorme ventaja respecto del modelo de estudio tradicional previo a la irrupción de las TICs. De hecho, el escenario pandémico ha venido a confirmar que el modelo online propuesto por la Universidad Internacional de La Rioja es el presente de la educación.
Telestudio, teletrabajo, digitalización y contextos virtuales son una realidad que los alumnos UNIR conocemos en profundidad. Por eso la situación precipitada por la pandemia no nos ha pillado desprevenidos.
JM Astarloa recoge el diploma de manos del secretario del Ilustre Colegio de Abogados de La Rioja (ICAR), Ignacio Barriobero.
– Próximos retos, ¿cómo te ves dentro de cinco años?
A nivel educativo, actualmente busco la especialización en Protección de Datos, Corporate Compliance y Ciberdelincuencia, pero en un futuro próximo me gustaría continuar mi formación
académica dentro del área de las ciencias jurídicas y de la conducta, completando mi curriculum con un doctorado en Derecho penal y Criminología.
A título profesional, mis planes incluyen la asociación y colaboración con otros profesionales y la expansión de mi negocio con la apertura de nuevos despachos con sede en distintas ciudades españolas, como Madrid o Alicante, sin descartar la proyección internacional
