Brillante, tenaz y humilde. La estudiante de derecho Maite Cerezo Logroño consigue todo lo que se propone. ¿Lo último? Ser galardonada con una beca durante la XVIII edición del Premio Jóvenes Juristas
“Mi sueño siempre ha sido tener una carrera brillante, tanto académica como profesional, para llegar a trabajar en un despacho como Garrigues”, confiesa Maite Cerezo Logroño. Estudiante del Grado de Derecho de UNIR, la joven ha sido una de los 30 universitarios seleccionados para participar en el XVIII edición del Premio Jóvenes Juristas que organiza el prestigioso bufete con el que sueña. Una cita anual en la que los abogados más prometedores del futuro de la abogacía litigan por ganar. Ella no ha sido finalista, pero ha vencido. “He sido galardonada con una beca para cursar el máster de acceso a la abogacía. Estoy enormemente orgullosa de haber llegado hasta aquí”.
Con las ideas claras, un gran afán de superación y el objetivo definido desde que en tercero de carrera reparó en este premio, la alumna no dudó en apuntarse a la última convocatoria que define como “muy dura y maravillosa”. Cinco horas de prueba escrita en la que la concentración es la mejor aliada. “En ciertos momentos levantaba la cabeza de mi examen y me agobiaba ver lo concentrados que estaban mis compañeros porque todos era muy disciplinados. Eran brillantes”, confiesa Cerezo.
Pero lejos de amilanarse, Maite se hizo fuerte. “Yo también me había esforzado muchísimo para sacar una media de sobresaliente en mi expediente, por lo que tenía confianza en mí misma para superar las pruebas. Estaba convencida que me había ganado mi plaza de estar allí”.
Maite Cerezo admira a Antonio Garrigues y a muchos de sus profesores, “especialmente, mi profesora de Derecho internacional tanto público como privado, Mª del Ángel Iglesias, quien me brindó la oportunidad de conocer el mundo internacional. Gracia a ella me presenté al International Moot Court, una de las mejores experiencias de mi vida”.
No cabe duda que la alumna de UNIR, además de tener un currículum brillante, cuenta con un gran tesón. Durante semanas repasó y estudió todos los aspectos importantes de las diferentes materias del Derecho de Empresa: mercantil, laboral, tributario, civil y administrativo. Además de consultar los apuntes de las diferentes asignaturas para enfrentarse a un caso muy complejo para el que reconoce le faltó tiempo de preparación para superar la primera prueba.
Algo normal si tenemos en cuenta que Maite trabaja durante ocho horas en una asesoría. Responsabilidad que ha compaginado durante años con sus estudios de derecho. “Tras terminar el Grado en relaciones laborales y recursos humanos me di cuenta que la rama laboral no me llenaba completamente, por lo que me plantee estudiar Derecho. Fue cuando descubrí la Universidad perfecta para mí: la UNIR”, explica la joven sobre la primera toma de contacto con la Universidad.
Yo también me había esforzado muchísimo para sacar una media de sobresaliente en mi expediente, por lo que tenía confianza en mí misma para superar las pruebas. Estaba convencida que me había ganado mi plaza de estar allí, confiesa la alumna de UNIR sobre su participación en el XVIII edición del Premio Jóvenes Juristas.
Cuatro años después y tras su participación en el Premio Jóvenes Juristas, esta joven abogada se ha marcado un nuevo reto: “llegar a lo más alto en el mundo del derecho”. ¿Su modelo a seguir? En concreto ninguno, aunque reconoce sentir admiración por Antonio Garrigues y muchos de sus profesores de carrera, “especialmente, mi profesora de Derecho internacional tanto público como privado, Mª del Ángel Iglesias, quien me brindó la oportunidad de conocer el mundo internacional. Gracia a ella me presenté al International Moot Court, una de las mejores experiencias de mi vida”.
Sin duda, la de UNIR ha sido una de las muchas vivencias que encontrará en el camino a su sueño: la abogacía.
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