Cinco alumnos del Máster Universitario en el Ejercicio de la Abogacía vencen como parte querellante en este evento organizado por Thomson Reuters y la Escuela de Técnica Jurídica
Se dice que del dicho al hecho hay mucho trecho. También, en ocasiones, de la teoría a la práctica. Pero cinco alumnos del Máster Universitario en el Ejercicio de la Abogacía de UNIR han tenido oportunidad de acortar tal distancia y, por un día, enfundarse una toga para saber de primera mano cuál es la labor propia de un abogado profesional. Se trata de Paula Cisneros, Paola Proaño, Ángel Muñoz, Paula Porte y Carlos Román, los orgullosos integrantes del flamante equipo de UNIR que ha ganado el I Certamen Universitario de Actuaciones en Sala de Thomson Reuters, junto a otro equipo de la Universidad da Coruña.
El encuentro, organizado en colaboración con la Escuela de Técnica Jurídica, ha contado con la participación de más de una decena de universidades españolas, cuyos equipos se han enfrentado entre sí como parte querellante o querellada para abordar un mismo caso de temática Compliance, de máxima actualidad.
La modalidad de actuación en sala, de gran tradición y prestigio en los países anglosajones, constituye un importante instrumento de aprendizaje en el que se integra la esencia de la abogacía y se valora el análisis riguroso del conflicto, el enfoque pragmático, la preparación escrita y la argumentación oral. Además, el trabajo en equipo estimula el desarrollo de las competencias personales y profesionales de sus integrantes: la atención al detalle, el trabajo en equipo, la iniciativa personal, la redacción sucinta y la comunicación oral breve y persuasiva.
Los integrantes de la Universidad Internacional de La Rioja tuvieron que actuar como acusadores y defender sus tesis en una sala ante jueces y abogados españoles con experiencia y en activo. Para ello, contaron con la inestimable ayuda de Alfonso Reclusa, profesor del Máster Universitario en el Ejercicio de la Abogacía y director del Experto Universitario en Compliance, y del despacho de abogados Eversheds Nicea. Juntos les aconsejaron sobre la mejor forma de afrontar el caso y poner de manifiesto lo aprendido en UNIR. Una tarea que, a priori, se antojaba harto más complicada por la imposibilidad de coincidir presencialmente para prepararlo. Pero las posibilidades online suplieron con creces esta carencia y el resultado fue el mejor posible.
“Los integrantes del equipo no nos conocíamos entre nosotros, preparamos todo a distancia puesto que cada uno éramos de una ciudad distinta y fue el día del certamen cuando nos conocimos”, explica la zaragozana Paula Cisneros, que cursa el último semestre del Máster de La Universidad Internacional de La Rioja. Título que, a su juicio “proporciona una visión más práctica, especialmente las prácticas profesionales en despachos de abogados, que permiten conocer de primera mano el mundo de la abogacía”.
“La clave del éxito fue la preparación, organización, coordinación, reparto de tareas y varios skypes hasta la una de la madrugada algunos días”, resume Paula Porte, madrileña que estudió el título de UNIR en el curso 2016-2017 y que, tras presentarse en febrero al examen de acceso a la abogacía, actualmente trabaja como letrada en una empresa. Junto con el sevillano Carlos Román Jarana, no se lo pensaron dos veces a la hora de aceptar la propuesta de participar en “una oportunidad que no podíamos dejar escapar”.
El impulso de una buena amiga fue todo lo que necesitó Paola para animarse cuando recibió la propuesta por parte de su tutora. “Me pareció una idea genial pero no estaba segura por la falta de tiempo y el no ser competitiva, pero mi amiga me dijo que no tenía nada que perder”, admite. Y sí mucho que ganar. Primero, la oportunidad de vivir un caso de cerca, estar en una sala judicial participando “activamente” y “experimentar cómo será mi vida profesional en un futuro, no muy lejano espero”. Y segundo, gracias a este reto, “saber que no me equivoqué al estudiar Derecho” y obtener como premio, al igual que el resto de sus compañeros, un curso e-learning de Thomson Reuters para formarse como Compliance Officer.
Exitoso enfoque del caso
Toda una oportunidad de incrementar los conocimientos que ya tuvieron oportunidad de lucir durante el certamen. En él se les planteó el caso de una Sociedad Anónima que contaba con unos programas de compliance perfectos, de manual y que, aparentemente, se cumplían a la perfección. “Sin embargo”, explica Paola Proaño, “se cometían ciertas infracciones que demostraban que no había un cumplimiento real de estas normas de compliance”. Por tanto, su papel consistió en acusar a dicha empresa y demostrar cómo, detrás de toda persona jurídica, “hay una física que realiza estos actos en beneficio y provecho de la mercantil que administre, puesto que desde la entrada en vigor del artículo 31 bis del Código Penal las personas jurídicas pueden resultar imputables sin que se impute necesariamente a la persona física que lo administra”.
Una vez que el equipo presentara el escrito de acusación, este se remitió a la universidad defensora. “Posteriormente se nos hizo llegar su escrito y con él preparamos la actuación en sala”, añade Paula Cisneros. El día fijado todo se desarrolló como si de una vista oral real se tratara. “Empezamos nosotros por ser la parte que acusaba, expusimos nuestros motivos y pedimos la condena oportuna. Tras ello, la parte acusada defendió su posición y el tribunal valoró cómo nos habían visto, fallos, aciertos, etc.”, añade Paula Porte.
Las razones del éxito las expone Alfonso Reclusa, director del Experto Universitario en Compliance. “El mérito principal, según expuso el propio tribunal, estuvo en el enfoque del caso; nuestro equipo no se limitó a establecer cuáles son las vías jurídicas por las que se debía atribuir a la persona jurídica la responsabilidad penal por el delito de información privilegiada cometido por un importante directivo y miembro del consejo de administración”, razona. “Nuestros alumnos analizaron ocho sentencias existentes hasta la fecha sobre esta materia y lo hicieron con gran nivel; sin embargo, el gran acierto estuvo en que no se cegaron por el atractivo de esta novedad legislativa, sino que además también se centraron en demostrar la concurrencia de todos los elementos de tipo penal del delito de información privilegiada subyacente y la autoría de la persona física o natural”, recalca.
En opinión del docente de UNIR, y con el bagaje que proporciona su perspectiva como abogado penalista en ejercicio, “el nivel ha sido extraordinariamente alto”, si bien considera que los alumnos de UNIR “no han tocado su techo y si continúan esta senda de trabajo les auguro muchos e importantes éxitos profesionales en el ejercicio de la abogacía”.
Un prometedor futuro que los protagonistas confían en que se cumpla y, para el cual, esta experiencia constituye un paso importante “porque proporciona herramientas para tu labor futura, ha sido muy interesante, tanto académica y profesional como humanamente”, admite Paula Cisneros. De “gratificante” la califica Carlos Román y de “muy enriquecedora” Paula Porte. Aunque con alguna experiencia de simulación de juicios durante la carrera, nunca los había desarrollado “de manera tan real, desde que nos poníamos la toga aquello se convertía en una sala de vistas de cualquier tribunal”, constata.
Más ediciones
El afán de todos ellos por realizar un papel “perfecto y desvirtuar la posición del contrario con buenos argumentos y retórica” convirtió el certamen en “una de las experiencias más positivas de mi formación, que además ha coincidido con mi culminación de los estudios universitarios”. Y Paola Proaño confía en que este certamen tipo ‘Mood Court’ “no sea la primera y última vez que lo hagan”.
Así lo desea también Lola Arranz, directora del Máster Universitario en el Ejercicio de la Abogacía. “Desde UNIR apostaremos por este tipo de formación, es esencial que los alumnos de este título cuenten con oportunidades como esta. Nos prepararemos para continuar participando en los siguientes certámenes que organicen”, confirma.
Y es que, en su opinión, “se trata de una herramienta extraordinaria para que los alumnos que pretenden incorporarse al mundo profesional de la abogacía cierren su periodo formativo con una experiencia tan cercana a la realidad práctica; a su vez, no es sino una forma de premiar el esfuerzo que han realizado permitiéndoles demostrar sus conocimientos”. “Con este tipo de iniciativas fomentamos la formación de nuestros futuros abogados”, concluye Jaime Sobejano, coordinador del área de Postgrados Jurídicos de UNIR.