Pilar Hidalgo
El estudiante del Máster en Estudios Avanzados en Teatro, Tony Casla, ha realizado una adaptación para la dramaturgia del personaje que popularizó Bizet, que se estrenará en marzo en teatros de Barcelona
‘Carmen’ es un mito de la literatura universal. La adaptación de este personaje que Bizet hizo para la ópera lo dio a conocer a escala mundial. Pero ese éxito rotundo se basó en una breve novela romántica que salió de la imaginación de un más desconocido Prosper Mérimée.
Antonio Castro Lappi, conocido en el mundo de la escena como Tony Casla, se fijó en el texto de Mérimée para poner su broche al Máster en Estudios Avanzados de Teatro de UNIR. Su brillante Trabajo de Fin de Máster (TFM), que mereció una calificación de 9, realiza una adaptación de la dramaturgia de la novela del escritor francés y trae al presente a la icónica Carmen.
La protagonista es ahora una chica corriente, cantante y amante de los ritmos provenientes del trap. Una joven que podría residir en una ciudad o barrio periférico de cualquier gran ciudad de España. A esta Carmen del siglo XXI la caracterizan su fuerza, resiliencia y su espíritu libre. No en vano, la consideran una femme fatal por tratar a los hombres como ellos se comportan con las mujeres.
La ‘Carmen’ del estudiante de UNIR se estrenará en marzo de 2020. Y lo hará con siete representaciones que ya están cerradas por la provincia de Barcelona. La primera tendrá lugar el 1 de marzo de 2020 en el Teatre Kaddish de El Prat de Llobregat y las seis funciones restantes se sucederán entre el 11 y el 15 de marzo en el Teatre Eòlia de la Ciudad Condal.
“Nos hace una ilusión tremenda poder estrenar el espectáculo, no solo por poner sobre las tablas a este gran personaje, tan actual después de doscientos años; sino también para reivindicar los papeles femeninos protagonistas y para visibilizar las relaciones tóxicas que acaban convirtiéndose, desgraciadamente, en violencia de género”, afirma Casla.
El dossier del espectáculo
Este estreno llega tras un largo camino, cuyos primeros pasos Casla emprendió cuando se matriculó en el postgrado de UNIR. “Gracias al TFM y a lo que la investigación ha supuesto, se ha podido elaborar un dossier para un futuro espectáculo”, señala. Un texto dramático y una documentación que han logrado convencer y materializarse en su estreno.
“El Máster en Estudios Avanzados de Teatro me ha aportado nueva información y documentación”, sintetiza Casla. “Me ha hecho descubrir, por ejemplo, que la semiótica teatral me apasiona. He descubierto autores cuya existencia desconocía y he comprendido mejor el porqué de un cambio de pensamiento a otro, en cuestiones de estética teatral”, desgrana. Pero, sobre todo, destaca que “he conocido a grandes profesionales que aman el teatro desmesuradamente, haciéndome sentir que formo parte de un universo loco común”.
Y eso que el estudiante de UNIR no es ningún advenedizo al mundo de la escena. Nacido en Palma de Mallorca, en 2001 se mudó a Barcelona para estudiar interpretación. Titulado en Dirección Escénica y Dramaturgia, actualmente dirige la compañía Antzoki Teatteri con la que recorre España y Latinoamérica. “Generalmente estoy inmerso en proyectos de la compañía, aunque también trabajo como director o ayudante de dirección en otros espectáculos, como La Plaça del Diamant, que actualmente está en el Teatre Poliorama de Barcelona, bajo la dirección de Paco Mir (Tricicle)“, explica. Además, da clases en la ESAD Eòlia y ofrece talleres o seminarios en festivales internacionales.
Seguir aprendiendo
Pese a ese abultado currículum, Casla consideraba que debía profundizar en su formación. “Cuando acabé la carrera de Dirección Escénica y Dramaturgia me di cuenta de todo lo que aún me quedaba por aprender, investigar y descubrir”, admite. La investigación y la vida académica siempre le habían fascinado. Por eso consultó muchas opciones, pero cuando se topó con el Máster en Estudios Avanzados de Teatro de UNIR lo tuvo claro. “Por el profesorado, por el plan de estudios y por la metodología”, enumera. Tres sólidas razones a las que se unía otra mucho más circunstancial. “Económicamente no podía permitirme otro año más yendo a clase cada día, por lo que fue decisivo poder compaginarlo con un trabajo”, razona.
Una experiencia que ha tocado a su fin y de la que destaca que “es muy rico tener profesores de otros puntos del país, formados en diferentes instituciones”. Aunque su inquietud para seguir ampliando conocimientos no cesa. “Estoy esperando matricularme en el doctorado de Estudios Teatrales”, sostiene. Y es que, en su opinión, “la teoría y la práctica deben darse la mano en este camino, porque una complementa a la otra”.