Un egresado del Máster en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera (ELE) de UNIR explica cómo, gracias al programa Erasmus + Prácticas, su estancia en Estonia ha pasado de ser una aventura a una oportunidad laboral.
Las estancias universitarias son una salida por la que optan muchos alumnos durante su etapa universitaria pero también después de ella. Una experiencia que aporta una visión internacional y que enriquece tanto a nivel personal como profesional, ya que permiten conocer otra cultura, desarrollar la capacidad de adaptación, perfeccionar un idioma, ser resilientes y ampliar el currículum y la red de contactos a todos los niveles. Todas ellas aptitudes muy valoradas por las empresas a la hora de contratar porque implican motivación y un desafío por salir de la zona de confort.
Ejemplo de ello es el caso del egresado Julio Ríos Cosgaya, quién tras cursar el Máster Universitario en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera (ELE) en UNIR, decidió hacer las maletas con destino Estonia para enseñar nuestro idioma en una academia, que ahora le acaba de contratar. “Llevaba varias semanas buscando un centro para trabajar y, como no me llamaban, contacté con la UNIR para que me ayudaran. Sabía que eran prácticas no remuneradas, pero yo lo que quería era conseguir experiencia”, asegura Julio, el cual a día de hoy trabaja a tiempo completo en la escuela en la que realizó las prácticas.
Movilidad desde UNIR
Así es como Julio Ríos entró a formar parte de Erasmus + Prácticas, uno de los programas que gestiona la Oficina de Movilidad Internacional (OMI)de la universidad, y que busca fomentar las relaciones entre el mundo universitario y el mercado laboral a nivel internacional.
Para Cristiana Datola, responsable de la oficina, “estas estancias contribuyen a mejorar el perfil académico y profesional de nuestros estudiantes a escala comunitaria, por eso solicitar entrar en uno de estos programas es una gran oportunidad”.
Por su parte, el alumno destaca la atención ofrecida y asegura que “su ayuda ha ido clave para conseguir hacer las prácticas en Estonia. Y ahora tengo trabajo, en parte, gracias a su profesionalidad”.
Estudios con aplicación práctica
Preguntado sobre qué conocimientos de los adquiridos durante el máster le han ayudado más a la hora de impartir docencia, el egresado destaca la planificación de las clases y de los materiales. “Ese conocimiento me ha servido para que mi labor sea mucho más exhaustiva y la calidad de la enseñanza mejore sustancialmente”. De hecho, Ríos afirma que “con mis alumnos no tengo ninguna queja. Aprenden mucho y yo estoy muy ilusionado”.
A día de hoy, y aunque no sabe qué será de él en los próximos años, anima a todos los estudiantes y egresados de UNIR a dar el paso y animarse a vivir una experiencia como la suya.