“Soy Miguel Uris, compañero de estudios, y estoy aquí porque la suerte quiso que fuera el primer alumno de UNIR y por eso en un día tan especial como hoy os dirijo unas palabras contando un poco mi experiencia, que al fin y al cabo es muy parecida a la vuestra”, así comenzaba Miguel su […]
“Soy Miguel Uris, compañero de estudios, y estoy aquí porque la suerte quiso que fuera el primer alumno de UNIR y por eso en un día tan especial como hoy os dirijo unas palabras contando un poco mi experiencia, que al fin y al cabo es muy parecida a la vuestra”, así comenzaba Miguel su discurso durante la I Ceremonia de Graduación de UNIR.
A Miguel, como a una amplia mayoría de los alumnos matriculados en la Universidad Internacional de La Rioja, lo que más animó a dar el paso y entrar a formar parte de la comunidad universitaria fue la metodología online: “Siempre tuve la espina de no haber podido estudiar magisterio y cada verano miraba por internet que posibilidades tenía y siempre encontraba lo mismo: presencial. Lógicamente no era viable”.
Más cerca, imposible
El modelo de enseñanza online y sus ventajas, fue uno de los temas más escuchados durante el acto solemne de la ceremonia de graduación en Logroño. El consejero de Educación del gobierno de La Rioja, Gonzalo Capellán, destacaba la particularidad de este sistema, en absoluto impersonal o lejano.
Según Miguel esa cercanía es lo que más le sorprendió de su etapa como estudiante: “Los primeros días de clase me sorprendió el trato tan cercano que ofrecían los profesores y el personal de UNIR. Recuerdo a mi primera tutora, Myriam Ferreira. Durante todo el curso me llamaba cada 2 o 3 semanas para ver qué tal iba. Luego nació mi hija Gema y me llamaba de vez en cuando para ver qué tal la pequeña… Bueno, una calidad y un trato humano que jamás hubiera imaginado. Prácticamente me llevaba de la mano”.
Uris, que actuó como portavoz esta vez de los egresados de grado hizo evidente a través de sus palabras la complicidad que alcanzó con sus compañeros: “Uno cuando se matricula piensa que al ser todo a distancia será un camino a recorrer en solitario, y nada más lejos de la realidad. Si por parte de UNIR casi te llevaban de la mano, algo similar ocurría con los compañeros. Se estableció una comunicación casi diaria en las redes sociales, teléfono, emails… Compartíamos dudas, temores, nervios… y muchas alegrías”.
Una experiencia para toda la vida
Otra de las ideas que se pudieron escuchar durante el acto de apertura de la graduación fue la de que la etapa universitaria no finaliza con la consecución de un título. Así, Esther González, posgraduada tras terminar el Máster de Secundaria en UNIR se preguntaba durante su intervención: “¿Para qué me ha servido este máster? En primer lugar, para darme cuenta que “el aprendizaje es un proceso que dura toda la vida de la persona”.
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González, casada y madre de dos hijos, acudió a Logroño acompañada por toda su familia. Dedicó la mayor parte de su discurso en agradecer el trabajo de sus profesores, especialmente durante las sesiones virtuales, “en las que no sólo demostraban el dominio de su asignatura sino también nos hacían partícipes de sus experiencias personales; por resolver las dudas; por estar cerca de nosotros aunque en muchos casos estuvieran lejísimos; por darnos la posibilidad de compartir vivencias con los compañeros en los foros. Tengo un recuerdo especial de todos ellos”.
