Tiene 34 años, una larga trayectoria profesional, pero hasta hace tres meses, cuando finalizó sus estudios en UNIR, no había terminado de cumplir un sueño: estar en posesión del título que le acreditará para ejercer su vocación: ser profesor de educación primaria.
Roberto Tejedor ha pasado los últimos tres años preparándose para recibir el grado universitario y es el primer alumno UNIR en abrirnos las puertas de su casa.