La Orquesta Filarmonía de Madrid interpreta las composiciones de 40 alumnos del Máster en Composición Musical de UNIR, en un concierto-grabación que fue seguido en streaming a ambos lados del Atlántico
Había nervios, pero también mucha emoción. Al fin y al cabo, el sueño de todo músico, de cualquier creador, es que su obra sea interpretada, escuchada y apreciada por otros. Cuarenta alumnos del Máster en Composición Musical con Nuevas Tecnologías de UNIR han hecho recientemente su sueño realidad. Cada uno concibió dos piezas (una obra para ser tocada por un quinteto con piano y grabada en vídeo; y otra a la que puso música una orquesta sinfónica) y todas se grabaron y compartieron en un estreno, que fue seguido en streaming a ambos lados del Atlántico.
“Lo más importante para estos alumnos es que puedan escuchar la música que escriben interpretada por profesionales, que vean que no se queda en una partitura”, indica la directora académica del Máster en Composición Musical con Nuevas Tecnologías de UNIR, la doctora Zulema de la Cruz. Parte de estos estudiantes asistieron presencialmente al estreno de sus composiciones y a bastantes se les erizó la piel cuando oyeron cómo la Orquesta Filarmonía de Madrid, dirigida por el maestro Pascual Osa, interpretaba los compases salidos de su imaginación.
“Para muchos fue la primera vez que escuchaban sus composiciones interpretadas por una orquesta sinfónica”, señala De la Cruz. Los que no pudieron personarse siguieron las sesiones por streaming y, de igual forma, tuvieron ocasión de departir con el maestro Osa y de deleitarse con la música de sus compañeros.
Libertad estética
Los estudiantes han adquirido durante el máster todos los conocimientos y habilidades exigidos para la composición musical en el mundo actual. “En este postgrado lo que prima es la libertad estética”, resalta la docente de UNIR. Así, el resultado compositivo ha sido de lo más variado. Los alumnos han gestado desde obras tonales hasta piezas más vanguardistas. “No han existido cánones estéticos preestablecidos, pero sí que las composiciones debían estar perfectas desde el punto de vista técnico para que pudieran ser interpretadas”, comenta.
El alumno Henry Leonardo Borrero, de Medellín (Colombia), compuso una pieza para orquesta sinfónica llamada ‘Dimensional’ y otra para ensamble de música de cámara con contenido audiovisual llamada ‘Universo’. “Ha sido una experiencia estupenda, maravillosa, mágica”, describe. “Para compositores como nosotros, escuchar a otros interpretar sus obras no tiene igual”, afirma.
Y es que “cuando creamos, tenemos unas ideas y estructuramos nuestra composición musical de acuerdo a directrices que muchas veces nosotros mismos establecemos”. “Todo queda plasmado en una partitura. Pero, gracias a la interpretación, ver esa estructura tomar vida en el universo sonoro es un sueño hecho realidad”, sostiene. Más aún “si los intérpretes son profesionales de talla mundial”, como ha sido el caso. “No podría estar más contento y agradecido”, admite.
Las obras, con sus grabaciones y partituras, formarán parte del Trabajo de Fin de Máster. Las composiciones son fruto de los conceptos aprendidos a lo largo de las asignaturas de Proyectos de Composición Instrumental (impartida por la propia doctora Zulema de la Cruz) y Proyectos de Composición Audiovisual (a cargo de los doctores Alejandro Román y José Luis Centeno).
Las piezas para quinteto con piano incorporaron componente audiovisual y reunieron a varios instrumentos: una flauta, un clarinete en si bemol, un violín, un violonchelo y un piano. Las otras resonaban con la fuerza interpretativa que les imprimió una orquesta sinfónica. En ambos casos, la experiencia ha contado con la colaboración del coordinador del postgrado, el doctor Alberto Rodríguez Molina; los profesores; el personal de la propia orquesta y el departamento de Audiovisuales de UNIR.
Registro e innovaciones
“Lo fundamental para nuestros alumnos es que unos músicos profesionales toquen su música”, remarca la directora académica del Máster en Composición Musical con Nuevas Tecnologías. Algo que, a partir de ahora, podría volver a suceder. Y es que los estudiantes-compositores tienen en su mano registrar sus composiciones en la Sociedad de Autores de sus respectivos países. “Esta grabación es indudablemente una joya para mí y formará parte de mi porfolio como compositor”, avanza el alumno colombiano.
La experiencia les ha abierto puertas y ha reforzado su pasión por la música. También les ha permitido conocer las últimas novedades tecnológicas en el sector. Por primera vez en España, tanto los músicos como el director de orquesta han contacto con partituras digitales. En concreto, con una Tablet-IPAD en la que seguían la sucesión de pentagramas. En otros países de Europa, como en Alemania, ya utilizan este sistema.
“Das la vuelta a la página pulsando un pedal; lo que permite agilizar la lectura y, por tanto, la interpretación”, valora De la Cruz como fortalezas de la herramienta. UNIR ha adquirido este sistema para atender a las necesidades del máster y, al mismo tiempo, para seguir apostando por situarse en la vanguardia de la formación y de la tecnología.