María Martín Díez de Baldeón es la nueva consejera de Salud del Gobierno de La Rioja y una egresada más de la Universidad Internacional de La Rioja. En 2014 se graduó en Ciencias Políticas y Gestión Pública y tras 12 años como directora general en varias consejerías riojanas, esta ingeniera de Montes era una fija en las quinielas.
María Martín Díez de Baldeón es la nueva consejera de Salud del Gobierno de La Rioja y una egresada más de la Universidad Internacional de La Rioja. En 2014 se graduó en Ciencias Políticas y Gestión Pública por la UNIR y tras 12 años como directora general en varias consejerías riojanas, esta ingeniera de Montes era una fija en las quinielas. Hablamos con María Martín Díez de Baldeón sobre su experiencia en UNIR y su nuevo reto profesional.
¿Los políticos españoles ven series como Borgen, House of Cards o El ala oeste de la Casa Blanca? ¿Se ven reflejados en las mismas? No lo sabemos. Pero la nueva consejera de Salud de La Rioja reconoce risueña que no está al día de las últimas series de alta Política. “El poco tiempo libre que me queda lo dedico a la familia y la televisión sólo la veo para seguir las noticias y ver alguna película de cine francés”, confiesa. Roto el hielo y tras la pincelada más personal de María Martín Díez de Baldeón entramos de lleno en la entrevista.
El viernes 10 de julio, el presidente de La Rioja José Ignacio Ceniceros anunció que usted sería la nueva consejera de Salud. ¿Fue toda una sorpresa? ¿Cómo reaccionó cuando recibió la llamada?
Sí, fue una sorpresa. Cuando recibí la llamada pensaba además que era para otra cosa que no tenía nada que ver con esto y cuando hizo la propuesta la primera reacción fue de no creerlo. “No puede ser” (ríe). La siguiente reacción fue decir “Buff, me da un poco de vértigo”. Y hablando después con el presidente tranquilamente y exponiendo sus ideas, las razones, el por qué lo había pensado, los planes que tenía para la Consejería de Salud y su Gobierno a lo largo de esta legislatura… pues la verdad es que me fue muy fácil decirle que sí. Y aquí estamos.
¿Y cómo afronta esta nueva etapa en su carrera?
Pues sobre todo con mucha ilusión, con muchas ganas de trabajar con el sector, de trabajar con los profesionales, de trabajar todos juntos y cumplir un programa de gobierno, que aparte del sector sanidad, está muy imbricado con los Servicios Sociales; que a su vez también está encaminado con el resto de las políticas económicas, de todo el programa de gobierno. Y yo creo que es apasionante, cuando trabajas en la Administración y tienes un compromiso político, una responsabilidad de este tipo te da la oportunidad de trabajar por lo que se trabaja en la Administración, por los demás. Igual que en política.
A su juicio, ¿cuál es el principal reto que tiene la Sanidad de La Rioja?
Creo que el principal reto que tiene la Sanidad de La Rioja es estar centrados en los pacientes, que son los ciudadanos, los riojanos por los que trabajamos; y que su nivel de satisfacción, la atención que proporcionemos desde el servicio de Salud sea satisfactorio y que sea el que proporcione la calidad de vida y la seguridad de que su salud está garantizada.
Recomendaría estudiar en UNIR, pero no a los jóvenes que puedan tener la opción de atender a una universidad presencial, sino a la gente que tiene poco tiempo, una profesión o un trabajo y puede compaginarlo con este tipo de Universidad te puedes acoplar en tu horario a tus clases, trabajos a realizar a tu vida familiar.
Usted es Ingeniera de Montes de formación, pero el año pasado también se gradúo por UNIR en el Grado de Ciencias Políticas y Gestión Pública. ¿Cómo vivió ese día tan especial, el de su graduación?
El día de la graduación fue muy, muy emocionante. Y lo que hace la UNIR es transmitir esa emoción. Dicen que las nuevas tecnologías son frías y no lo son. Acabas teniendo compañeros de carrera online que ese día conoces, que además los ves y es como si fueran amigos de toda la vida. Y eso se consigue a través del sistema UNIR, de tu relación con los profesores, de la relación con los tutores.
¿Y cómo era su día a día como alumna UNIR allá en el 2013-14? ¿Qué recuerdos guarda?
Teníamos un grupo de Facebook de Ciencias Política de la UNIR, que fue lo que a mí me hizo entrar en Redes Sociales. Y teníamos una cafetería virtual donde, cuando no podíamos más y a veces al mismo tiempo que seguíamos las clases, hacíamos nuestros comentarios… Esto ya se puede decir porque ya nos hemos graduado (incide entre risas). Hay muchas cosas que unen y al final ese clima de calidez y cercanía, pues hace que ese momento de graduación sea el momento cumbre. Aparte que has conseguido acabar algo que te has propuesto, de lo que te sientes muy orgullosa. Porque sí ha sido muy válida la formación. Te permite salir por la vida con mucho más criterio, con mucha más seguridad que al final es lo que se trata. Y sobre todo capaz de buscar esa información que necesitas, que yo creo que es lo más importante en el nuevo sistema de aprendizaje.
Por curiosidad, ¿sigue manteniendo contacto con sus compañeros de carrera?
Siiii, sí, sí. De hecho, he recibido felicitaciones de todos ahora con el nuevo nombramiento y además me hizo mucha ilusión porque se fueron avisando unos a otros y al final sigue la red ahí.
Este pasado 20 de julio asistió como invitada a la Graduación de UNIR 2015, ¿cómo se vive este día “desde la barrera”, cuando una no es quién recibe el diploma?
Pues con muchos recuerdos. Yo he asistido a las tres graduaciones. La primera era alumna, estaba además en la dirección general y asistí invitada por UNIR; la segunda fue mi graduación y esta tercera la vez desde la barrera, pero te produce muchos sentimientos. Entonces ves a mucha gente que conoces. A gente de tu carrera que se gradúa al año siguiente y los vuelves a conocer… y vives ese ambiente que la verdad te remueve por dentro.
¿Y cómo fue volver a las aulas universitarias 20 años después, aunque fueran virtuales?
También lo puse en mi carta de agradecimiento a UNIR. Yo estudié Ingeniería de Montes y como todas las ingenierías es más la lógica y, en sentido no negativo, cuadriculada. Pero yo sí tenía ese gusanillo de estudiar alguna carrera de Ciencias Sociales y la verdad es que estando en política desde hacía tiempo y, con ese compromiso político, cuando vi que en UNIR existía esta carrera me decidí por Ciencias Políticas. Y el primer choque fue frontal. Era de entrar a una Universidad de ladrillo a una donde sólo caben tus manos y el portal es virtual. No sabes muy bien dónde están las cosas, pero sabes que están ahí, en una “nube” ¡y yo en Meteorología, en la carrera, estudié que una nube es una condensación de agua que cae en forma de lluvia! (ríe) Y al final las nuevas tecnologías, como analfabeta digital que soy por mi edad, al principio costaron… pero luego el paso te lo hacen muy fácil. Los tutores te van ayudando a entrar en la plataforma y te abren a un sistema.
Por un lado, creo que he tenido mucha suerte, porque la parte de experiencia la he tenido en mi paso por diferentes direcciones generales y ahora por la Consejería. Pero creo que ha sido un regalo del cielo que se pusiera la UNIR en mi camino y que me pusiera en bandeja el aplicar mi experiencia a esa teoría, reflexionar y volverlo a volcar en otra experiencia. En este caso la Consejería de Salud creo que va a ser una aplicación de traca final de todo ese conocimiento.
En su caso, ya era la directora general de Política Social cuando se matriculó en UNIR en el Grado de Ciencias Políticas y Gestión Pública, ¿por qué decidió seguir formándose si ya contaba con un trabajo y carrera estable?
Creo que es un agradecimiento que le debo hacer a mi familia, especialmente a mi madre, que me han inculcado desde siempre que para poder dar algo, ayudar en algo, lo primero que tienes que hacer es formarte. Y yo creo que la formación tiene que ser continua. En mi primera carrera lo tenía claro, ahí no hubo elección, era la “obligación” que tenía en casa de estudiar una carrera universitaria decidiendo lo que querías estudiar con total libertad. Pero lo que tengo claro es que si tengo oportunidad de seguir formándome: bien a través de un Grado, cursos de formación, leyendo… eso ya es una constante para toda la vida.
¿Cree que los estudios en UNIR le servirán también para su trabajo diario ahora en este nuevo cargo?
Por supuesto, y creo que con mucha más fuerza y mucho más criterio. Porque además de la parte política de reflexión y reafirmarte en la importancia de la política para hacer las cosas bien, o mal, dependiendo de cómo la utilices… La política es la vida y como nos decían en la UNIR es la gestión de las relaciones humanas y la Administración es la aplicación de un gobierno al que han elegido, y es cumplir un programa. También te enseña a cumplir las políticas públicas a cómo aplicarlas, lo que es un presupuesto, te enseña las “tripas” de la Administración que, aunque lo conoces por los sectores en los que has ido trabajando te dan una visión muy amplia de lo que es y sobre todo la razón de ser de la política del Gobierno y la Administración. Y en el caso de Salud Pública este conocimiento va a ser clave y me va a ayudar mucho.
Y pasadas esas primeras dificultades tecnológicas que comentaba, ¿qué poso le ha quedado de su Grado de Ciencias Políticas de UNIR?
Aparte de que las Ciencias Sociales son totalmente diferentes a la ingeniería y en ese sentido a mí la formación me vino genial para aplicarla no sólo en la parte Política, ya que te hace pensar y reflexionar, y mucho, para luego aplicarlo en tu trabajo… sino también en la Administración, y mi experiencia en la misma era muy amplia. Pero lo ves de otra forma. Te hace encajar muchas piezas del puzle y lo aplicas con mucho más rigor y, por ejemplo, entender el sentido de una subvención, que no es un mero procedimiento administrativo. La diferencia entre procedimiento, que es burocracia, sino que es un proceso: la reconversión de fondos públicos para que le lleguen a quien de verdad lo necesita. Parece una tontería, pero cuando te lo hacen ver y te lo demuestran luego, tú lo aplicas y te sirve para cualquiera de los sectores de la Administración para los que te toque ir trabajando.
De entre toda la oferta académica, ¿por qué se decantó por UNIR para continuar su formación?
Precisamente porque estaba trabajando y el de UNIR es un modelo que para la gente que trabaja es muy cómodo. Valoré varias opciones y el modelo UNIR yo creo que es el perfecto para la gente que no tenemos más que el tiempo de los viajes, de las esperas de aeropuertos y AVE… o los que agradecemos a la familia que un viaje de 7 horas hacia tus vacaciones, aprovechabas para trabajos o clases presenciales que te habías dejado. Yo creo que es un modelo perfecto para gente que tiene poco tiempo y que quiere seguir formándose.
¿Cómo calificaría su experiencia como alumna y ya graduada de UNIR?
Ya la califiqué en mis encuestas que hacéis en UNIR y para mí ha sido totalmente satisfactoria. Ahora porque lo veo imposible, pero cuando vuelva a una vida más normal y con más tiempo, sí que me gustaría hacer un Máster de Ciencias Políticas o Relaciones Internacionales. Esa es la demostración de que el grado de satisfacción ha sido muy elevado.
Y ya, por último, como consejera de Salud ha prometido “trabajar codo con codo con todo el equipo sanitario”. ¿La veremos enfundarse la bata y departir con los médicos… o ya está barajando matricularse en alguna titulación de Ciencias de la Salud?
(Ríe) No. Es imposible. Ahora mismo sí que no hay más tiempo que para centrarse en la Consejería. Y el poquito tiempo que me quede será para la familia y amigos nada más. Y enfundarme en la bata tampoco porque no es mi deber, es el deber de los médicos y los profesionales de la Sanidad y los trabajadores sanitarios lo cual no es mi papel. Mi papel es dirigir una Consejería basándome en el trabajo de todos estos profesionales y creo que ahí también tengo una gran suerte, tanto en el equipo como en la dirección de la Consejería como en el resto de gente que, por su vocación, porque (Medicina) es una carrera y un trabajo muy vocacional, yo creo que se pueden hacer muchas cosas y vamos a llegar a muy buen puerto.
