El homenaje de UNIR al jurista y dramaturgo Antonio Garrigues Walker reunió ayer a un nutrido número de personalidades de las artes, la comunicación y la abogacía en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
La escritora Carmen Posadas; el actor y director de La Abadía, José Luis Gómez; el periodista José María Ansón, el psiquiatra Enrique Rojas, el arquitecto Ignacio Vicens, el economista Pedro Schwartz, el delegado de las Artes del Ayuntamiento de Madrid, Fernando Villalonga, entre otros, arroparon a Garrigues en el estreno de su última obra teatral ‘El silencio y la belleza’.
“Siempre me gustan las obras de Garrigues, siempre son inteligentes, brillantes y nada pretenciosas”, explicó a SumaDiario el actor y director teatral José Luis Gómez, quién definió a Garrigues como “un escritor de poemas”. Del mismo modo, consideró el concepto de teatro ‘amateur’ seguido por Garrigues como “un maravilloso instrumento de conocimiento”.
El rector de la Universidad Internacional de la Rioja, José María Vázquez, fue el encargado de abrir el acto con una intervención en la que repasó la importante huella de la saga Garrigues en la historia de España y de su abogacía. Así, destacó la relevante labor en el Derecho Mercantil de Joaquín Garrigues (tío de Garrigues Walker); y la personalidad “abierta y conciliadora” de su padre, Antonio Garrigues Díaz-Cañabate, principalmente en su periodo como embajador en el Vaticano en los años 60. Unos elogios que el homenajeado confesó “haberle emocionado”. Vázquez señaló: “Rendir homenaje a la más humana de las artes es la mejor forma de recompensar a los alumnos de UNIR”.
Un aforo prácticamente completo, de 400 personas, entre las que se encontraban alumnos y profesores de UNIR, siguió la representación, sencilla y directa, en la que se puso en tela de juicio la concepción superficial de la belleza. La representación corrió a cargo de cuatro actores ‘amateurs’: Carlos Rodríguez Braun, catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid; Johnny Aranguren y Lupe Barrado, fundadores del grupo de teatro Casting (a finales de 1980) y empresarios del sector de decoración (Beccara); y Elena Herrero Beumont, asesora en la consultora Vinces.
Tras la representación, Ignacio Amestoy, director de UNIR-Teatro, dirigió un coloquio con Garrigues Walker y los actores de la obra. Garrigues agradeció a UNIR este esfuerzo por poner en escena, de una manera profesional, su obra. “Una experiencia que ha sido única”, indicó.
El jurista y dramaturgo reivindicó la labor de la cultura y del teatro en la sociedad. “El teatro forma parte de la condición humana de una manera muy especial”, indicó, mientras apuntó echar de menos un teatro comprometido. “Vivimos un momento cultural apasionante, con una sociedad deplorable y una economía inquietante; en la que el teatro debe dar una visión comprometida de esta realidad”. Por su parte, él adelantó el contenido de su nueva obra: la muerte.
A lo largo de la conversación con el autor, Garrigues rememoró los años de contacto cultural con la residencia de Estudiantes de Madrid, y explicó la importante labor de Pepín Bello como “desmitificador”, al mostrarle el lado claro y el oscuro de figuras como Lorca y Buñuel.
Garrigues habló de la relación entre universidad y teatro, y explicó que era necesario ese contacto en una sociedad en el que “la gente no se sabe comunicar”. Además, pidió una universidad que “genere modelos de curiosidad intelectual”.