La Universidad Internacional de La Rioja invita a todos los alumnos a participar en el Encuentro UNIR con Alfred Sonnenfeld, autor del libro El Nuevo Liderazgo Ético.
El próximo 23 de enero, en el Club Social Green House, a las 19:30 horas, tendrá lugar un coloquio, con tiempo para un debate y diálogo abierto con Alfred Sonnenfeld, reputado médico y teólogo, y autor del libro El Nuevo Liderazgo Ético, bajo el título “La fuerza regeneradora del entusiasmo. El nuevo liderazgo ético”. Sonnenfeld […]El próximo 23 de enero, en el Club Social Green House, a las 19:30 horas, tendrá lugar un coloquio, con tiempo para un debate y diálogo abierto con Alfred Sonnenfeld, reputado médico y teólogo, y autor del libro El Nuevo Liderazgo Ético, bajo el título “La fuerza regeneradora del entusiasmo. El nuevo liderazgo ético”.
Sonnenfeld atenderá a las dudas y cuestiones de todos quienes acudáis al ENCUENTRO UNIR del próximo día 23. El Club Social Green House Centro Colón se encuentra en Madrid, en la calle Marqués de la Ensenada, 16, planta Club. Todos los interesados en participar habréis de rellenar el formulario que encontraréis a la derecha de este artículo.
Alfred Sonnenfeld
Sonnenfeld es un decidido defensor de la ética aplicada a los estratos de poder. Un entusiasta que apuesta por las actitudes constructivas como mecanismos que aportan mejoría médica y espiritual.
“Todos tenemos capacidad para llegar a ser un líder con espíritu libre, con pasión e inspiración”, es una de las máximas de este pensador que además es sacerdote y profesor universitario, y para quien no es suficiente con tener una aspiración técnica o económica como meta para ser un líder.
De hecho, tal y como le hemos visto defender en varios foros: “la pura funcionalidad que solo puede expresarse en términos de costes y beneficios no es ética, sino una actitud antisocial, e incluso abusiva”.
Según Sonnenfeld: “Para ser un líder con excelencia es necesario alzar la mirada y tener en cuenta la perspectiva ética de nuestro ser. Pues es la ética la que nos ayuda a elevarnos por encima de los bienes particulares, como serían por ejemplo determinadas habilidades en el mundo de la economía, del derecho , de la arquitectura, de la medicina, o de otras ramas”.
Esa ética con mayúscula está siempre presente en sus conferencias: “nos ayuda a alzarnos por encima de estas dimensiones importantes en nuestro ser para reflexionar sobre otras dimensiones también vitales, pero que si no tenemos en cuenta, fácilmente podríamos andar por caminos equivocados”.
El liderazgo ético se sostiene, tal y como afirma Sonnenfeld, en la elección de la adecuada corriente de pensamiento:”Para no acabar en una imagen reductiva del hombre, es importante distinguir, con Martin Heidegger entre el pensamiento calculador y la reflexión meditativa. Ambos tipos de pensar son a su manera, justificados y necesarios, pero el pensamiento únicamente calculador, que básicamente se alimenta con el buscador Google, elimina el ideal clásico del hombre sabio; para sustituirle por el de hombre eficiente: experto en esto o aquello; en el que la razón cuantificadora o instrumental, toma el timón del conocer. El conocimiento se torna entonces simplemente extensivo, en vez de ahondar en las profundidades del ser humano que son las que nos llevan a ir más lejos, a tener el espíritu más abierto, y por lo tanto, más libre”.
La capacidad regenerativa del cerebro
En un vídeo de presentación de su libro Sonnenfeld se refiere al entusiasmo como un abono que contribuye a regenerar neuronas y enriquecer así nuestro cerebro. A lo largo de su explicación habla de “los niños con trisomía 21, los que tienen el morbus Down, el síndrome de Down (…) Se les apartaba, se les metía en una inclusa sin prestarles demasiada atención porque se pensaba que no se podía hacer nada con su cerebro, que no lo podían desarrollar. Es falso desde el momento en que unos inconformistas se han bajado para ver a esos niños cara a cara y darse cuenta de que en momento esos niños brillan en sus ojos. Esas personas, cuando se les trata con ese cariño, por supuesto que han podido hacer el bachillerato, sino incluso llegar a la universidad”.
Gracias a este ejemplo, Sonnenfeld desarrolla toda una teoría sobre el entusiasmo y la capacidad de éste para producir neurogénesis.
