José María Fillol Cuadrado
El Premio Nacional de la Letras desveló los secretos de su última novela, ‘La última función’, y su relación íntima con la escritura y la creación literaria, en un encuentro organizado por la Universidad Internacional de La Rioja y la Cátedra Vargas Llosa.
El escritor Luis Landero, Premio Nacional de las Letras 2022, habló sobre su más reciente novela, ‘La última función’, en el marco del Club de Lectura que periódicamente organiza la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) junto con la Cátedra Vargas Llosa, para los estudiantes del Máster en Literatura Española y Latinoamericana y del Máster en Escritura Creativa.
Durante la sesión, Landero desgranó su nueva obra, al mismo tiempo que disertó sobre conceptos literarios, acerca del éxito –“más allá de que te lean, es la ilusión diaria de poner tu pensamiento negro sobre blanco”- y de los vínculos afectivos con su profesión: “La escritura es mi salvación personal y lo que le da sentido a mi vida”, afirmó.
Sobre las huellas de tinta dejadas en su reciente libro, Landero se empleó en describir el espíritu que las inunda: cómo una obra de teatro es capaz de cambiar los destinos de quienes la representan. “De modo intuitivo, he querido reflejar la vida como teatro y sueño”, subrayó.
‘La última función’ cuenta la historia de Tito Gil, un actor de voz privilegiada que regresa a su pueblo natal y propone una gran representación colectiva para revitalizar la comunidad; justo en el momento de entrar en escena Paula, a la que el azar le da la oportunidad de cambiar un rumbo desesperanzado. “Sus vidas independientes y paralelas coinciden de manera intuitiva, como dos afluentes que desembocan en el mismo cauce, y se junta a su vez con una idea que anidaba en mi cabeza desde hacía tiempo, la de un pueblo que quiere salvarse”, explicó Landero.
La labor del escritor es buscar la belleza escondida en el sentido más noble y humilde, donde aparecen frases que no están hechas para ti, sino para los personajes.
Como el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez en ‘Cuentos reunidos’, Landero se fija con fascinación y cariño en los mínimos instantes de las vidas pequeñas. De ahí que escoja un narrador plural, un grupo de ancianos que actúa similar a un coro griego, aportando calidez y cercanía a la historia. “Es ventajoso, porque de un asunto que no sabe uno, lo sabe el otro, y lo saben todos. Esta técnica literaria inusual permite una mayor riqueza en la narración y una conexión más profunda con los personajes”.
Una visión literaria compartida
Durante su parlamento, Landero ofreció una rica visión de su novela a través de la interlocución en línea con Raúl Tola, director de la Cátedra Vargas Llosa y moderador del coloquio, asimismo con el público conectado, que participó en el chat abierto de la sesión con preguntas al autor.
El novelista destacó el peso de los personajes secundarios, quienes “sugieren un mundo entrevisto” y enriquecen la trama. “Me gusta que los personajes secundarios tengan su importancia. Aunque no sean los protagonistas, aportan profundidad y realismo, al reflejar la cotidianeidad y las experiencias vitales de las personas corrientes”.
‘La última función’ narra cómo una obra de teatro puede cambiar la vida de quienes la representan.
Recurrente en sus palabras, reincidió en el homenaje al teatro en la novela. “En la vida todos representamos ciertos papeles, nos ponemos máscaras e interpretamos al otro que en realidad no somos”, enfatizó el escritor de Badajoz para recordar la continua interacción entre realidad y ficción en su obra. “Línea a línea, la labor del escritor es buscar la belleza escondida en el sentido más noble y humilde, donde aparecen frases que no están hechas para ti, sino para los personajes”.
Otras batallas narrativas
Landero ahondó en otros territorios comunes en su narrativa. “Toda la literatura tiene mucho de autobiografía”, dijo. En este sentido reveló identificarse con el personaje masculino principal de ‘La última función’, inspirado en su amigo Ernesto Gil, abogado y gran aficionado al teatro; “que no triunfó como actor, pero sí en su sueño de serlo, con sus pequeñas victorias y numerosas derrotas, como el Quijote”.
Acerca de su estilo literario, acuñado en una reconocida trayectoria de 16 libros publicados, Landero expresó que le vino dado cuando encontró un mundo propio. “El estilo debe contener sencillez, al mismo tiempo cierto resplandor apreciable por el lector, pero que sea soluble en el ritmo del relato”, resaltó. En el trazado de este camino añadió una pista literaria: “Para ser escritor es suficiente contar con un pueblo y una biblioteca. El pueblo porque aúna todas las pasiones humanas. La biblioteca porque amplía nuestra imaginación”.
Se debe sufrir y enamorarse con la prosa, nunca desfallecer en escribir. Luego la vida nos llevará a las batallas…
En la charla, Landero también compartió su método de trabajo, “a mano” y con un sistema de corrección en cinco colores que, en la era de la inteligencia artificial y según su entender, “no lo supera ningún procesador de textos”. Desveló que su trabajo de amanuense fluye diariamente en su “taller de carpintería” hasta que toma forma y luego definitivamente llevado al ordenador. Es el resultado de la disciplina y la pasión en el proceso creativo. Como él mismo aconseja a cualquier escritor incipiente, “se debe sufrir y enamorarse con la prosa, nunca desfallecer en escribir. Luego la vida nos llevará a las batallas…”
UNIR imparte el Máster en Estudios Avanzados en Literatura Española y Latinoamericana y el Máster en Escritura Creativa, programas que ofrecen una formación integral y especializada en el ámbito literario. Estos másteres son una excelente oportunidad para quienes desean profundizar en el estudio de la literatura y desarrollar sus habilidades como escritores.
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