Preside el Congreso Mundial de la Biblioteca de Occidente, en el que expertos de 14 países debaten la lista de los cien libros que deben conservarse en una biblioteca doméstica.
Con la idea de otorgarle a ciertas obras el homenaje del formato tradicional, Miguel Ángel Garrido Gallardo, catedrático de Universidad, profesor de Investigación del CSIC y editor de Nueva Revista, ha convocado y preside el Congreso Mundial de la Biblioteca de Occidente, que se celebra hasta el próximo viernes en Madrid y La Rioja y […]Con la idea de otorgarle a ciertas obras el homenaje del formato tradicional, Miguel Ángel Garrido Gallardo, catedrático de Universidad, profesor de Investigación del CSIC y editor de Nueva Revista, ha convocado y preside el Congreso Mundial de la Biblioteca de Occidente, que se celebra hasta el próximo viernes en Madrid y La Rioja y en el que expertos de 14 países debaten la lista de los cien libros imprescindibles que deben mantenerse en una biblioteca doméstica. Con la vertiginosa revolución que ha impuesto la vida digital, este congreso pretende revalorizar el libro como instrumento insustituible de transmisión del conocimiento. “El libro de papel es algo que se nos entrega como terminado. Un libro es aquel tipo de comunicación que no exige contestación sino acogida, requiere meditación y esfuerzo personal, y eso nunca se va a perder”, explica el investigador del CSIC.
¿Qué orden daría a ese ranking de los 100 libros imprescindibles?
No me atrevería a destacar 10 libros al modo del ranking de tenistas. Cada libro sube o baja de interés en cada circunstancia histórica, en cada contexto cultural y hasta en cada momento de lectura de la misma persona. Me atrevo solamente a destacar dos: La Biblia y El Quijote. La Biblia no es un libro, sino un conjunto de libros y no es primigeniamente “occidental”, sino del Próximo Oriente. Aun sin hablar de su carácter religioso, no cabe duda, sin embargo, de que su conjunto atesora el más amplio depósito de la sabiduría. Con, de, en, por, sin sobre, tras esta sabiduría se ha constituido la cultura occidental. El Quijote, en el contexto hispánico en que se propone esta lista, ha llegado a ser, de hecho, la referencia común de la literatura y la cultura en español desde poco después de su publicación y hasta hoy. Ciertamente, la densidad humana que empapa la obra (lo haya pretendido conscientemente o no Cervantes) es acreedora a que esto haya podido suceder y, desde luego, ha sucedido.
¿Qué le aporta a un español leerse ese listado?
Leer los cien libros de la lista o de otra equivalente le aporta a la persona que los lea apearse del autobús de los mostrencos. Como es una lista para quienes tienen el español como primera lengua, se incluyen los cuentos del Conde Lucanor en vez de los Cuentos de Canterbury. Si la lista fuera para anglófonos, se haría al revés.
¿Lectura en ebook o en papel?
Como resulte más cómodo por circunstancias o por gusto personal. No es lo mismo leer en el transporte público que sentado en casa en un sillón. Pero aquí quiero insistir en que no estoy en contra del libro electrónico pero defiendo que la comunicación literaria merece la pena ser conservada de modo que nunca perdamos el esfuerzo de coger un libro de la estantería.
…para no ir de una página a otra, como sucede cuando leemos en pantalla.
Efectivamente, la comunicación con el hipertexto no es literatura. Ante una pantalla, y con unos iconos y enlaces, no seguimos una comunicación lineal, la que ha previsto el autor que hagamos. Pinchamos para ir de un sitio a otro, quitamos lo que no nos gusta, reelaboramos lo que nos parece. Esa comunicación no es literatura, es otra cosa. La literatura es el fenómeno por el cual se nos entrega algo que requiere acogida o rechazo pero por el que no es posible la disensión. Es algo cerrado, tiene un principio y un final. En ese sentido, la literatura tiene una nueva competencia con los hipertextos.
¿Cree que la lectura en formato electrónico provocará que los amantes de la literatura seleccionen de forma natural los libros que consideran imprescindibles?
Cada uno mantendrá sus libros más importantes en uno u otro soporte por razones diversas. Piense en el lector impenitente que tiene una habitación minúscula y los libros en papel lo amenazan con echarlo de casa. Estamos hablando de dar culto a una tradición y otorgarle a ciertas obras el homenaje del formato tradicional, incluso de su difusión como objeto suntuario. No estamos hablando de atrincherarnos en el pasado o ser reticentes con las enormes ventajas que nos ofrecen las nuevas tecnologías.
¿Qué espera de este congreso? ¿Cómo surgió la idea?
La idea surgió en el otro extremo de lo que acabo de decir. La Universidad Internacional de La Rioja (Universidad en Internet) no se atrinchera en el pasado, pero tiene interés en no tirar por la borda nada valioso de la cultura anterior a la sociedad del conocimiento. Por eso ha querido hacer suya esta idea de publicar en papel una biblioteca de referencia que podría llenar un estante del hogar de una familia mínimamente culta. El Congreso se ha convocado para provocar una tormenta de ideas que puedan ser tenidas en cuenta a la hora de elaborar una lista básica o posibles listas básicas que formen la Biblioteca de Occidente mínima de todo hogar hispanohablante.
Y también para crear lectores…
Queremos demostrar la diversidad de la creación literaria a lo largo de la historia y la importancia de elegir las obras cuya lectura pueda resultar de más fácil acceso a los lectores generales, y en especial a, a aquellos más reticentes. Si, también buscamos conquistar lectores.
Gema Sánchez de la Nieta
