Isabel Alvarez Castro
Más de 175 especialistas asistieron al evento coorganizado con la Asociación Española para la Investigación y el Desarrollo de la Terapia Familiar, en el que se evidenció la necesidad urgente de generar una cultura que promueva el desarrollo de la educación emocional.
Expertos del ámbito de la educación, salud y terapia familiar proponen 10 medidas sociosanitarias para prevenir y mejorar la salud mental infantojuvenil. Este documento ha sido elaborado en el contexto del congreso científico “Prevención y tratamiento familiar para la mejora de la salud mental infantojuvenil” coorganizado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y la Asociación Española para la Investigación y el Desarrollo de la Terapia Familiar (AEI+DTF).
Después de tres días de trabajo con más de 25 ponentes y 150 congresistas de manera presencial y online, mediante charlas, talleres, debates y aprendizaje de casos de éxito sobre prevención en otros países, se concretaron una serie de medidas necesarias para trabajar en un plan sólido que aborde la problemática de la salud mental infantojuvenil:
1.- Promover la colaboración público-privada y el trabajo en red de los diferentes dispositivos y entidades que trabajan en contacto con la infancia y la adolescencia.
2.- Aumentar el presupuesto en salud mental infantojuvenil, tanto en el ámbito del Ministerio de Educación como del Ministerio de Sanidad.
3.- Promover el desarrollo de la figura profesional del psicoterapeuta en España, a través de una mejor regulación de la profesión, garantizando unos buenos estándares de calidad y reduciendo las tasas de intrusismo profesional.
4.- Aumentar la inversión en transferencia de conocimiento en el ámbito de la ayuda a la infancia, desde los ámbitos educativo, psicológico y legal.
5.- Reforzar la figura del coordinador de bienestar y protección, liberando a la persona que asuma estas funciones de otras, y dotándole de recursos de apoyo y formación específica. Así como potenciar los equipos de orientación, con el impulso de especialistas con una perspectiva terapéutica e integradora.
6.- Implementar programas de desarrollo de competencia emocional basados en la investigación.
7.- Visibilizar el papel central de la familia en la salud mental infantojuvenil y promover iniciativas que busquen formar y dar mayores competencias y apoyo a los padres y madres.
8.- Realizar un acuerdo interministerial y una alianza entre comunidades autónomas para desarrollar intervenciones innovadoras y basadas en la investigación científica.
9.- Promover la mejora de las condiciones laborales en los centros de atención a la infancia-adolescencia, mejorando la estabilidad de los profesionales para permitir que se establezcan relaciones de cuidado a largo plazo y contextos emocionales más seguros.
10.- Promover una verdadera humanización de la salud mental infantojuvenil, desarrollando iniciativas políticas y legales que cuiden a los cuidadores. Esto incluiría, conseguir una mejora en las condiciones laborales de los profesionales que trabajan en el contexto del cuidado a la infancia y la adolescencia.
Pilar Berzosa, Maite Garaigardobil y Joaquín González Cabrera, durante un debate en el congreso.
Mayor inversión y coordinación entre familia, escuela y sanidad
“La atención a la salud mental infantojuvenil es clave para la sociedad. Para poder responder al reto actual en este campo se necesita mejorar la coordinación y colaboración entre los profesionales clínicos, los centros educativos y las familias”, concluyeron los expertos que se dieron cita este fin de semana en este congreso científico.
Las decisiones políticas, a nivel nacional y autonómico, son muy relevantes para promover esta coordinación, y los distintos expertos participantes en el congreso coincidieron en que “es necesario aumentar los recursos económicos y humanos para poder responder a la situación actual”.
El 20,9% de los adolescentes españoles entre 10 y 19 años sufre algún problema de salud mental, según datos de Unicef, y el suicidio es la causa principal de muerte entre los 15 y 29 años, según el Observatorio del Suicidio en España. Y el 75% de los trastornos mentales aparecen antes de los 18 años.
No es posible trabajar en la prevención si no se incluyen medidas en los entornos donde se desarrollan los niños. Pilar Berzosa.
Pilar Berzosa, presidenta del Comité Organizador del Congreso, asegura que “el verdadero abordaje debe trabajarse desde la infancia, no es posible trabajar en la prevención si no se incluyen medidas en los entornos donde se desarrollan los niños”.
Asistentes al congreso atienden a las explicaciones de los ponentes durante una de las sesiones.
En este sentido, Martiño Rodríguez González, presidente de la Asociación Española para la Investigación y el Desarrollo de la Terapia Familiar (AEI+DTF), profesor e investigador de la Universidad de Navarra, explicó que “los problemas de la salud mental en la infancia y la juventud derivan en muchas ocasiones en situaciones posteriores durante la juventud o la adultez como la adicción a sustancias, conflictos intrafamiliares graves, y problemas de violencia, de integración social o laboral”. Los expertos manifiestaron durante el congreso que una adecuada inversión en la prevención de los problemas de salud mental infantojuvenil es una inversión social con unos efectos positivos indiscutibles, visibles a largo plazo.
Nos jugamos la salud mental en las relaciones que los menores establecen en su entorno familiar y escolar. Martiño Rodríguez.
“Nos jugamos la salud mental en las relaciones que los menores establecen en su entorno familiar y escolar; en la promoción de espacios de seguridad afectiva, de previsibilidad y de marcos claros, en donde no haya un aglutinamiento de la familia y la escuela”, asegura el presidente de la Asociación.
Por su parte, Rafael Bisquerra, presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar, subrayó que “es imprescindible generar una cultura que promueva un desarrollo de las competencias y la educación emocionales”. Estos programas pueden desarrollarse desde asociaciones de padres, centros educativos u otros grupos sociales, pero deben promoverse ofreciendo recursos desde universidades, fundaciones y asociaciones privadas e instituciones públicas, basados en la investigación científica.
Como ponente destacada, el congreso también contó con Merete Nordentoft, catedrática de Psiquiatría de la Universidad de Copenhague, quien explicó el desarrollo e implantación del programa contra la prevención del suicidio en Dinamarca, como caso de éxito.
La catedrática de Psiquiatría de la Universidad de Copenhague Merete Nordentoft, durante su ponencia.
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