La profesora de UNIR, que obtiene el reconocimiento por su trabajo en las aulas, propone romper con la concepción tradicional para abrir nuevas vías docentes en el ámbito de las Ciencias Sociales.
La historiografía como disciplina científica ha girado -y sigue girando en la actualidad como demuestra esta tesis- alrededor del concepto de tiempo histórico, otorgándole definiciones, periodizaciones y usos diferentes según el contexto político y social. Carmen Escribano, licenciada en Pedagogía, graduada en Maestro de Educación Primaria y Doctora cum laude en Didáctica de las Ciencias Sociales por UNIR, se ha especializado en la vertiente didáctica del concepto.
En sus propias palabras, su “tesis doctoral versa sobre la enseñanza y aprendizaje del tiempo histórico, donde se analizan las representaciones de los futuros profesores de Historia en la etapa de secundaria. Sirve de reflexión para poder concienciar al profesorado de la importancia de enseñar el tiempo histórico y la Historia desde una perspectiva crítica, en la que es indispensable establecer interrelaciones entre presente, pasado y futuro.” De ahí su título: ‘Enseñar a enseñar el tiempo histórico ¿Qué saben y qué aprenden los futuros docentes de Secundaria?’.
Esta tesis ha servido a Carmen Escribano para obtener el Premio Extraordinario de Doctorado. El reconocimiento se convocó en febrero por el Vicerrectorado de Doctorado de UNIR para todos aquellos doctorandos que, entre otros requisitos, habían alcanzado la máxima calificación, con una mención ‘cum laude‘.
Percepción de los estudiantes
Para la consecución de su premiada tesis, Carmen prospectó en el pasado en busca de “la percepción que tienen los estudiantes de profesor sobre el tiempo histórico en base a lo que se les ha enseñado”. Y, mirando también hacia el futuro, les preguntó sobre cómo aplicarán esas ideas en su desempeño docente.
A fin de poder analizar las reflexiones inventariadas de los próximos profesores de Ciencias Sociales, Carmen ha tenido que “actualizar el marco referencial para dar cuenta de los diversos elementos y variables que influyen en los procesos de enseñanza y aprendizaje del tiempo histórico”.
Además, ha utilizado “un enfoque metodológico poco utilizado en el ámbito de la investigación social” como es el de la Teoría Fundamentada. Ambas decisiones fueron alabadas por el tribunal.
La galardonada apunta que ha apostado por la Teoría Fundamentada por su carácter innovador, ya que “ha surgido como alternativa a los enfoques tradicionales que predominan en la mayor parte de la investigación social”.
Falta de análisis crítico
Las conclusiones extraídas de la tesis apuntan a que la mayoría de los programas oficiales otorgan más importancia a los contenidos factuales que a los procedimentales y actitudinales. Tampoco hay en ellos un análisis crítico de la enseñanza del tiempo histórico. Así, el futuro docente no desarrolla una conciencia histórica completa, sino que “asume un rol técnico limitado a ejecutar lo que se prescribe” en el currículum de Secundaria.
Entre varias sugerencias para salir de este enfoque didáctico tradicional, Carmen propone hacer hincapié en “la enseñanza de la historia como impulsora de conciencia histórica, social y ciudadana”. Además, sería bueno ofrecer al alumnado “literatura referente y de investigaciones que puedan utilizarse como recurso didáctico de primer orden”.
Contexto cada vez más complejo
En definitiva, no perpetuar la Historia como una narración monolítica, sino “analizar los distintos enfoques y discutirlos; alejarse de la idea de un conocimiento académico neutral que ya no se adapta al contexto educativo actual, cada vez más complejo”.
Carmen ha agradecido la oportunidad que le ha brindado UNIR: “Me he sentido respaldada en todo momento durante el programa de doctorado”. Esta colaboración también le ha permitido poner en práctica las conclusiones de su tesis actualizando los contenidos de su asignatura de Didáctica de las Ciencias Sociales en el Grado de Maestro en Educación Primaria de UNIR.
Damián Gutiérrez Sáenz