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Consumo financia una nueva investigación de UNIR sobre las cajas de botín en los videojuegos

El proyecto estudiará la relación entre la compra y la apertura de este tipo de recompensas aleatorias y su vinculación con patologías asociadas al juego online. El Ministerio ya contó con la evidencia científica proporcionada por UNIR para la redacción del anteproyecto de ley que regulará estos mecanismos.

Joaquín González Cabrera, director del proyecto.

El Ministerio de Consumo financiará la investigación ‘Desenmarañando las cajas de botín: apertura y compra como factores de riesgo de problemas de videojuegos y apuestas online’, dirigida por el investigador de UNIR Joaquín González-Cabrera.

“Se trata de un nuevo proyecto para profundizar en el conocimiento de los problemas que surgen de la relación entre videojuegos y apuestas, a partir del estudio de la compra y la apertura de este tipo de recompensas aleatorias dentro de los videojuegos llamadas cajas de botín o loot boxes”, explica González-Cabrera, investigador del Instituto de Transferencia e Investigación (ITEI) de UNIR.

Este proyecto del investigador principal del grupo Ciberpsicología de UNIR ha resultado seleccionado, junto a otras veinticinco propuestas, en una convocatoria de financiación de Consumo para investigar y prevenir los trastornos del juego y los efectos derivados de los mismos, así como los riesgos asociados a esta actividad.

Participan además en el proyecto las investigadoras de UNIR Beatriz Feijoó Fernández, Adoración Díaz López y Vanessa Caba Machado.

Hitos de la investigación sobre las cajas de botín en UNIR

Esta financiación pública a la investigación acerca de las cajas de botín de González-Cabrera supone para Consumo volver a contar con el conocimiento científico generado por los investigadores de UNIR en torno al fenómeno de las loot boxes. Se trata de un tipo de compra dentro de los videojuegos que cada vez se ha ido generalizando más e implica la adquisición, con dinero real o del propio videojuego, previo pago con dinero de curso legal, de un objeto virtual aleatorio (armas, objetos decorativos, cartas o personajes, entre otros) con el fin de obtener potenciales mejoras o ventajas.

En la redacción del Anteproyecto de Ley para la regulación de los mecanismos aleatorios de recompensa (MAR), el Ministerio tuvo en cuenta los resultados del primer estudio nacional sobre la prevalencia de compra y sobre los efectos de las cajas de botín en menores, que llevó a cabo por el Grupo de Investigación Ciberpsicología de UNIR.

Estos investigadores llevaron a cabo el primer gran estudio en España sobre esta problemática, que sigue siendo uno de los pocos con menores de edad a nivel internacional. Esta investigación -realizada entre febrero y marzo de 2021- contó con muestra de 4.123 menores y concluyó que un 28,9% había adquirido una caja de botín en los últimos 12 meses.

De estos menores, un 91% compró cajas de botín con el conocimiento de sus familiares (un 69,9% afirmó que tenía alguna supervisión en la familia sobre estas compras) y un 5,5% había gastado más de 100 euros en el último mes.

En otro estudio de 2023, los autores mostraron que la adquisición de este tipo de recompensas dentro de los videojuegos es una práctica estable para los menores de entre 11 y 17 años y que la compra de estos productos incrementaba para ellos hasta en dos veces el riesgo de apostar online en solo medio año.

“Realidad preocupante”

El proyecto ahora financiado por Consumo busca conocer los problemas derivados de la presencia de estos mecanismos en los videojuegos. “No se habían detectado problemáticas relacionadas con apuestas en los videojuegos hasta la introducción de las cajas de botín. Hace menos de 10 años esta problemática no existía y en los últimos años se ha convertido en una realidad sumamente preocupante”, comenta González-Cabrera. “El propósito de esta investigación es comprobar qué relación existe entre comprar y abrir este tipo de mecanismos con el juego patológico online y con otras problemáticas relacionadas con las apuestas, lo que resulta especialmente preocupante cuando existen patología previas”, explica el investigador.

El experto aclara que existen cajas de botín que se abren sin que haya mediado compra por parte del jugador. “Estas cajas se obtienen gracias a la inversión por parte de los jugadores (muchas veces menores) de numerosas horas de juego, la realización de ciertas misiones, la colaboración con otros jugadores online, etc. Queremos conocer si esto puede afectar también a problemas relacionados con el trastorno de juego por internet”, señala González-Cabrera.

Los Mecanismos Aleatorios de Recompensa (MAR) son un fenómeno cada vez más presente en los videojuegos y que preocupa por cuanto miles de menores están expuestos a sus efectos. “La conexión entre algunos de estos mecanismos aleatorios de recompensa en videojuegos, denominados en este anteproyecto, ‘productos de software interactivos de ocio’, y los juegos de azar resulta evidente desde varias perspectivas”, puede leerse en el Anteproyecto de Ley para su regulación en el que sigue trabajando Consumo. Con ella, España se convertiría en uno de los primeros países en regular por ley el fenómeno de las cajas botín.

En esta convocatoria de financiación del Ministerio de Consumo también ha resultado seleccionado otro proyecto de UNIR, dirigido por la investigadora Gemma Mestre-Bach, ‘Detección temprana de factores de riesgo del trastorno de juego: aplicación de técnicas de inteligencia artificial basadas en una perspectiva de género y transcultural’.

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