Isabel Alvarez Castro
El programa de autoayuda está orientado a jóvenes de entre 16 y 24 años que quieran participar voluntariamente en sesiones online totalmente anónimas y gratuitas, basadas en terapias cognitivas y mindfulness.
Dos investigadoras de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) han puesto en marcha el programa online “Cómo Dejarlo“, que ofrece una ayuda, basada en la investigación científica, a jóvenes de entre 16 y 24 años que presentan un uso problemático de la pornografía, y que quieran recibir una terapia de forma online, anónima y gratuita.
“Cómo Dejarlo” tiene una duración de seis semanas y permite a sus usuarios enfrentarse a situaciones problemáticas como el deseo de consumo excesivo de contenido pornográfico, así como identificar y resolver situaciones de riesgo. Consta de varios módulos terapéuticos basados en técnicas propias de terapia cognitivo conductual, entrevista motivacional y el mindfulness.
Está basado en programas similares que ya se han llevado a cabo en otros países y en los que participa la Universidad Eötvös Loránd de Hungría y el Instituto Suizo de Investigación para la Salud Pública.
En España, esta iniciativa forma parte del Instituto de Transferencia e Investigación (ITEI) de UNIR, donde el Grupo de Investigación en Adicciones Comportamentales lidera del proyecto.
Para algunas personas, el consumo de pornografía puede convertirse en un problema que requiere atención clínica. Gemma Mestre-Bach.
En palabras de la investigadora principal, Gemma Mestre-Bach, “para algunas personas, el consumo de pornografía puede convertirse en un problema que requiere atención clínica. Según estudios internacionales, esta situación se presenta entre el 5% y el 14% de los adolescentes de entre 14 a 19 años, por el consumo de forma excesiva, compulsiva o problemática”.
Explica la investigadora que “aunque muchos jóvenes, sobre todo chicos, sospechan que están dedicando demasiado tiempo a ver pornografía, no saben hasta qué punto es así y, sobre todo, ignoran qué problemas puede acarrearles en su vida sexual y en otras áreas del comportamiento. La herramienta ‘Cómo dejarlo‘ les sirve para salir de dudas y pedir ayuda si verdaderamente la necesitan”.
La exposición a contenidos explícitos inadecuados ocurre a edades cada vez más tempranas.
Una realidad que afecta a la sociedad
Según los datos del informe publicado por Save the Children, la edad media de inicio para el uso de pornografía es de 12 años, aunque se señala que la exposición ocurre a edades cada vez más tempranas con niños que tienen su primer contacto con la pornografía online entre los nueve y los once años.
Cada vez más niños acceden a edades más tempranas a internet desde dispositivos electrónicos. Gemma Mestre-Bach.
Aunque recientes estudios arrojan que el 97,3% de varones adolescentes entre 12 y 17 años han buscado pornografía alguna vez, frente al 78,3% de las chicas, “la edad del primer contacto con la pornografía puede ser incluso anterior, pues cada vez más niños acceden a edades más tempranas a internet desde dispositivos electrónicos”, destaca Mestre.
Sobre este tema, la investigadora indica que “debido a que la exposición de los adolescentes y adultos jóvenes a los materiales pornográficos está incrementando mucho en los últimos años, resulta imprescindible desarrollar intervenciones eficaces que permitan sensibilizar a la población joven sobre el uso problemático de la pornografía y darles las herramientas para afrontar sus consecuencias”.
La ciencia investiga los efectos psicológicos y sociales de la pornografía
Las consecuencias sociales del consumo de pornografía son tema de debate en el mundo científico. Para analizar sus vínculos con problemas como las agresiones sexuales, la baja autoestima o la disfuncionalidad sexual, entre otros, la comunidad científica ve necesario intensificar la investigación en este campo, especialmente en la población juvenil.
En este sentido, la también investigadora del Grupo, Giulia Testa, recuerda que “aunque el consumo problemático de la pornografía todavía no se ha catalogado como conducta adictiva, puede llegar a ser una conducta problemática y presentar manifestaciones para considerarse una adicción comportamental”.
Los científicos vemos comportamientos sociales que podrían estar asociados al uso problemático de contenido sexualmente explícito. Giulia Testa.
“Queda mucho por saber respecto a este tema. Los científicos vemos comportamientos sociales que podrían estar asociados al uso problemático de contenido sexualmente explícito, por lo que es importante que se siga investigando para poder abordar la problemática desde un prisma profesional”, concluye Testa.
Dentro del Grupo de Investigación en Adicciones Comportamentales también participan en el proyecto “Cómo Dejarlo” el doctor psiquiatra Carlos Chiclana, y el psicólogo Alejandro Villena.