Sara Puerto
UNIR y la Universidad de Málaga colaboran con Vodafone Giants en una investigación que arroja luz sobre la sobre aspectos como los riesgos, el aprendizaje y la percepción de la violencia en los jugadores de deportes electrónicos.
Los jugadores profesionales de eSports sufren los mismos niveles de estrés y ansiedad anticipatoria en competición que sus homólogos en el deporte tradicional, de acuerdo a un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y la Cátedra esports de la Universidad de Málaga (UMA).
El proyecto ‘Brain Gamers’, realizado en colaboración con el club de eSports Vodafone Giants, analizó la respuesta hormonal de los jugadores profesionales y aficionados de deportes electrónicos en competición. Los 25 gamers expertos analizados, en contraste con el grupo de control de 20 jugadores aficionados, demostraron mayores niveles de testosterona y cortisol, hormonas relacionadas con la competitividad y el estrés, durante su participación en una competición del juego League of Legends. Niveles similares a los que manifiestan los profesionales de otros deportes tradicionales como fútbol, hockey o tenis.
Ansiedad anticipatoria
El estudio reflejó, además, altos niveles de ansiedad anticipatoria en los gamers expertos. Esto es debido a que compiten para alcanzar estatus social, que puede obtenerse a través de premios económicos o ascendiendo en el ranking, por ejemplo.
Los amateurs, al no competir para alcanzar este estatus, no manifiestan ese nivel de estrés. Pero los jugadores profesionales, a diferencia de los aficionados, sí demuestran esa ansiedad relacionada con la importancia atribuida al evento. Esta respuesta ansiosa es fruto del “interés por el resultado de la competición”, explica Manuel Jiménez, investigador de UNIR y autor principal, junto a Manuel Fernández-Navas, de la UMA.
“Los hallazgos de esta investigación arrojan una luz nueva sobre el mundo de los eSports, que contrasta con cierta conciencia negativa que puede existir en la sociedad. Es necesario continuar con la investigación. Estamos muy satisfechos con el equipo de investigación y con todas las instituciones que apoyan este emocionante proyecto”, afirma Fernández-Navas.
Investigación en tres fases
Esta investigación, pionera por el conocimiento que aporta sobre la práctica de los deportes electrónicos en un contexto de creciente profesionalización, consta de tres fases. Los resultados de esta primera fase se recogen en el artículo ‘The Role of Experience, Perceived Match Importance, and Anxiety on Cortisol Response in an Official Esports Competition’, publicado en International Journal of Environmental Research and Public Health.
En una segunda fase se estudiará el aprendizaje significativo de los jugadores y su plasticidad neuronal durante el juego. La monitorización de las ondas cerebrales permitirá trazar las conexiones neuronales que se establecen durante la práctica de los deportes electrónicos.
Una tercera y última fase de la investigación analizará, mediante resonancia magnética, la respuesta emocional de los gamers profesionales y aficionados a videojuegos. Tradicionalmente se ha relacionado la práctica de videojuegos violentos con conductas violentas. Sin embargo, esta relación de causa-efecto no ha podido ser demostrada. Con esta tercera fase se pretende observar si existen mecanismos cerebrales diferenciados entre gamers y no gamers. Los resultados preliminares han sugerido que ambos grupos respondieron de manera similar ante imágenes violentas.
Los jugadores profesionales que participan en la investigación pertenecen a la plantilla de League of Legends de Vodafone Giants, club fundado en 2008, afincado en Málaga y considerado uno de los más importantes a nivel nacional e internacional por palmarés y masa de seguidores.
Virginia Calvo, copropietaria y responsable de Relaciones Institucionales de Good Game Group, empresa matriz de Vodafone Giants, destaca la participación en un proyecto con impacto científico en el sector: “Este estudio permite avanzar en el diseño de mejores planes de entrenamiento, planteamiento de objetivos a medio y corto plazo, así como asignar horas de descanso específicas para cada jugador profesional de videojuegos. El análisis del rendimiento de los jugadores durante el entrenamiento y la competición es vital para el desarrollo del futuro de los eSports”.
Los otros investigadores en el proyecto son Guillermo Mendoza, José Ramón Alvero-Cruz, Jerónimo García-Romero y Margarita Carrillo de Albornoz-Gil, de la UMA; Iván Rivilla, de UNIR; y Vicente Javier Clemente-Suárez, de la Universidad Europea de Madrid.
El artículo está disponible en el siguiente enlace:
https://www.mdpi.com/1660-4601/18/6/2893