Rafael Puyol
Vivimos tiempos de cambios profundos en todos los órdenes de nuestra existencia que dibujan escenarios volátiles e inciertos debido a la enorme celeridad con la que se producen las transformaciones.
Vivimos tiempos de cambios profundos en todos los órdenes de nuestra existencia que dibujan escenarios volátiles e inciertos debido a la enorme celeridad con la que se producen las transformaciones.
El futuro ya no es lo que era, decía Aurelio Peccei; es otra cosa que vislumbramos, pero que no podemos dibujar con los contornos precisos que van a tener. La globalización, el cambio climático, la revolución digital, la inteligencia artificial, la demografía van a conformar un mundo que solo a grandes rasgos podemos intuir. Nos enfrentamos a una “terra ignota” en cuyo desentrañamiento y definición las universidades deben jugar un papel estelar. Pero para que esa función de protagonista esencial pueda ser desempeñada con solvencia, las organizaciones educativas superiores deben estar preparadas.
Los retos de la Universidad
Son muchas las cuestiones que tienen que resolver y los retos que deben enfrentar. Se dice, a veces, que la universidad es una institución en crisis. Lo cierto es que siempre está en crisis y es bueno que así sea si por crisis entendemos su convencimiento de que, en ocasiones, no hace lo que debe y su afán constante para corregir sus insuficiencias y para cumplir de la mejor forma posible las funciones que la sociedad le encomienda. Nadie duda de que tener buenas universidades, sobre todo en sociedades basadas en el conocimiento, es un signo distintivo de la solvencia económica y de la calidad social de las naciones.
Nuestro objetivo con el Observatorio sobre los futuros de la universidad es estudiar los diferentes derroteros por los que circularán nuestras instituciones. Analizar los retos a los que se van a enfrentar, los cambios profundos que se van a producir, las transformaciones que habría que llevar a cabo si queremos que nuestras organizaciones educativas jueguen el papel protagónico que se espera de ellas.
UNIR es una universidad joven, pero preocupada desde sus inicios por la reflexión universitaria. Y el Observatorio quiere ser precisamente un foro de reflexión, de encuentro, de propuestas, de intercambio de ideas y de animación universitaria. Para ello convocaremos a especialistas que hagan aportaciones, celebraremos cursos y seminarios para discutirlas, haremos informes, realizaremos investigaciones y publicaremos los resultados para ilustrar cuestiones relevantes de nuestro quehacer.
Animamos a todos los interesados por esos “futuros de la universidad” porque sin duda serán múltiples, a colaborar con esta pretensión de construir las mejores universidades posibles para que puedan ejercer esa noble función de leader intelectual del mundo que viene.
Rafael Puyol es Catedrático de Geografía Humana y Presidente de UNIR
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