Sara Puerto
La investigación constata que la excesiva dependencia de las redes sociales de los padres inquieta a los hijos, que tienden sin embargo a aceptar este nivel de uso porque lo ven en sus progenitores.
Los menores normalizan el uso de las redes sociales que perciben en sus padres, según una investigación liderada por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) para analizar la percepción de los escolares españoles sobre el papel que juega su familia en el control de su actividad en estas plataformas.
La investigación ha constatado que la excesiva dependencia de las redes sociales de los padres inquieta a los hijos, que tienen sin embargo a aceptar este nivel de uso porque lo ven en sus progenitores.
El control sobre el tiempo de conexión y el acceso a determinadas plataformas son, según los menores, las principales preocupaciones de los padres. Los escolares que participaron en la investigación no indicaron, por otra parte, que se les imponga por parte de los progenitores alguna medida alternativa para reducir el tiempo de conexión, más que la propia restricción horaria, un tema que, de acuerdo con lo expresado por los menores, se torna conflictivo en la relación interfamiliar.
“Los padres y madres son los principales proveedores de tecnología digital para sus hijos y, al mismo tiempo, representan el primer y más importante ejemplo de cómo usarla”, explica Beatriz Feijoó Fernández, vicedecana de Investigación en la Facultad de Empresa y Comunicación de UNIR y primera firmante del estudio, en el que también figuran como autoras Adela López Martinez, vicerrectora de Estudiantes de UNIR, y Charo Sádaba, decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra.
De acuerdo con el método cualitativo seleccionado para la investigación, participaron 62 estudiantes de toda España, de entre 11 y 17 años -25 niños y 37 niñas-, seleccionados en diversos centros educativos y perfiles socioeconómicos, quienes aportaron en conversaciones dirigidas por los investigadores sus percepciones acerca del papel que juegan sus familias, especialmente sus padres y madres, en su uso y consumo de redes sociales.
Adultos como fuente de seguridad y acompañamiento crítico
Los entrevistados reconocieron acudir a sus progenitores para contrastar información obtenida en redes sociales, pese a que en general se sienten “superiores” en cuanto a sus conocimientos sobre estas plataformas. “Pese a ello, buscan en sus adultos la seguridad y el acompañamiento crítico ante ciertos contenidos que les generaron dudas, especialmente sobre la pandemia”, detalla Feijoó. A su vez, los padres ejercen de nexo entre los menores y los medios de comunicación tradicionales.
Los menores ven a los adultos de mayor edad, como los abuelos, más indefensos ante bulos y engaños en redes sociales. Así, señalaron los grupos de familia en WhatsApp como el canal por el que reciben más noticias falsas, en parte por la falta de “criterio digital” que aprecian en sus mayores.
Dos perfiles en la misma red social
El estudio arroja otros resultados, como que los menores tienden a contar con dos perfiles en la misma red social: uno más formal, en el que cuentan con sus padres y allegados como seguidores; y otro bajo pseudónimo, privado, con el que se relacionan con sus amigos más íntimos.
De esta manera, aunque parece que en el contexto digital no se da un intercambio natural entre padres e hijos, de la conversación con los menores se extrajeron experiencias como los challenges o retos en las redes sociales desarrollados conjuntamente con sus familias durante la pandemia, que dejan relucir la posibilidad de crear espacios comunes para padres e hijos en el contexto digital.
“Es interesante destacar que las circunstancias derivadas de la pandemia posibilitaron episodios de creación y de entretenimiento conjunto entre padres e hijos en redes sociales, como una acción que convendría seguir explorando en futuras prácticas de mediación parental activa”, considera la investigadora de UNIR.
Recomendaciones para familias
Entre los principales consejos para las familias, Feijoó recomienda:
- Fomentar espacios para guiar y conversar sobre ese consumo digital.
- También propone que los adultos hagamos un ejercicio de autocrítica y reflexionemos sobre qué ejemplo estamos lanzando a los más pequeños en nuestro hogar.
- Por otro lado, interesarse por las rutinas digitales de los menores puede ser un ejercicio valioso: escucharlos de manera activa, conocer sus gustos, los influencers que siguen, las nuevas tendencias, músicas, personajes que les llaman la atención… fomenta un clima de confianza que facilita que los menores compartan sus inquietudes ante una pantalla, como es el móvil, de difícil control si no es a través de la confianza entre padres e hijos.
Referencia bibliográfica:
Feijoo, B., Sádaba, C., & López-Martínez, A. (2023). Spanish Minors’ Perception of their Parents’ Role in their Use of Social Media Networks. International and Multidisciplinary Journal of Social Sciences, 12(2), 157–182. https://doi.org/10.17583/rimcis.11017
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