Sara Puerto
UNIR participa en el consorcio de empresas que trabajan en proyecto, financiado con más de 2.285 millones de euros por el CDTI, que busca hallar un sistema de alternativo que permita la comunicación satelital donde ahora no es posible.
La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) participa en el Proyecto CHIP-NESE, junto a empresas líderes en diversas áreas tecnológicas, para desarrollar una tecnología que permita transmitir datos a largas distancias en las comunicaciones entre satélites. El objetivo es lograr una placa integrada miniaturizada de alta computación y bajo consumo que posibilite que los globos estratosféricos sean autónomos.
El proyecto, con una subvención de 2.285 millones de euros, está financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), en la convocatoria del Programa Misiones de Ciencia e Innovación vinculadas al PERTE de microelectrónica y semiconductores, dentro del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2021-2023.
Sistemas alternativos de comunicación por satélite
El proyecto CHIP-NESE ha centrado su investigación en el desarrollo de sistemas de comunicación alternativos, eficientes en cuanto a consumo energético y robustos en situaciones donde la conectividad satelital tradicional puede no ser viable o insuficiente.
La participación de UNIR a la investigación se centra en los protocolos de acceso a la red y la optimización de la capacidad de estas redes, de forma que sea posible asegurar una operación eficiente y confiable, incluso en entornos con recursos limitados. Además, se ha trabajado en el cálculo de la capacidad de la red, un aspecto esencial para determinar cuántos dispositivos o sensores pueden operar simultáneamente sin degradar el rendimiento de la red.
En colaboración con FOSSA, un proveedor especializado en soluciones satelitales en órbita baja (LEO), UNIR aporta su conocimiento en redes LPWAN (Low Power Wide Area Network), como LoRa (Long Range).
“Este tipo de tecnología permite transmitir datos a largas distancias utilizando muy poca potencia, lo que la convierte en una opción idónea para aplicaciones de monitoreo remoto y telemetría en ubicaciones de difícil acceso”, explica Paula Lamo, investigadora de UNIR en el proyecto.
“Un ejemplo destacado de su aplicación es la transmisión de datos desde globos estratosféricos, que, a altitudes elevadas, recopilan información científica o técnica que luego puede ser procesada y analizada en tierra”, agrega la investigadora.
Además, estas redes LPWAN pueden ser utilizadas para una amplia gama de aplicaciones que requieren bajo consumo de energía y alta resiliencia, como el Internet de las Cosas (IoT) en áreas rurales, monitoreo ambiental, agricultura de precisión o cualquier otro escenario donde la conectividad tradicional no sea posible o sea excesivamente costosa.