El profesor de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología de UNIR Sergio Ríos ha liderado el desarrollo de la app gratuita 'Copiloto Samsung' para alertar sobre la somnolencia al volante y reducir los accidentes de tráfico
Unos pocos segundos, un cierre de ojos ligeramente prolongado y una mínima relajación de los brazos. Basta estas en, apariencia, nimiedades, para que el resultado sea fatal cuando de conducir se trata. Pero la somnolencia al volante tiene las horas contadas. Desde hace poco más de un mes ya está en el mercado la app gratuita -y compatible con distintos fabricantes- ‘Copiloto Samsung’ pensada para reducir los accidentes de tráfico causados por el sueño. Y es que, según datos oficiales, se trata de un factor implicado, directa o indirectamente, en entre el 15 y el 30% de los siniestros viales registrados en España.
Esta novedosa aplicación para ‘smartwatches‘ representa un ejemplo perfecto de cómo la tecnología puede ayudar a la sociedad. Es precisamente con este objetivo en mente con el que su artífice, Sergio Ríos, ha trabajado durante tres años con tal de hacerlo realidad. Sí, treinta y seis meses han pasado desde que el profesor del Grado de Ingeniería Informática y director del Máster en Aplicaciones Móviles de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología de UNIR iniciara tan exitosa aventura.
Todo comenzó durante una reunión con Samsung, con los que ya había trabajado anteriormente en temas de innovación, para ver qué posibilidades podían aplicarse en este tipo de relojes que, por lo general, se utilizan además de para ver la hora, para visualizar notificaciones de WhatsApp, correo electrónico o llamadas. E incluso para medir la actividad física. “Me plantearon el desafío de buscar algo distinto y, a ser posible, que nos ayude a mejorar la responsabilidad social“, recuerda el docente. Tras una tormenta de ideas, la última fue la que dio con la tecla correcta. “Pensé que por qué no aprovechar los sensores de pulso, del ritmo cardíaco y de movimiento para predecir cuándo alguien está a punto de quedarse dormido”, añade.
Primero con dos ingenieros, uno que trabaja en BMW y el otro en Airbus, y luego con su Grupo de Investigación de UNIR Mobile & User Experience, del que es director, realizó un prototipo viable y lo fue perfeccionando de forma que el algoritmo que lo forma aprenda del portador del reloj. Muchas pruebas, estudios y análisis que Ríos da por más que bien empleados. “Con una sola vida que se salve, merece la pena todo el esfuerzo”, sostiene.
Una labor cuya principal dificultad consistía en probar el estado de somnolencia de los conductores en situaciones reales. Para conseguirlo, recurrieron a otro tipo de pruebas en “condiciones normales, donde buscamos que haya falsos negativos o falsos positivos sin poner en riesgo la vida de nadie” explica el docente. Entonces, ¿cómo recrear una situación de conducción? Con un simulador de tráfico y un volante real, los voluntarios experimentaron la eficacia de la aplicación. “Accidentalmente, descubrimos que también detectaba el sueño cuando alguien, por ejemplo un sábado por la tarde, se dormía frente al televisor”, apunta un sonriente Ríos.
A todos ellos les desveló una insistente vibración, la alerta que utiliza el smartwatch para que el cuerpo reaccione. “Para mí fue también un descubrimiento, pero está demostrado que, cuando el cuerpo está en estado de somnolencia, la vibración lo pone en alerta rápidamente, más que cualquier otro sonido, porque los sonidos a veces los integras en el sueño y, como el reloj contaba también con vibración y se puede programar su patrón, seleccionamos una que no es habitual para el cuerpo humano y por eso reaccionas instintivamente”, desvela el investigador.
Dicha programación se realiza previamente al viaje ya que la aplicación primero registra las constantes vitales del conductor en reposo. No solo eso, sino que también permite que se almacene un contacto de la agenda del usuario para, en caso de emergencia, realizar una llamada rápida.
Toda una nueva línea de investigación sobre la que siguen trabajando para que pueda complementarse con la potencia del teléfono móvil para que los cálculos puedan realizarse a través de él a través de la Inteligencia Artificial. No obstante, resulta más complicado implantar la app directamente en ellos porque el reloj cuenta con la ventaja de que, al llevarlo siempre puesto, “nos monitoriza constantemente con los parámetros de ritmo cardíaco, acelerómetro, giroscopio y podómetro”.
Pese a ello, nunca se sabe, puesto que Ríos reconoce que ya les han contactado a nivel internacional por este proyecto, muy relacionado con el ámbito empresarial, del que él forma también parte como docente del Máster Universitario en Marketing Digital y Comercio Electrónico de UNIR. “Algunos fabricantes de vehículos están interesándose porque su futuro pasa no solo porque los coches sean más eléctricos, sino que también se integren con los smartphone y todo lo que ello conlleva”, vaticina “enormemente satisfecho” de que los estudios, investigaciones y trabajos de estos meses haya dado un fruto tangible que permita a la sociedad “entender lo que la ciencia hace”.
