La profesora del Grado de Comunicación de UNIR relata lo que ha sido un reto en lo personal y en lo profesional, ya que "impartir docencia en otra universidad es otra forma de comprobar la máxima de Erasmo de Rotterdam".
A Dory Merino las primeras noticias sobre la pandemia le sorprendieron en Reikiavik. La profesora del Grado de Comunicación de UNIR se encontraba la capital de Islandia realizando un programa de movilidad internacional (Erasmus+) para docentes junto a otros dos profesores de la Universidad Da Beira Interior (Portugal) cuando estalló la noticia del COVID-19. Vive UNIR habla con ella sobre su estancia en la Universidad islandesa, el programa de Cine Español en el que participó y lo que supuso vivir una experiencia, que aunque breve, resultó ser muy interesante y fructífera.
Un estancia que comenzó a fraguarse a raíz de la invitación de la doctora Erla Erlendsdóttir para participar en un Programa de Cine Español. “Parece mentira que se pueda aprender tanto en una semana”, asegura la docente sobre su intensa estancia en Islandia. Motivos no le faltan a la doctora en Ciencias de la Comunicación e investigadora de UNIR, ya que, tal y como asegura, “tienes que espabilarte para practicar idiomas, actualizar las competencias de saber estar, adaptarte a horarios y costumbres del norte de Europa, compartir tu tiempo con personas desconocidas en espacios nunca vistos o descubrir alimentos nuevos, entre otras habilidades que surgen de forma espontánea en un entorno diferente al habitual.”
Obstáculos para algunos que, sin embargo, para el carácter extrovertido e inquieto de Dory Merino supone más una aventura que una barrera. Un reto en lo personal y en lo profesional, ya que “impartir docencia en otra universidad es otra forma de comprobar la máxima de Erasmo de Rotterdam: “En el estudio no existe la saciedad”, confiesa la docente de UNIR.
El programa de cine, por el que fue invitada y que le llevó hasta las gélidas tierras islandesas, arrancó con la ponencia de Merino. Bajo el título “Escenas costumbristas: el cine español desde sus inicios”, la docente realizó una comparativa relacional de los orígenes del cine español con las siguientes películas: ‘Vivir dos veces’, ‘Campeones’, ‘ADU’,’El mejor verano de mi vida’, ‘Diecisiete’, ‘Toc-toc’, ‘Padre no hay más que uno’ y ‘Mientras dure la guerra’.
Ocho largometrajes con una característica común: tanto en las primeras películas españolas (1897), como en las que se analizan del siglo XXI, la temática es la misma: muestran la realidad del día a día.
Impartir docencia en otra universidad es otra forma de comprobar la máxima de Erasmo de Rotterdam: “En el estudio no existe la saciedad”, confiesa la docente de UNIR.
Sin duda, un viaje inolvidable que concluyó con una anécdota curiosa. Tal y como nos cuenta Dory Merino, tras su exposición una señora entró en el salón preguntando dónde está la profesora de La Rioja, “porque la quiero saludar ya que mi marido es (del barrio logroñés) de Yagüe”. Sin duda, la Universidad Internacional de La Rioja no tiene fronteras.