Los docentes de UNIR Pablo M. Orduna y Virginia Pascual publican un completo y novedoso estudio sobre el papel de las plantas en la cultura como parte del patrimonio y del conocimiento tradicional del enclave navarro
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No es un secreto para nadie que las plantas han desempeñado un importante papel curativo, sobre todo en la medicina popular, desde la Prehistoria. También en la artesanía, la literatura, el patrimonio cultural y la gastronomía. Usos que varían en función de las especies propias de cada zona geográfica. Así, por ejemplo, en el valle navarro del Roncal el arce común, también conocido como ‘askar’, ‘gallogallina’ o ‘escarrón’ era utilizado para la fabricación de yugos por la gran calidad de su madera. O la carlina, denominada ‘eguzkilore’, que se coloca en las puertas de las casas o en las ventanas como símbolo de protección.
Son solo algunos de los ejemplos que ilustran la ‘Guía etnobotánica del valle del Roncal’ que han elaborado Pablo Miguel Orduna Portús y Virginia Pascual, profesores de la Universidad Internacional de La Rioja. El volumen, que recientemente ha publicado la editorial Lamiñarra en colaboración con el Gobierno de Navarra, la Cátedra de Lengua y Cultura Vasca de la Universidad de Navarra y la asociación cultural Etniker, repasa nada menos que 300 plantas. Lo hace a través de 211 fichas a todo color que ilustran sus 430 páginas. Año y medio de arduo trabajo para reflejar un exhaustivo estudio -nada que ver con una guía de remedios caseros- sobre el papel de la flora en la cultura como parte del patrimonio y el conocimiento tradicional en el Valle del Roncal.
El resultado, una obra extensa, bilingüe -en castellano y euskera con referencias dialectales locales- que incluye descripciones completas de las plantas no solo a nivel botánico, sino también su toponimia, usos y simbología. Además, su carácter divulgativo permite acercar este conocimiento tradicional al público en general. “Se ofrece una exposición ágil y divulgativa del saber etnobotánico de un pueblo que supo aprovechar los recursos de su territorio”, explica Orduna, doctor en Historia Moderna, etnólogo navarro y docente del Grado de Humanidades.
Tras años de recoger patrimonio etnográfico del valle y detectar una simbiosis con el paisaje, consideró necesario recopilar dicha información en este libro que comprende “un 20% de la flora del Roncal, pero es la que tiene un significado cultural”. Fuentes orales locales y bibliográficas han constituido una ayuda inestimable a la hora de que vea la luz un trabajo realizado con “disciplina y rigurosidad científica que avalen la validez de sus datos”.
“El Valle del Roncal tiene un paisaje muy interesante pero poco explotado a nivel científico y botánico”, añade la malagueña Virginia Pascual López. Doctora en Biología Vegetal y docente del Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria, resalta que en Sudamérica y en los países anglosajones la etnobotánica “está más avanzada; en España está empezando. Es muy interesante por lo que supone de salvaguardar un conocimiento local que, además, ayuda a conservar la biodiversidad”.
Ese es precisamente el principal valor de este trabajo: su perdurabilidad. Que todos esos saberes locales “tan importantes no se pierdan” y reconoce que, determinar las diferentes plantas y sus respectivos nombres, “fue lo más difícil”. ¿El motivo? “Que los científicos se refieren a ellas en latín mientras la gente lo hace en su lengua propia”, con denominaciones algunas que se remontan más de un siglo y en dialecto roncalés. Precisamente este enclave navarro, concretamente la villa de Burgui, ha sido testigo de una de las presentaciones de la guía, que también se ha expuesto en Pamplona y sobre la que, durante este año, ambos profesores departirán en otras localizaciones, entre ellas, la también villa roncalesa de Isaba.