El 5 de octubre se celebra el Día Mundial de los Docentes. Almudena Castellanos y José Fernando Calderero, profesora de los Grados en Maestro de Educación Infantil y Primaria y decano de la Facultad de Educación de UNIR, respectivamente, hablan de cómo es el nuevo perfil del docente.
Ante la nueva era digital los maestros se plantean modificar su sistema de enseñanza e incluir los nuevos avances tecnológicos a su metodología. Uno de los objetivos es hacer más atractiva la educación y la manera de aprender. José Fernando Calderero, decano de la Facultad de Educación en UNIR, considera que el nuevo perfil del […]Ante la nueva era digital los maestros se plantean modificar su sistema de enseñanza e incluir los nuevos avances tecnológicos a su metodología. Uno de los objetivos es hacer más atractiva la educación y la manera de aprender. José Fernando Calderero, decano de la Facultad de Educación en UNIR, considera que el nuevo perfil del docente tiene que ser una persona emprendedora, estar al día y pendiente de qué es lo que funciona en el aula.
¿Qué características definen a la figura del profesor tecnológico frente al convencional?
Según el decano de Educación de UNIR, estas serían las características: ser un habitual de las redes sociales, algo que le proporciona una interesante cosmovisión gracias a la que entiende mejor al alumno ya que participa de su situación de “permanente aprendiz”.
Así, continua, le resulta más fácil contrastar distintos puntos de vista lo cual es muy formativo y puede contribuir a facilitar el diálogo intercultural. Los alumnos percibirán al profesor como alguien cercano que no limita las relaciones con ellos exclusivamente al aula.
Pero, en palabras del profesor Calderero, no todo es positivo: “se corre el peligro de no prestarle suficiente atención al contenido y/o a la ciencia o al acervo cultural recibido de las generaciones anteriores. Puede caer en la trampa de preparar poco sus clases ya que… ¡está todo en la Red! propiciando un aprendizaje superficial que, contrariamente a lo deseable, puede conducir a que los alumnos tengan falta de criterio e incapacidad para discernir los contenidos fiables o relevantes. Es fácil limitarse perezosamente a consultar solo la información concordante con las propias ideas generando espacios endogámicos e intolerantes. Además, llevado por un excesivo deseo de ser aceptado por los alumnos, puede caer en un “coleguismo” que en la práctica le produce el rechazo de los propios alumnos que desean tener “confianza” pero no “confianzas”. En el necesario, e imprescindible, encuentro interpersonal profesor –alumno es necesaria una cierta asimetría que permita eficientemente alcanzar los objetivos educativos”.
Según el decano de la Facultad de Educación de UNIR afirma que en términos generales la tecnología ha cambiado la forma en la que los docentes preparan sus clases. Aunque no sea nada más que desde el punto de vista técnico-operativo prácticamente ningún docente puede prescindir de la tecnología. Pero recuerda que hay que tener en cuenta el uso inteligente que se hace de ella. “Si un profesor, por ejemplo, cree que por el simple hecho de usar en clase presentaciones informatizadas en las que solo tiene que limitarse a leer el contenido de las diapositivas es “moderno” va por mal camino, eso es contraproducente”.
De un lado, destaca que esta “nueva forma” de impartir clases fomenta la participación de los alumnos. Aunque señala que “si por nueva forma entendemos potenciar la singularidad de cada alumno, su interactividad con los compañeros, con el profesor y otros ámbitos sociales, su creatividad y su interés por el conocimiento y por el desarrollo de sus capacidades, la reciben muy bien como se puede ver en los cientos y miles de actividades educativas en la web en los que muchos niños y jóvenes participan.
Por el contrario, los alumnos que perciben que su escuela sigue anclada en el pasado sufren una desmotivación global que les hace pesada su actividad escolar”.
Almudena Castellanos, profesora de Tecnología de la Información y Comunicación aplicadas a la educación en los Grados en Maestro de Educación Infantil y Primaria de UNIR, señala que “el profesor tecnológico, no es un ingeniero informático, es más bien un profesor motivado, creativo, que cree en su profesión y sabe sacar lo mejor de cada alumno, que aprovecha las herramientas para mejorar su forma de enseñar, para construir actividades constructivas y participativas y para generar cultura en la era digital.
Además, la profesora Castellanos destaca que los alumnos, nativos digitales, aprovechan la presencia de este tipo de docentes para sacar lo mejor de Internet y para usar las redes con sentido crítico. “Para subirse al carro de la innovación se necesita principalmente mucha vocación docente.”
¿Qué ventajas tiene la tecnología a la hora de enseñar/aprender?
Tal y como afirma José Fernando Calderero, “la primera clara ventaja es que, hablando de la tecnología en sentido amplio, es “imprescindible”. Si bien es cierto que un buen profesor sin recursos se las ingenia para hacerse con ellos, construirlos o inventarlos no es menos cierto que tener medios didácticos apropiados ayuda mucho”.
Entre otras ventajas, el decano de educación de UNIR destaca que: “ahorra tiempo, posibilita acceder, mediante simuladores o grabaciones, a realidades fuera del alcance del común de los mortales. Apela, mediante la interactividad, a salir de la cómoda y esterilizadora postura de alumno-espectador, facilita la comunicación interpersonal y un considerable etc.”.
Como conclusión, José Fernando Calderero, decano de Educación en UNIR, apunta que es importante no idealizar lo que, por muy bueno que sea y lo es, no puede ser nada más que una herramienta ya que el abuso puede conducir a los alumnos, y profesores, a ignorar todo lo no digital; “no olvidemos, por ejemplo, lo absolutamente necesaria que es la experimentalidad”.
