Federico Salvador Pérez, docente de la Facultad de Educación de UNIR, explica cómo ha sido su estancia en la Universidad de Porto, en Portugal, y las nuevas líneas investigadoras que se han abierto.
“Los programas de movilidad internacional son una excelente oportunidad para disfrutar de una nueva experiencia en otra universidad y, por supuesto, de crecer de manera personal y profesional”, tal y como asegura el docente de UNIR Federico Salvador Pérez, quien acaba de regresar de una estancia en Portugal.
En su caso, la inmersión ha sido breve, cinco días, pero de una gran intensidad, productividad y enriquecimiento, ya que ha podido impartir clases, intercambiar conocimientos con otros colegas y alumnos e, incluso, visitar varias escuelas para ahondar en una de sus líneas de investigación: la relación entre la actividad física, los hábitos de vida saludables y el rendimiento académico.
“El hecho de que no sean estancias largas es un punto a favor para muchos docentes universitarios, ya que supone vivir una experiencia docente e investigadora conciliando con su vida familiar y laboral”, asegura Cristiana Datola, responsable de la oficina de Movilidad Internacional de UNIR, y para quién Federico solo tiene palabras de agradecimiento por la ayuda prestada y la rapidez en los trámites.
“El contacto fue excelente desde el principio. Fueron súper rápidos en contestar. Nada más recibir mis inquietudes se pusieron en contacto conmigo para facilitarme unos pasos muy sencillos y comunicarme los tiempos necesarios. Además, me aconsejaron y animaron a presentar la solicitud”, asegura Federico sobre la labor de la oficina.
“He experimentado un crecimiento personal y académico por haber tenido que adaptar la metodología docente propia a un nuevo marco pedagógico distinto al habitual para mí”, concluye Salvador Pérez.
A los pertinentes trámites le siguió una estancia de cinco días en el Observatorio de deporte, educación y comunidades (ODEC) en la Facultad de psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad de Porto, en Portugal, con la que Salvador Pérez ya había intercambiado conocimientos prácticos durante una Escuela de Verano.
“Me hacía mucha ilusión volver allí, además de conocer de primera mano lo que se está trabajando actualmente en dicho lugar” explica el docente al tiempo que incide en que las jornadas que tuvo que desarrollar se celebraban en horario partido, lo que le permitió cumplir con el extenso programa de actividades (clases, prácticas, visitas a escuelas…) que tenían preparado y que “hizo la estancia más enriquecedora”.
En el plano investigador, el resultado ha sido igual de satisfactorio gracias a las sinergias con varios docentes. “Estoy seguro de que ha servido para fomentar la participación en proyectos comunes, publicaciones y colaboraciones para diferentes iniciativas que ya se están trabajando”, concluye el docente de la facultad de Educación de UNIR.
Trasladar su conocimiento online al aula
Sobre cómo le ha ayudado sus conocimientos en docencia online, Federico asegura que “el poder plantear cuestiones, moderar la exposición o interactuar con los estudiantes han sido ejemplos de competencias que he trasladado al plano educativo presencial.”
“He experimentado un crecimiento personal y académico por haber tenido que adaptar la metodología docente propia a un nuevo marco pedagógico distinto al habitual para mí. Sin duda, me ha servido para progresar en el aprendizaje, gracias a la formación recibida y a la participación activa”, concluye Salvador Pérez.
En el plano práctico, el profesor de UNIR conoció de primera mano las actividades que se están desarrollando en dos escuelas lusas que realizan intervención en niños en riesgo de exclusión social, para acercarse a las actividades y proyectos que están implementando e intercambiar opiniones.
Federico Salvador posa con sus colegas de la Universidad de Porto.
Acercamiento cultural y académico
Además del acercamiento académico e investigador, el docente de UNIR también incide en el acercamiento cultural y personal de este tipo de experiencias. En concreto, Salvador Pérez destaca el trato dispensado por Teresa Días, que le acogió, así como por los alumnos y profesorado del centro, cuyo trato fue cercano y excelente desde el primer momento.
“Tanto es así que, por la noche, cuando ya no estaba con las personas que me acompañaban durante el día, pensaba en portugués. Desde luego fue una inmersión al 100%”, explica con cariño el docente, al tiempo que recuerda que el último día de su estancia, y coincidiendo con su cumpleaños, los alumnos y compañeros le cantaron en portugués.
Sin duda, una experiencia que le ha hecho crecer en el plano humano y docente porque ha podido “experimentar un acercamiento cultural y académico”, y que recomendaría 100% a otros docentes universitarios y a los propios estudiantes.
Más información sobre las becas para estudiar en el extranjero y de movilidad en la web de la Oficina de Movilidad Internacional de UNIR (https://www.unir.net/estudia-con-nosotros/oficina-movilidad/)
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