Beatriz Corral
El coordinador académico del Grado en Matemática Computacional de UNIR ha sido reconocido por su tesis para diseñar y probar nuevos métodos iterativos que resuelvan problemas sin solución analítica
“El leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. Un antiguo proverbio chino cuyos efectos pueden explicarse a través de las matemáticas. Ciencia también milenaria que es capaz de desentrañar las variables que controlan la diabetes o de utilizar algoritmos de encriptación para incrementar la seguridad en las comunicaciones.
Utilidades como estas y muchas otras son las que de bien pequeño despertaron la curiosidad de Francisco Israel Chicharro por las matemáticas y por la ciencia en general. Pasión que le ha acompañado a lo largo de toda su vida y que le ha ayudado a obtener un reconocimiento que, en el mundo académico, sabe a exquisitez pura. Tanto que, cuando el actual coordinador académico del Grado en Matemática Computacional de UNIR recibió el correo en el que le notificaban la resolución del Premio Extraordinario de Tesis, permaneció varios minutos sin poder articular palabra.
Entre sus manos tenía la culminación a mucho tiempo de estudio logrado a base de trabajo, constancia, superación, dedicación e inquietud. Las suyas, por supuesto, pero también las de sus directores de tesis, Juan Ramón Torregrosa y Alicia Cordero, y las de su entorno familiar, “tremendamente propicio” para dedicarse a la investigación. Y no solo en el campo matemático, sino también en el de las telecomunicaciones. Áreas ambas en las que el docente de UNIR ha obtenido sus respectivos doctorados. Y con cada uno de ellos ha recibido sendos regalos. El más reciente, el del reconocimiento de la Universitat Politècnica de València, mientras que en el anterior la dicha fue aún mayor con el nacimiento de sus hijos Nico y Bimba.
“Mucho trabajo”
Verdaderas satisfacciones para unas intensas etapas en lo académico y personal. Supone “mucho, muchísimo trabajo”, admite Chicharro. “Y nunca es suficiente”, zanja. Porque cada etapa tiene lo suyo. “El trabajo de estudio, cuando aterrizas, es tremendo porque resulta capital conocer el origen de los métodos para comprender cómo han ido evolucionando”, introduce. La fase de desarrollo de los nuevos métodos resulta “dura pero gratificante, puesto que de forma inmediata vas obteniendo resultados”. Y los meses de elaboración del documento final son para “disfrutar y asimilar todo lo desarrollado”.
Así lo vivió en su primera tesis, con el Doctorado en Telecomunicaciones, titulada “Técnicas ópticas de transmisión avanzadas para redes OOFDM-WDM”, surgida del incesante aumento de la demanda del ancho de banda para ofrecer a los usuarios finales de Internet servicios como vídeo en alta definición o videoconferencias, entre otros. Y lo ha repetido ahora, con su premiada labor en el “Análisis dinámico y aplicaciones de métodos iterativos de resolución de ecuaciones no lineales”.
Una ardua tarea que se originó cuando cursaba quinto curso de Ingeniería de Telecomunicaciones y eligió una asignatura optativa llamada Mecánica Orbital del Movimiento de Satélites. En ella se enfatizaba la solución del problema de dos cuerpos desde el punto de vista matemático y se proponía un trabajo relacionado con la determinación de órbitas de satélites artificiales. A dicho trabajo le sucedió el proyecto de fin de carrera que, a su vez, devendría en las posteriores investigaciones que conformarían la base de su segunda tesis.
En su investigación, partió de la base de que hay ocasiones en que la modelización de un problema se basa en una ecuación no lineal, cuyo resultado no se puede obtener analíticamente. Pero sí se pueden lograr soluciones muy aproximadas de forma numérica. Los métodos para resolver de este modo las ecuaciones no lineales son los iterativos, entre los que el más famoso es el método Newton.
Diseño, prueba y aplicación
“En esta tesis se han diseñado nuevos métodos iterativos para resolver estos problemas que no tienen solución analítica, aumentando un factor de calidad denominado orden de convergencia. También los hemos puesto a prueba para verificar la estabilidad, que garantiza que el método no va a fallar independientemente de las condiciones sobre las que se aplique”, desarrolla el docente.
Para conseguirlo, han recurrido a conceptos de dinámica compleja “y hemos diseñado y publicado una herramienta gráfica para verificar de un vistazo la estabilidad. Por último, se recoge la aplicación de estos métodos para la determinación preliminar de órbitas de satélites artificiales, a partir del conocimiento de dos posiciones del mismo y el intervalo temporal entre la toma de muestras”.
Como buen científico, Chicharro hace alusión a la alineación “de las variables espacio y tiempo” para referirse a la inevitabilidad de haber cursado ambos doctorados. “Nunca me lo planteé en mi vida, pero hay veces que las cosas suceden porque tienen que suceder“, asume con filosofía.
La misma que aplica a los absorbentes proyectos en los que se halla inmerso. Por un lado, su vital labor como coordinador del nuevo Grado en Matemática Computacional de UNIR y por otro, en lo que a investigación se refiere, su participación -junto a compañeros de la Universitat Politècnica de Valencia- en un proyecto del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades para seguir desarrollando métodos iterativos para sistemas de ecuaciones no lineales.