Sara Puerto
La edición crítica de la obra de ambos autores sitúa su importancia como dos de las mayores figuras de las letras hispánicas, esenciales para entender el contexto latinoamericano.
Eliseo Diego y Heberto Padilla, dos figuras esenciales para entender la lírica cubana, protagonizan los lanzamientos que la prestigiosa editorial Cátedra dedica este año al país latinoamericano, de la mano de la profesora de UNIR Yannelys Aparicio.
Directora académica del Máster en Literatura Española y Latinoamericana de UNIR, es autora de las ediciones críticas de los poetas cubanos Eliseo Diego, que acaba de publicarse, y Heberto Padilla, que verá la luz en el otoño/invierno próximo en la editorial.
Coincide la primera con el centenario del nacimiento de Eliseo Diego. “Es el mejor poeta cubano del siglo XX, incluso por encima de José Lezama Lima o Nicolás Guillén”, afirma Aparicio, que firma la publicación de Cátedra junto con Ángel Esteban, catedrático de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Granada.
Diego perteneció a la generación literaria más relevante e influyente de toda la historia cubana: el grupo Orígenes, un colectivo unitario y cohesionado, liderado por Lezama Lima, en el que convivieron las mejores plumas del siglo. “Puede compararse por su calidad y repercusión a grupos similares en el tiempo y proyección, como la Generación del 27 española o el grupo Sur argentino, liderado por Jorge Luis Borges”, explica la doctora Aparicio.
La edición de Cátedra, titulada Nos quedan los dones y perteneciente a la colección Letras Hispánicas, estudia la obra de Diego desde su primera publicación, En la calzada de Jesús del monte (1949), hasta sus últimos poemas de los años noventa. “Diego fue un poeta ‘concentrado’, es decir, alguien que dedicó su vida a la creación de un universo poético que estaba por encima de los vaivenes de la política o la sociedad cubana y americana –señala Aparicio–. Su vida es su poesía y eso se manifiesta en el sentido orgánico que tuvo toda su obra, desde sus primeros poemas de los años 40 hasta lo último que escribió pocas horas antes de morir, en 1994. Y lo que es más importante: la calidad estética de sus poemas está en consonancia con su actitud vital y artística”.
“Si no ha tenido fuera de Cuba la importancia que merece –razona la profesora– es por el bajo perfil que mantuvo Diego toda su vida, más preocupado por escribir bien que por promocionarse y ser conocido”.
La conmemoración del centenario del nacimiento del poeta concentrará en Cuba, a lo largo de todo este año, diversos actos de homenaje. “Dentro de sus limitadísimas posibilidades económicas, el país se está dedicando por entero a honrar la figura de una de sus figuras literarias más destacadas de todos los tiempos. Y en la Feria del Libro de Miami (15-22 de noviembre de 2020) se le rendirá igualmente un merecido homenaje”.
Heberto Padilla, lucha por la libertad
La edición crítica de la obra de Heberto Padilla, que prepara Aparicio también para Cátedra, saldrá, según está previsto, en otoño/invierno de 2020. Trabaja junto con Gustavo Pérez Firmat, catedrático en Columbia University, con quien comenzó a colaborar durante una estancia de investigación en esta universidad americana. “Tiene como objetivo recordar el mejor poemario del poeta, Fuera de juego, que provocó una controversia de dimensiones incalculables en la política cultural cubana y latinoamericana de los años setenta”.
En esta obra, Padilla construía una alegoría de la represión y la censura en la dictadura cubana y fue por ello represaliado por el gobierno. “Sufrió arresto y fue obligado bajo tortura a proclamar oralmente y ante un nutrido público de escritores, su arrepentimiento por haber traicionado a la revolución y su líder con sus poemas”, explica Aparicio. Esto provocó que la mayoría de los intelectuales y políticos europeos y americanos que habían aplaudido la dictadura le retiraran su apoyo. “El libro ha pasado a la historia de la literatura universal no solo por su calidad, que está contrastada y aceptada por la crítica, sino también por ser considerado como un símbolo de la lucha contra las dictaduras y por la libertad”.
Si la edición crítica de la obra de Diego pone en el lugar que le corresponde a una de las grandes figuras de las letras hispánicas, la que versa sobre Padilla tiene el infrecuente mérito de acercarse a la obra del poeta con independencia de las circunstancias extraliterarias. Dos autores que pasarán a la historia, como indica la profesora, por la calidad de su lírica y por haber sido testigos de una época crucial para entender el contexto latinoamericano y nuestro mundo contemporáneo.