La profesora del Grado de Música de UNIR participa en un libro sobre el director austríaco, que hace un retrato inédito del mito de la música y cuenta deliciosas anécdotas sobre el mundo de la ópera.
A pesar de la dura situación propiciada por la pandemia, que eliminó las grandes citas del año pasado, como la Feria del Libro de Madrid, el mundo de las letras siguen trabajando en nuevos títulos para ofrecer al gran público. Un ejemplo de ello es ‘Karajan, retrato inédito de un mito de la música’ (Editorial Fórcola), cuyo epílogo ha corrido a cargo de Marta Vela, docente del Grado de Música y en el Máster de Pedagogía musical de UNIR.
Junto a reconocidos profesionales del sector, como la traductora Amelia Pérez de Villar y el estudioso de la ópera Fernando Fraga, Vela colabora con un texto en el que desvela algunos secretos de Herbert von Karajan como director de orquesta. De hecho, el libro de Leone de Magiera se centra en la relación del maestro de Salzburgo con los cantantes de ópera, de los que sabía sacar el máximo rendimiento vocal y escénico, dado que fue el descubridor de numerosos talentos como Mirella Freni (primera esposa de Magiera) o Luciano Pavarotti, ambos procedentes de la ciudad italiana de Modena.
- El libro cuenta anécdotas deliciosas sobre el mundo de la ópera, cuenta Vela, pero, sobre todo, describe el modo en que Karajan dirigía sus ensayos y elegía a los cantantes de sus producciones.
Así ocurrió con Mirella Freni, a quien Karajan escuchó para una aclamada Bohème en la Scala de Milán (1963), que dio inicio a su carrera internacional. “Se dice que María Callas tenía el llano en la voz… y yo creo que la de Freni tiene esa inocencia tan particular que Karajan advirtió desde el principio, y que consagró a esta soprano en algunos de los roles femeninos más tiernos de la ópera decimonónica, como ‘Mimì’, ‘Madame Butterfly’, ‘Marguerite, Micäela’, etcétera”, asegura Vela.
Para la docente de UNIR, la panorámica operística de los años sesenta y setenta narrada por el libro incluye algunos detalles de cantantes españoles, como Plácido Domingo o Montserrat Caballé, a quienes Karajan y Magiera trataron en profundidad a partir del contacto en el Festival de Salzburgo o la Scala de Milán, dos de los templos operísticos más relevantes de Europa.
Vela repasa, en su epílogo, sus grandes dotes como músico, más allá de los tópicos asociados a su figura (su carácter esquivo, sus calculadas poses casi hollywoodienses), y también su relación con la Orquesta Filarmónica de Berlín, de la que fue director vitalicio durante 35 años: “Ante sus muchos detractores, sería preciso recordar el reconocimiento artístico y personal que inspiró a sus compañeros, como Muti, del que dijo que era “un dios de la dirección orquestal” o Abbado, que afirmó sobre él “que fue como un padre”. También hay que observar el listón tan alto que dejó en la Filarmónica de Berlín, donde no lo sucedieron sino los más brillantes directores del panorama mundial, Abbado, Rattle y Kirill Petrenko”.
“Su enorme olfato para el talento artístico permitió a muchos jóvenes dar el salto al estrellato. La última voz que Karajan descubrió poco antes de su muerte fue la de Cecilia Bartoli –una de las grandes cantantes de nuestro tiempo– que regenta hoy día, precisamente, el Festival de Salzburgo, que la muerte del director austríaco le impidió visitar como debutante en 1990”, cuenta Vela.
Por tanto, “razones no faltan para que este retrato inédito de Karajan, editado por Fórcola, se convierta en uno de los libros musicales más interesantes de la primavera de 2021”, concluye la docente de UNIR.