Paloma Gamarra
La directora y profesora del Máster en Creación de Guiones Audiovisuales estrena en Filmin 'Endless Cinema', un documental que arrancó hace siete años y en el que reconocidas voces reflexionan sobre el futuro del séptimo arte.
En 2013, apenas un año después de que la plataforma Netflix empezase a ofrecer sus servicios en Europa, con la taquilla de cine creciendo un 3,5% en los mercados mundiales, Lucía Tello Díaz y un amigo, también director de cine, empezaron a elucubrar sobre el futuro del séptimo arte y la transformación que seguramente vivirían los contenidos audiovisuales. Una divagación que poco a poco fue materializándose en una escaleta y que hoy ve la luz en forma de documental.
Bajo el título Endless Cinema, Tello Díaz da voz a grandes cineastas como Agnès Varda, Gonzalo Suárez, Deepa Mehta, Naomi Kawase o Michel Haneke, que reflexionan sobre el futuro del séptimo arte. Un documental que, en contra del pesimismo que se cierne sobre el cine (la propia Lucía Tello también llegó a tener sus reservas), supone un cambio de paradigma. Un nuevo ajuste para una industria que ya ha sufrido muchas crisis, pero que siempre sobrevive.
VIVE UNIR habla con la docente del Máster en Creación de Guiones Audiovisuales sobre sus primeros recuerdos del cine, si es posible hacer cine que no sea concebido para emitir en una gran pantalla o qué intenta transmitir a sus alumnos.
- ¿Cuál es tu primer recuerdo del cine y cómo lo definirías?
De uno de mis primeros recuerdos del cine, en pantalla grande, tengo una imagen imborrable en mi mente. Es obvio que desde muy pequeña fui a la salas, pero recuerdo una reposición de verano de un clásico como Superman. Entré un poco tarde en la sala y, cuando abrí las puertas y vi a ese hombre volando, además siendo una imagen icónica de una película clásica, me pareció una experiencia absolutamente rompedora. Fue entonces cuando comprendí que el cine era algo mágico. Aunque no fue mi primera vez en una sala de cine, aquel recuerdo lo conservo imborrable en la memoria.
- ¿Es posible hacer cine sin concebirlo para emitir en una gran pantalla?
Para mí es difícil concebir una película sin que sea proyectada en una sala de cine, eso es lo fundamental, para eso se hace el cine: para disfrutarlo en comunión con más gente, en una sala y a oscuras. Es casi un proceso mítico, ancestral, algo cuya esencia es el disfrute colectivo. Pero, efectivamente, sobre todo con los cambios audiovisuales que están sucediendo hoy en día, se puede entender que existan películas para no ser proyectadas en una gran pantalla o, al menos, que puedan ser vistas en varias ventanas de exhibición. Eso sería lo óptimo. Con todo, las TV movies, las películas concebidas para la televisión, llevan existiendo desde los años 60, no son nada nuevo. Sin embargo, el cine sí que es un concepto muy vinculado a una sala de cine.
Abrumada por el talento y el amor al cine que he vivido en el @CastelldefelsF proyectando #EndlessCinema Ha sido espectacular. Larga vida al festival y a @santilapeira @JLPnosolocine @VictoriaMoral3 por hacerlo posible. Y a mis @forn_sandra y @LaMecedoraTEC por todo pic.twitter.com/TWVorsLvCw
— Lucía Tello Díaz (@LUCIATELLODIAZ) July 4, 2021
- ¿Las salas de cine están realmente en extinción? ¿Qué futuro le espera al cine?
Como comentan los directores a los que he entrevistado para el documental , obviamente las salas se encuentran en peligro de extinción. El número de salas irá a menos, lo mismo que el público. Esto no significa que el cine en el cine vaya a desaparecer, ya que, en sí mismo, es un arte fundamental. Pero no va a gozar del favor del público como hace décadas. Se trata de un problema que no es exclusivo del cine y que también ocurre en otras manifestaciones culturales que ya son marginales. No somos muchos los que vamos a la ópera, por ejemplo. El cine, aunque haya sido un arte mayoritario en el pasado, quedará más restringido en el futuro y, efectivamente, las salas están en vías de extinción. Lo que sucede es que siempre existirá un grupúsculo de público fiel, “la resistencia”, para poder seguir realizando este arte casi sagrado. Un cambio radical que obligará a llevar a cabo una transformación del engranaje audiovisual y un ajuste, pero la industria cinematográfica, que ya ha sufrido muchas crisis, sobrevivirá.
- ¿Resulta curioso que un documental que reivindica la eternidad del cine se presente en una plataforma online? ¿Las nuevas tecnologías son más aliadas que enemigas?
En realidad no existe tal paradoja, este documental ha sido exhibido en salas, en la Seminci y en otros festivales. Además, también se va a estrenar en salas en septiembre, lo que sucede es que se hará de un modo más restringido. Esto es algo de lo que también hablo en el documental. Las salas, como vías de exhibición del cine independiente, son mucho más limitadas que para el cine mainstream. Es decir, si no realizas un blockbuster, es difícil estar dentro de las cadenas de distribución habituales. En todo caso, como digo, es una paradoja a la que nos aboca la industria audiovisual actual. Lo positivo es que, al ser metalingüístico, de todo ello discutimos en el propio documental.
“Las salas se encuentran en peligro de extinción. Cada vez habrá menos salas y el público que acuda a los cines cada vez será menor. Esto no significa que vaya a desaparecer, ya que el cine, en sí mismo, es un arte fundamental”, asegura Lucía Tello.
- Has contado con las opiniones de Agnès Varda, Michael Haneke, Isabel Coixet, François Ozon, Apichatpong Weerasethakul, Carlos Reygadas, Deepa Mehta, Naomi Kawase, Gonzalo Suárez. ¿Por qué ellos y qué destacarías de su participación?
Todos ellos tienen en común haber estrenado películas en Cannes y formar parte de un circuito de cine independiente valiente y heterodoxo que se mueve fuera de los contornos del cine mainstream. El suyo es un tipo de cine que, si llega la extinción de la salas, sufrirá muchísimo más el azote del nuevo paradigma audiovisual. Todos ellos son directores que representan una forma de entender el cine mucho más artística, cine de autor, de lo que puede ser una película diseñada para un público indiferenciado. El hecho de que una cinta se dirija a un espectro muy amplio implica que tenga mucho más recorrido en salas, mayor publicidad y mucha más penetración social. Si se realizan películas de autor, sobre temas más espinosos, es más probable que vayan a sufrir más los rigores del fin de las salas. Los cineastas a los que he tenido la suerte de entrevistar son magníficos, ganadores de premios Oscar y Goya, galardonados en Cannes, en San Sebastián… Todos ellos están en este documental, porque representan ese tipo de resistencia a la que hacíamos referencia, exactamente el tipo de directores que realizan cine para quienes van a seguir yendo a la salas.
- Como docente del Máster Universitario en Creación de Guiones Audiovisuales, ¿qué esperas que aprendan tus alumnos?
Como docente de cine, lo que espero es que los alumnos entiendan que esta profesión es una carrera de fondo, no es fácil, ya que implica mucho esfuerzo. El sector audiovisual está en un momento de transición entre distintos paradigmas, por lo tanto, va a necesitar muchos profesionales que entiendan el cine no solo como un entretenimiento o una herramienta, sino, sobre todo, como un arte. Así que les recomendaría que vieran mucho cine, que analizaran las películas a fondo y que se enamoraran de ellas para poder hacer un cine o una televisión de calidad acorde con las exigencias del futuro.