El Vicedecano de Ciencias Sociales de UNIR participará en la XV semana científica de esta universidad, ubicada en el municipio colombiano de Tunja
La sociología relacional es el eje central en torno al cual girarán los dos seminarios que Manuel Herrera impartirá a finales de octubre en Colombia. El Vicedecano de Ciencias Sociales de UNIR y catedrático acreditado de Sociología participará en la XV semana científica de la Fundación Universitaria Juan Castellanos, ubicada en el municipio colombiano de Tunja. Allí presentará las grandes líneas del planteamiento relacional aplicado al campo de la intervención social, puesto que “nos encontramos antes una específica perspectiva de lectura de la sociedad que está en la base del trabajo social de redes”.
Porque, según indica Herrera, décadas atrás la política social se centraba en la construcción de instituciones públicas -estatales- de bienestar. Sin embargo, desde hace ya algún tiempo se habla de ‘trabajos de redes’, ‘intervención de redes’, ‘servicios en red’, ‘sistemas en red’, etc. y es en el uso de estos términos donde “muy pocos van más allá de un ambiguo lenguaje cibernético y de ingeniería social”, constata. “Otros, de forma más banal aún, se dejan engañar por el lenguaje sistémico-organizativo, como si las redes de las que se habla fueran composiciones de líneas y nudos, con loops y feed-backs de diverso género, que se organizan según cualquier automatismo”, apunta el Vicedecano de Ciencias Sociales. Dicho de otra manera, un ‘discurso de redes’ necesita de una visión sociológica más apropiada, la cual se denomina sociología relacional.
Según Herrera, este novedoso planteamiento parte de su deseo de dotarse de una representación y de un mapa del campo de análisis y de intervención: se trata de aquella que denominamos ‘visión de la sociedad como realidad relacional’. Un enfoque que, desde el primer momento conlleva un problema de doble orden. Por un lado, el de saber crear y gestionar las relaciones sociales (actualizadas, potenciales y virtuales) de manera que se reduzcan las patologías y los efectos perversos. Y por otro, el de mantener las conexiones más significativas posibles entre las cualidades propiamente humanas de las relaciones sociales y de los determinismos que incorporan.
“Posteriormente se continúa con la focalización del ‘problema social’, entendido como una red interactiva en la que los procesos de marginación, condiciones familiares de los individuos y de servicios se confrontan entre sí”, enumera Herrera. Visto así, el problema sugiere internamente “instructivas modalidades de intervención que también son modos de re pensar y re activar la sociedad. De ahí surge como consecuencia la necesidad de diseñar los nuevos perfiles metodológicos y profesionales de la intervención social“, concluye.