Beatriz Corral
El proyecto que ha desarrollado el equipo de PLAYstudio, liderado por el docente del área de Diseño de UNIR, ha obtenido su quinto Europan.
Un proyecto innovador, cuya mezcla de espacios verdes e industriales transmiten paz y tranquilidad y, a través del cual, se visibilizan los usos productivos de la ciudad. Esas serían las cualidades que describen a un edificio de nada menos que 50.000 metros cuadrados donde se combinan la vivienda social con la zona comercial y los usos industriales. Todo ello ubicado en pleno centro de Viena y erigido sobre una antigua vía de tren.
Este es el diseño, denominado Capability Mound, que se ha alzado con el prestigioso premio Europan, un galardón para profesionales menores de 40 años. Sus responsables, el equipo de arquitectura alicantino PLAYstudio, que lidera José Manuel López Ujaque y que en esta ocasión suma su quinto reconocimiento internacional tras haber obtenido otros en Noruega y Austria. Se convierte así en el estudio arquitectónico europeo de menores de ocho lustros más premiado en concursos de esta disciplina en Europa.
“Tenemos también otros en el ámbito nacional, tanto en la esfera de los concursos de arquitectura como en otros ámbitos más teóricos y de investigación”, apunta López Ujaque, docente del Grado en Diseño Digital y del Máster Universitario en Diseño Gráfico Digital de UNIR. Y es que la filosofía de PLAYstudio consiste en poner en práctica ideas radicales, innovadoras y desprejuiciadas que, por su escala y magnitud de impacto en el contexto urbano, deben pensarse desde la representatividad, la creación de valor añadido y la ecología. En su sentido más amplio.
Directrices que, como no podía ser de otra forma, subyacen en este diseño en el que han colaborado Paula Pastor y Mercedes Naranjo, estudiantes de Arquitectura de la Universidad de Alicante. Ambas, junto al profesor de UNIR, no dudaron en presentarse al Europan, un concurso que se celebra cada dos años y que supone “una de las pocas oportunidades que favorecen un enfoque más libre y desprejuiciado, donde expresar todas las capacidades del arquitecto contemporáneo“.
Esa libertad de acción la aplicaron al diseño del programa propuesto por el certamen. “Era complejo, al hibridar vivienda e industria 4.0”, reconoce López Ujaque. Lejos de asustarse, emprendieron el reto con más ganas aún si cabe. Para ello, partieron de una primera labor de conocimiento e investigación de la cultura local que les permitiera aportar una solución adecuada. De esa forma detectaron que una de las características morfológicas más atractivas de la capital austriaca es la presencia de la infraestructura elevada de ferrocarril, cuya repropiación a lo largo del tiempo ha construido una identidad muy particular. “¿Podemos construir otra identidad a partir de la ausencia de dicha infraestructura? O mejor dicho, ¿a partir de un recordatorio vivo de esa infraestructura?”, se cuestionaron. Como punto de partida, propusieron convertir esa huella del pasado en una imagen ‘capaz’ de futuro.
Dos acciones estratégicas fueron las que plantearon como respuesta. Concibieron la planta baja como un gran espacio diáfano por el que cruzar transversalmente el largo solar y donde el talud por el que antaño circulaba el tren permanecía en la parte intermedia. Su papel, el de un buffer físico, visual y programático entre uno y otro lado. Y, por otro lado, la parte superior del talud quedaba convertida en lugar de celebración del tránsito longitudinal de personas y bienes, además de acceso a los sistemas mecanizados de circulación vertical (montacargas, ascensores, escaleras, instalaciones…). Es decir, que por donde antes discurría el ferrocarril, sean ahora los peatones y bicicletas los que se desplacen. Un escenario que permite involucrar al público en los ciclos de producción, consumo y reciclaje necesarios para crear una ciudad autosuficiente.
El resultado, vencedor sobre otros 887 estudios de una veintena de países, se enmarca en un momento de gran trascendencia para las ciudades y su futuro. “Se tiende a repensar todo lo construido durante las grandes épocas desarrollistas que hemos vivido. El trabajo sobre lo ya construido es un punto importante, porque las ciudades tienden también a hacer más visibles todos los procesos ocultos que ocurren en ellas y este proyecto de Viena es un ejemplo”, abunda el docente. Esa visibilización constituye uno de los grandes temas de actualidad “para concienciarnos sobre muchos aspectos no solo sostenibles: aprender viendo a otros, compartir con otros que son diferentes… Ver es conocer, y conocer promueve un espíritu crítico”, sostiene el arquitecto ilicitano.
Esa es la principal seña de identidad del estudio, y así se lo transmite este galardonado arquitecto a sus alumnos de UNIR, al enseñarles que el dibujo es una herramienta “muy compleja que debe estar cargada de crítica y pensamiento, ya sea de cara a nuestras ciudades o proyectos gráficos”. Consejo que en su estudio continuarán aplicando a sus próximos proyectos. “Continuamos con nuestra dinámica de concursos donde materializar sus ideas arquitectónicas”, avanza López Ujaque, quien considera que el trabajo de arquitecto en España “es muy complejo y poco reconocido desde hace años; por eso nos vemos forzados a mirar hacia afuera”.