Sonia Gutiérrez presentó, en una nueva openclass UNIR, una sesión dedicada a la Salud Mental del Profesorado. La openclass tuvo lugar el 8 de abril, a las 14:00 horas. Si te la perdiste, puedes verla aquí.
Estrés, ansiedad, depresión… se postulan como las dolencias psicológicas más comunes entre el profesorado. Hablamos con Sonia Gutiérrez, que es Licenciada y Doctora en Psicología, en el área de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos, y además coordinadora académica del departamento de Psicología en la Facultad de Educación de la UNIR.
Afecciones como las que acabamos de citar, ¿se manifiestan siempre en el docente, aunque sea en mayor o menor grado?
Diversos estudios apuntan a que estas problemáticas psicológicas tienen una prevalencia media/alta en los docentes. Las manifestaciones de la alteración de la salud psicológica serán diferentes en cada persona, pues influyen en las mismas diversas variables externas e internas. Sin duda, las más prevalente es el estrés, siendo el caso más extremo, y con mayores implicaciones personales, económicas y sociales el Síndrome de Burnout.
¿Podríamos asegurar que son males propios de la profesión de maestro?
No, estas problemáticas son comunes a otras profesiones sometidas a elevadas fuentes de estrés y cuyas principales tareas se centran en relaciones continuadas y estrechas con otras personas, como médicos, enfermeros o policías.
¿En qué medida se atiende al colectivo docente?
En los centros escolares está la presencia del psicólogo educativo, pero la principal función se centra en la relación profesor-alumno y familia, realizando intervención terapéutica y psicoeducativa en el alumnado, y no específicamente en mejorar la salud psicológica del docente. Por lo que es el propio docente quien debe buscar la intervención para mejorar su salud mental.
¿Existen políticas de prevención de trastornos psicológicos?
Sí, de hecho la mejor intervención es la que se centra en la prevención. La información y la formación en diversas técnicas para mitigar la respuesta psicofisiológica ante las diversas fuentes de estrés de manera temprana es la intervención más eficaz.
¿Está nuestro profesorado protegido frente a los agentes que causan estos problemas?
Los datos de diversos estudios apuntan a que no, pues la prevalencia de esta problemática en este sector es elevada. La formación específica va a ser clave para mejorar la calidad de vida y la situación laboral de los docentes.
¿Qué son las técnicas de desactivación? ¿Cómo se han de aplicar a los profesionales de la enseñanza?
Las técnicas de desactivación consisten en un entrenamiento en diversos ejercicios centrados en disminuir la respuesta fisiológica mantenida provocada por estímulos estresores (dolores de cabeza, tensión muscular, insomnio, etc.)
Tal entrenamiento va ser necesario para afrontar las situaciones labores con éxito. La práctica de estos ejercicios es sencilla, se realiza en poco tiempo y se puede poner en práctica en diversos contextos y momentos del día.
¿Existen maneras de entrenar que ayuden a la resolución de problemas?
Así es. No siempre resolvemos los diversos problemas a los que nos enfrentamos diariamente de un modo adecuado, y esto es algo habitual. Pero si se mantiene esto de manera repetida y continuada, precipitándonos en la solución a los problemas que surjan o eligiendo opciones de respuesta sin evaluar las ventajas e inconvenientes de las mismas, los resultados no serán los mejores y esto agravará el malestar psicológico. El entrenamiento en resolución de problemas se centra ayudar a elegir la mejor alternativa.
¿Cuáles son las habilidades sociales que el profesor debe desarrollar para que éstas le ayuden a afrontar mejor situaciones de difícil manejo en el centro educativo?
Para este colectivo, el entrenamiento en asertividad y en comunicación son los más efectivos para la prevención e intervención de problemáticas psicológicas.
