Personas con personas. Conexiones que en ocasiones quedan cerca y en otras son lo suficientemente sólidas como para traspasar fronteras y océanos. El campus solidario de la Universidad Internacional de La Rioja se pone en marcha gracias al impulso de la Fundación UNIR, de las ONGs colaboradoras y sobre todo, de los voluntarios.
Los profesores y alumnos voluntarios que participarán en el Campus Solidario ofrecerán educación gratuita a personas con necesidades básicas en formación y también a aquellos profesionales que trabajan en países en desarrollo y con colectivos necesitados en nuestro país.
Mediante la observación los participantes detectarán las necesidades por cubrir, reflexionando acerca del contexto en que se encuentran, valorando el aporte de cada voluntario al proyecto, y actuando en consecuencia.
La iniciativa permitirá, por ejemplo, que un voluntario con formación y experiencia en contabilidad pueda responsabilizarse de guiar a un grupo de mujeres de Perú interesadas en la gestión de microcréditos. O que un especialista en educación contribuya a que un colectivo de profesores en un país en desarrollo avancen en su desempeño diario.
Cómo se hace posible
Para que cada proyecto pueda funcionar apenas se precisan tres niveles de trabajo. En el primero se hace necesaria la figura de un educador solidario, que sería la persona encargada de impartir el curso (podría tratarse de único profesor o de un grupo).
El educador trabajará a través de una plataforma tecnológica, BlinkLearning, que va a posibilitar que los cursos se impartan en tiempo real, de manera que los alumnos y el profesor puedan verse y chatear para que ninguna pregunta se quede sin respuesta.
Finalmente, a través de una ONG se proveerá de un tutor local encargado del coaching básico con sus alumnos y de la infraestructura mínima (conexión a internet, aula, equipos informáticos, televisor, etcétera).