Más de 620 alumnos de Grados y Másteres oficiales celebran la recompensa al esfuerzo y la perseverancia, en una ceremonia que ha reunido a unas 3.000 personas en la plaza de toros de ‘La Ribera’, en Logroño

Logroño, 26 de mayo de 2018
Aviones desde Costa Rica, Guatemala, Estados Unidos, Arabia Saudí, Suiza, México, Panamá, Italia y otra decena de lugares del mundo han surcado estos días los cielos con un destino en común: Logroño. La Graduación 2018 de UNIR ha reunido en la plaza de toros de ‘La Ribera’ de Logroño a más de 620 alumnos de enseñanzas universitarias de Grados y Másteres oficiales llegados de cuatro de los continentes. Si bien son más de 13.000 los estudiantes que se gradúan en esta ocasión.
Todo un crisol de culturas, lenguas y costumbres unidos por una meta común, un sueño cumplido que, gracias a su esfuerzo y perseverancia, se ha hecho realidad en una nueva y memorable ceremonia en la que la nota más destacada ha corrido a cargo de los 41 integrantes del Coro de la C.L.A Pepe Eizaga de Logroño y del Coro Joven Filarmonía de Madrid.
Sus melodiosas voces han puesto aún más emoción y sentimiento -si cabe- a algunos de los momentos más emblemáticos de la ceremonia, como los desfiles de la comitiva y el ‘Gaudeamus’, que han seguido con atención los familiares y amigos de los ya egresados reunidos en una plaza que ha acogido a unas 3.000 personas.
Pero han sido muchas más las que, al otro lado de las pantallas, no han querido perderse a través del streaming y del Facebook Live tan especial momento en el que se han desglosado los 14 Grados y 40 Másteres que han cursado los ya egresados de la Facultad de Educación (321), la Facultad de Ciencias Jurídicas, Sociales y Humanidades (132), la de Empresa y Comunicación (110), la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología (53) y los 16 de la de Ciencias de la Salud.
Todos ellos han escuchado con sumo interés las palabras del Rector de UNIR, D. José María Vázquez García-Peñuela, quien ha realizado una elaborada reflexión sobre la libertad y el miedo al compromiso en la sociedad actual. “A la libertad la estimamos no tanto como principio ordenador de la vida social sino como condición personal de la que no podemos prescindir y el compromiso se nos aparece como límite a esa libertad personal”, ha introducido.
Por eso, conviene destacar el tipo de compromiso. “Los mal elegidos o contraídos nos restan plenitud y lastran nuestras vidas” mientras que los que nos empujan “a tomar la amistad, el amor o los ideales altos nos vinculan y, al mismo tiempo que nos atan, paradójicamente, nos liberan”. Ante esta tesitura, Vázquez García-Peñuela ha invitado a los ya egresados a “no ser avaros de vuestra libertad, disfrutadla y gastadla a través de compromisos que merezcan la pena, que os conduzcan a la entrega a los demás, que es la mejor manera de tener una vida plena y feliz”.
Sus palabras han encontrado eco en la lección magistral. Bajo el título “Profesión y cultura”, el vicerrector de Investigación de UNIR, Julio Montero, ha explicado que los seres humanos podemos ser personas de cultura “en la medida en que sepamos qué somos, dónde queremos llegar, a quién apreciemos y sepamos dar coherente razón de nuestras vidas”.
Un contexto en el que debiera situarse la profesión. “Si queremos una vida digna hemos de tejer el ejercicio profesional con la coherencia que da la cultura: en plenitud de una vida plena, en la excelencia de saber que aportamos algo de interés a nuestra sociedad mediante el ejercicio de nuestra profesión”, ha incidido.
Porque la cultura sitúa nuestra profesión en su sitio, “en un realizarnos, ser mejores porque percibimos la trascendencia de nuestra actividad al realizarla bien”. Y es en ese contexto “donde tiene sentido la mejora constante en nuestra formación y todos vosotros sois un ejemplo relevante: no os habéis conformado, habéis decidido complicaros la vida para tener no solo mejores oportunidades profesionales, sino para tener una mejor vida con los vuestros”, ha alabado.
Similar mensaje ha transmitido el representante de los estudiantes, Francisco Javier Domínguez. Ante sus compañeros, el también estudiante del Grado de Humanidades ha hecho referencia a las horas de silencio y soledad, la constancia, el trabajo, los instantes robados a la vida familiar y las tensiones pasadas para conseguir la ansiada meta.
“Somos aventureros cuerdos con nobles aspiraciones plantando cara a la comodidad y con el esfuerzo por bandera”, ha destacado. “Las nuevas tecnologías son una realidad que obliga a la actualización constante, especialmente de personas que pretendemos aprender y exigirnos en una universidad que apuesta por un planteamiento pionero en el proceso de aprendizaje”, ha añadido.
Domínguez ha tenido palabras de agradecimiento para todas las personas que forman parte de UNIR, que “sostienen y alimentan la pasión por la enseñanza” y ha recordado que “hoy es un día grande para todos nosotros, que no queremos ser una generación más de graduados; empezamos un nuevo camino con entusiasmo y dispuestos a ser los profesionales que el mundo necesita porque no puede ser de otra manera habiendo estudiado en UNIR”.
Por su parte, el consejero de Educación, Formación y Empleo del Gobierno de La Rioja, Alberto Galiana
Una vez concluido el acto académico, se ha servido un cóctel aderezado con un animado concierto del grupo ‘Green Velvet’.