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Acoso escolar y ciberacoso: cómo detectar y prevenir un problema que afecta a uno de cada 10 niños

El investigador de UNIR Joaquín González-Cabrera reveló en la openclass 'Tipos de violencia en el aula' que la etapa con más prevalencia de victimización y agresión ocurre en la adolescencia temprana, entre los 11 y 13 años.

La etapa con más prevalencia de victimización y agresión ocurre en la adolescencia temprana.

En España casi uno de cada 10 niños es víctima de acoso escolar de forma estable. Son datos de un estudio publicado en School Mental Health por el grupo de Ciberpsicología de la UNIR y ofrecidos por Joaquín González-Cabrera en la openclass ‘Tipos de Violencia en el Aula’, junto con la profesora Jessica Ortega Barón 

Acoso escolar se considera cuando un alumno sufre violencia mantenida durante un periodo de tiempo en el que además existe asimetría de poder entre los implicados. El 48,5% del alumnado ha estado implicado en algún proceso de victimización durante el tiempo de estudio (entre 13 y 18 meses), según informó González-Cabrera durante la sesión.  

Ortega Barón: “La observación es un elemento clave para reconocer signos de acoso”

 

Por su parte, la profesora Jessica Ortega Barón, considera la observación como el elemento clave para aprender a reconocer signos de acoso. Cambios bruscos de humor, apatía, conductas irritables o nerviosismo en el alumno, pueden ser indicios de acoso escolar. 

Otro estudio realizado por el grupo Ciberpsicología a casi 7.000 alumnos españoles, de entre 11 y 22 años, revela que la etapa con más prevalencia de victimización y agresión se produce en la adolescencia temprana, es decir, entre los 11 y 13 años, correspondiendo con el paso de primaria a secundaria.  

Los chicos muestran más conductas de agresión que las chicas, y la conducta más frecuente en general es la agresión verbal y la que menos, la psicológica. 

Realidad preocupante

La violencia en las escuelas es una realidad que preocupa cada vez más a profesores, padres y alumnos. Actualmente entre 2 y 3 de cada 10 niños sufre acoso escolar en España, según el último informe realizado por UNICEF que recoge una muestra de casi 50.000 jóvenes.  

Joaquín González-Cabrera, director académico del Experto Universitario en Convivencia y Acoso Escolar de la UNIR e investigador principal del grupo de Ciberpsicología de esta universidad, destacó durante la openclass que “el acoso escolar puede considerarse un problema relevante de salud pública con gran prevalencia en el contexto español e internacional”. Las cifras así lo demuestran: en España casi 500.000 jóvenes pueden estar siendo afectados por acoso escolar, según el mencionado informe de UNICEF.  

Acoso escolar y nuevas tecnologías

Con la llegada de las nuevas tecnologías aparece el ciberacoso. Jessica Ortega Barón, psicóloga e investigadora del grupo de Ciberpsicología de UNIR, señala que “las características del contexto online facilitan un daño especialmente pernicioso por el anonimato del agresor, la amplia difusión a través de las redes sociales y el acoso continuado dentro y fuera del horario escolar”. 

Joaquín González Cabrera Joaquín González Cabrera, investigador principal del Grupo de Ciberpsicología de UNIR.

Actualmente dos de cada 10 adolescentes podría estar siendo víctima de ciberacoso. Los insultos electrónicos, burlas de forma masiva a través de las redes sociales, exclusión de grupos de WhatsApp, suplantación de la identidad, violación de la intimidad -con la publicación de información de carácter íntimo- o ciberpersecución son algunas de las formas de ciberacoso que se pueden identificar hoy en día.  

Claves para detectar a las víctimas de acoso escolar

Cuando un estudiante presenta cambios bruscos de humor, apatía, conductas irritables, nerviosismo o aislamiento pueden ser indicios de acoso escolar.  

La observación es clave para detectar si un alumno está en situación de vulnerabilidad. Ortega Barón comenta que “en muchas ocasiones el alumno no expresa verbalmente por lo que está pasando y nosotros podemos percibir en su comportamiento alguna sospecha de acoso escolar”. El acercamiento o apego hacia el profesor en busca de protección puede ser una de ellas.  

Algunos comportamientos que pueden dejar en evidencia un caso de acoso escolar pueden ser que el alumno entre el último y salga el primero de la clase para no encontrarse con el agresor, pida ir al lavabo en clase para evitar ir en el descanso, no quiera salir a la pizarra ni al patio a jugar, falta de asistencia continua y que evite las salidas del colegio.  

El acoso escolar es un problema grupal que se debe abordar de la misma manera. La profesora añade que en estos casos es “igual de importante localizar a la víctima para ayudarla, como al agresor para reencauzar al menor que está cometiendo actos delictivos”.  

Así mismo, el rol del observador es fundamental para poder trabajar y reducir la dinámica de acoso escolar.  A través de los observadores se movilizan a las personas cerca de la víctima, implicándose para ayudarlas y parar al agresor manifestando rechazo antes sus conductas.  

González-Cabrera: “En el ciberacoso, en más de la mitad de los casos una misma persona puede acosar y ser acosada”

 

Sin embargo, en el ciberacoso “en más de la mitad de los casos una misma persona puede acosar y ser acosado, esto nos indica que los perfiles combinados son más frecuentes, por lo que estamos ante un problema más complejo de lo que anteriormente se ha trabajado”, indica el investigador Joaquín González-Cabrera. 

Pautas de prevención para el acoso escolar

La violencia escolar es un fenómeno que se ha normalizado en estos años.  Lo importante es conocer la realidad y comprenderla para establecer medidas de actuación y prevención. 

Cuando se normaliza la violencia, los distintos roles también lo hacen. Son procesos psicosociales, y si el agresor actúa y no se hace nada, se está aprobando de alguna manera la conducta violenta 

Los profesores son una parte fundamental para cambiar la dinámica de convivencia actual en los centros escolares

 

Los profesores son una parte fundamental para cambiar la dinámica de convivencia actual en los centros escolares. La formación y el trabajo con valores permitirá reducir este tipo de comportamientos en las aulas y generar un entorno seguro para que el estudiante se pueda desarrollar de forma integral. 

Decálogo para prevenir el acoso escolar y el ciberacoso:

1.- Crear un plan de convivencia.

2.- Evaluar el problema.

3.- Realizar actividades cooperativas, que fomenten habilidades sociales y la cultura de paz.

4.- Establecer una normativa específica: tolerancia cero al acoso.

5.- Hacer programas de prevención.

6.- Desarrollar protocolos de actuación ante situaciones de violencia.

7.- Tratar y hacer seguimiento del estado psicológico de las víctimas.

8.- Reeducar a los agresores hacia comportamientos positivos. 

9.- Organizar debates y generar concienciación de grupo.

10.- Ofrecer apoyo e implicar a las familias afectadas.

Referencia bibliográfica: 

  • facultad-de-educacion

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