“Hay que enseñar a los estudiantes a transformar las ideas en negocios", ha afirmado en el ciclo de UNIR 'Los Futuros de la Universidad'.
“La Universidad clásica presencial ya no volverá atrás: su futuro será la combinación de la presencialidad y la virtualidad”, ha afirmado hoy, en Madrid, Adelaida de la Calle, expresidenta de la Conferencia de Rectores (CRUE), en el ciclo ‘Los Futuros de la Universidad’, organizado por la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) y que dirige su presidente, Rafael Puyol.
La Universidad del siglo XXI debe “incorporar procesos de aprendizaje más flexibles, sistemas de evaluación menos rígidos y una actividad académica (presencial, semipresencial o a distancia) orientada también al autoaprendizaje” señaló la ponente, que es catedrática de Biología celular y ha sido rectora de la Universidad de Málaga y consejera de Educación de la Junta de Andalucía.
La apuesta por los nuevos formatos de aprendizaje es uno de los “compromisos” que la Universidad con la sociedad para ampliar sus funciones ante los retos del futuro, según De la Calle. Otros compromisos son “la innovación, el emprendimiento, la internacionalización, el entorno de una Universidad para la sociedad, la responsabilidad social y la sostenibilidad”.
Apuesta por la innovación
Destacó que la Universidad debe apostar por “grados más innovadores, vinculados a las nuevas necesidades de la sociedad, relacionadas con la tecnología más avanzada, la alimentación, la gestión y protección de datos, la sostenibilidad, la salud o las industria”.
Y debe ser, en el ámbito de la investigación, “el Departamento de I+D+i de las empresas”. El sector empresarial “necesita de nuestra “I” para poder llevar a cabo la “D+i” subrayó. Lo cual debe plasmarse en empleabilidad: “Es preciso enseñar a nuestros alumnos a transformar las ideas en negocios: formándoles en competencias y emprendimiento”.
La investigación “requiere inversión”. Y la sociedad cae en la cuenta de la importancia de la investigación desde el ámbito universitario, “cuando ésta se convierte en una necesidad urgente, como es el caso de la vacuna contra el COVID-19”, agregó.
Otro compromiso de la educación superior es proporcionar formación a lo largo de la vida profesional. “La formación universitaria ya no se circunscribe a una franja de edad. Cada vez es mayor el número de universitarios mayores de 25 años; y en el futuro será precisa la formación a lo largo de toda la vida profesional”.
La ponente indicó que la internacionalización forma “parte sustancial de la función universitaria”, y que se debe potenciar “la movilidad de los estudiantes, el intercambio de profesionales de la docencia, la investigación o la gestión, las enseñanzas conjuntas con universidades extranjeras”.
Apostó también por los campus de excelencia, la posibilidad de claustros globales en el que los profesores puedan impartir docencia en varias universidades.
Hacer frente a los retos de la sociedad
De la Calle explicó que, asumiendo estos compromisos, la Universidad irá más allá de sus funciones clásicas de generación y transferencia de conocimiento, y podrá hacer frente a grandes retos de la sociedad en el momento presente, como “el cambio climático, los movimientos migratorios, el envejecimiento de la población o las pandemias”.
Las universidades –apostilló– no son sólo instituciones de enseñanza sino también “factores de cambios políticos y culturales, de transformaciones sociales y de creación de modelos económicos”.
El ciclo ‘Los futuros de la Universidad’ ha contado en anteriores sesiones, con las intervenciones de Juan Vázquez, ex rector de la Universidad de Oviedo, y Federico Gutiérrez-Solana, ex rector de la Universidad de Cantabria.
En próximas sesiones intervendrán los profesores Ángel Gabilondo y Roberto Fernández, todos ellos expresidentes de la CRUE (Conferencia de Rectores de Universidades Españolas), además de su actual presidente, José Carlos Gómez Villamandos, rector de la Universidad de Córdoba.