Mucha imaginación y grandes dosis de creatividad. Georgina González Puig estudia el Grado en Maestro de Educación Primaria en UNIR mientras consolida su trabajo ilustrando narraciones, poniendo cara y sentimiento a los personajes y representando paisajes y lugares en los cuentos.
Estudió en la Escola d’Art i Superior de Disseny Pau Gargallo (Badalona) y reconoce que en el último año y medio su vida profesional en el campo de la ilustración ha dado un salto enorme.
“Por Sant Jordi me invitaron a un colegio de Badalona para contar nuestro cuento a los más pequeños. ¡Fue una pasada! ¡Ya lo conocían casi todos! Se lo sabían de memoria. Sus padres me decían… “¡A ver cuando hacéis otro que este ya lo tenemos gastado de leerlo cada noche!”. Cuando terminamos el cuentacuentos, los mayores del colegio me hicieron una entrevista… hicieron preguntas buenísimas, que me hicieron reflexionar. Hubo una niña que me dijo… “¿cuándo supiste que querías ser ilustradora? Yo ya sé que quiero dibujar… ¿qué debo hacer para llegar a hacerlo como tú?” Mi cara de asombro era de cromo. El mayor reconocimiento lo estoy obteniendo de los niños y me hace muy feliz porque todo lo que hago es para ellos”, explica.
El próximo jueves a las 19 horas, Georgina explicará en una sesión alternativa de Cafeta UNIR cómo es el proceso creativo de una ilustradora desde la idea a la plasmación física en un cuento.
¿Cuál es la ilustración que marcó un antes y un después en tu carrera profesional?
El cuento “Els pescadors i el dimoni” es el culpable de mi plena inmersión en el campo de la ilustración y todo el cuento, desde la portada hasta los agradecimientos, me llena de orgullo. No creo que sea perfecto (de hecho cada vez que lo remiro le encuentro mas fallos) pero gracias a ese trabajo he reconducido mi vida profesional y por fin estoy haciendo aquello que siempre he querido hacer.
¿A quién admiras en el sector? ¿Quién es tu punto de referencia?
Hay un sinfín de grandes artistas que me fascinan. Muchas veces encuentras cosas espectaculares de gente como yo, ilustradoras que no tienen un gran recorrido aún y que no son “conocidas”. Me encantan las ilustraciones de Shaun Taun, Violeta Lópiz, Mark Ryden… ¡entre muchos otros! Pero hay otros artistas, como Miguel Gallardo o Pilarín Bayés que considero mis referentes por el recorrido de su obra, por el trasfondo de su vida profesional, el porqué de sus obras y la aplicación didáctica, pedagógica y social de todas sus ilustraciones.
Ahora se necesitan ilustradores con diseño gráfico, programación web, animación y cuatro idiomas”
¿Dónde y cómo consigues tus mejores momentos de inspiración?
Eso de la inspiración… tendré que hacer un curso para aprender a manejarla. Las mejores ideas vienen cuando menos te lo esperas, generalmente cuando no tienes donde apuntarla para no olvidarte de ella. Es por eso que las ilustradoras, los artistas en general, solemos llevar libretas a todas partes, porque nunca se sabe cuando vendrá la idea clave para algún trabajar. Por eso y porque sino acabaríamos pintando los manteles de los restaurantes, las solapas de los libros o la suela de las zapatillas… Pero en realidad los mejores trabajos salen cuando llevas tiempo trabajando en ellos, cuando les dedicas las horas que se merecen. La inspiración no suele llegar a nada si no lleva horas y horas de ensayo y error detrás.
¿Cómo ves actualmente el panorama de la ilustración en España?
Difícil, como todo. Cada vez somos más gente con inquietudes creativas en el mercado. El mundo editorial cada vez es más reducido y con plantillas estables que no permiten entrar a nuevas generaciones. La oferta laboral es muy reducida y cada vez mas exigente: ya no se buscan ilustradores, ahora se necesitan ilustradores con diseño gráfico, programación web, animación y cuatros idiomas…
Es por ello que muchos artistas, como yo, optan por la autoedición. La auto ocupación en general. Aunque tampoco te lo ponen fácil con las cuotas de autónomo que nos gastamos en España, es una manera de no ver frustrada tu carrera. Es mucho trabajo de gestión, de financiación, publicidad… y aunque la recompensa económica da para cubrir gastos y poco más, vale la pena.
El mayor reconocimiento es la respuesta de los niños ante mi trabajo”
¿Te planteas salir fuera para difundir tu obra?
Muchas veces me ha pasado por la cabeza hacer las maletas e intentar hacerme un nombrecito fuera de aquí, y no es algo que descarte ni mucho menos. Pero de momento estoy embarcada en algunos proyectos que me ilusionan mucho ya que están vinculados directamente con la cultura popular de mi ciudad, con las altas capacidades y el trabajo docente. No sé donde estaré dentro de unos años, pero de momento, mis proyectos están aquí.
¿En qué medida contribuye UNIR a tu desarrollo profesional?
Cuando empecé a estudiar en la UNIR me redescubrí a mí aprendiendo cosas nuevas, siguiendo asignaturas que ahora me están ayudando a trabajar mejor según qué proyectos. Los cuentos que estoy trabajando (Animalem, las altas capacidades en el aula inclusiva) de María Sánchez Daudé, contienen propuestas didácticas para trabajar las altas capacidades en el aula.
Los cuentos que hemos publicado juntamente con Anna Ariño están revisados y aprobados por el Departament d’Ensenyament de la Generalitat, ya que están pensados y dibujados para ayudar en el proceso de aprendizaje de la lectura a través del sistema de escucha estructurada en la que los alumnos, aparte de aprender a escuchar y atender cuando se explica un cuento, aprenden diferentes estrategias para llegar a ser buenos lectores.
Estudiar en la UNIR me permite seguir desarrollando mi carrera como ilustradora”
Todos los proyectos en los que estoy trabajando están relacionados directamente con la pedagogía y se aplican en el aula, así que estudiar Educación Primaria en la UNIR me permite realizar mi trabajo con una buena base. El día que sea maestra y tenga mis propios alumnos, espero poder ofrecerles buenos recursos hechos por mí para ellos, y si además llega a muchos más alumnos del país, yo, contenta.
¿Qué ventajas tiene para ti esta universidad online?
Estudiar en la UNIR me permite seguir desarrollando mi carrera como ilustradora. Aunque este último año y medio todo se ha disparado y tengo que hacer malabarismos con los horarios, sin duda no podría hacerlo en una universidad presencial. La UNIR me permite compaginar los estudios con mi trabajo y espero que cuando me gradúe, las dos cosas vayan cogidas de la mano.
