Jorge Arana Varona
Dos estudiantes y una docente, que acudieron a las intervenciones llevadas a cabo en La Rioja este verano, cuentan cómo estas actividades complementan la teoría aprendida y mejoran el futuro profesional de los asistentes.
Salvador Miró Obradors es ingeniero agrícola en la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (AGROSEGURO) y estudiante de segundo año en el Grado en Historia y Geografía online. Antonio Alba Molina estudia en el mismo curso de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) mientras realiza exposiciones arqueológicas en instituciones de prestigio como la ONCE. Ambos aprovecharon la propuesta promovida por UNIR este verano en Calahorra, La Rioja, y decidieron participar en las excavaciones arqueológicas, donde realizaron labores de campo y de laboratorio.
“Oportunidades de este tipo son imprescindibles porque aportan a la formación una realidad palpable del trabajo de un arqueólogo”, afirma Miró. Las actividades extras que oferta la universidad permiten a los estudiantes poner en práctica lo aprendido sobre el papel y bajo la supervisión de expertos en la materia.
Uno de estos especialistas que acompañaron y asesoraron a los asistentes fue Inmaculada Delage, profesora de la titulación que cursan los dos alumnos de UNIR, el Grado en Historia del Arte online. La docente considera que estas iniciativas son beneficiosas para los estudiantes porque “visualizan lo que han visto en clase y lo tocan con sus propias manos. No es lo mismo leer la historia que sentirla”, atestigua.
Divididos en dos excavaciones, yacimiento La Clínica y Calle Sastres, las intervenciones estuvieron marcadas por el descubrimiento, entre otros muchos hallazgos, de tres nuevos enterramientos y materiales de la Edad de Hierro. “Fue un privilegio y una experiencia inolvidable”, comenta Molina.
Una experiencia 100% real
Por medio de estas acciones que ofrece UNIR, los participantes obtienen una experiencia 100% real sobre la actividad que desempeñarán en el futuro. En el caso de las excavaciones arqueológicas, más de 20 asistentes, entre los que estaban Miró y Molina, pudieron familiarizarse con todas las funciones que un arqueólogo realiza en su día a día.
Los estudiantes picaron, llevaron carretillas, utilizaron el paletín e incluso el pincel para trabajos más meticulosos, y se familiarizaron con herramientas topográficas y fotogramétricas. “Desde UNIR pretendemos que cada uno de los participantes realicen tareas de todo tipo para que puedan empaparse al máximo de la experiencia”, afirma Delage.
Algunos de los estudiantes que participaron en el proyecto de UNIR, en plena faena en el yacimiento arqueológico.
El trabajo realizado por los estudiantes de la universidad fue recompensado en forma de hallazgos arqueológicos. En el yacimiento de La Clínica localizaron fragmentos de cerámica celtibérica, lo que confirma la ocupación prerromana de este punto de Calahorra.
Así mismo, los miembros del equipo director buscaban repartir las tareas entre los estudiantes para que la formación fuese lo más completa posible. “En estas excavaciones me enseñaron que no todo es memorizar ni leer, sino ser capaz de aplicar los conocimientos en un contexto real”, explica Molina.
Actividades extras únicas
Este tipo de acciones que UNIR lleva a cabo en los grados universitarios aportan un valor añadido en la formación del alumnado. Las intervenciones en el yacimiento La Clínica y Calle Sastres no son las únicas experiencias de las que se pueden beneficiar los estudiantes. Dentro del catálogo de eventos de la institución académica, se encuentran también diferentes iniciativas que refuerzan los conocimientos obtenidos en las clases virtuales.
“Recomendaría sin ninguna duda este tipo de actividades extras a mis compañeros del grado y por supuesto a futuros integrantes de UNIR”, afirma con rotundidad Miró. A sus 55 años, este ingeniero de AGROSEGUROS aprovechó al máximo la oportunidad y confirmó su pasión por la historia y la arqueología.
UNIR pretende que cada estudiante realice tareas de todo tipo para que pueda aprovechar al máximo la experiencia.
Por su parte, Molina empleó las excavaciones para completar su estancia en UNIR. Además, “este tipo de experiencias permite llevar un gran currículum a cualquier entrevista de trabajo”, destaca el estudiante.
En definitiva, por medio de estas iniciativas los estudiantes de UNIR son capaces de entender en un formato totalmente real lo aprendido con la teoría. Y de esta forma, completar al máximo su formación.
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