Sara Puerto
Para evitar la desafección hacia el sistema político o la irrupción de discursos deslegitimadores de la Democracia, los expertos señalaron la importancia de contar con mecanismos preventivos internos en los partidos y alcanzar un pacto de Estado entre las distintas fuerzas políticas.
Juristas expertos de la Universidad de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) abordaron en una openclass los efectos nocivos de la corrupción para los sistemas democráticos y aportaron estrategias para la prevención de este grave problema social.
“Los efectos de la corrupción son devastadores para los ciudadanos y las instituciones, pues causan daños irreparables en los ejes esenciales de cualquier sistema social o político. Por ello, la lucha contra la corrupción se debe abordar desde un férreo compromiso y claras estrategias del Estado en combatir este fenómeno criminal”, planteó la Dra. Lorena Varela, directora ejecutiva del Máster Universitario en Análisis y Prevención de la Corrupción de UNIR.
La Dra. Sara Carou, coordinadora académica de esta misma titulación, y el abogado y profesor Dr. Luis de las Heras, analizaron el fenómeno de la corrupción como factor de desestabilización del Estado, por sus daños en la confianza pública, los valores democráticos y la economía, así como algunas de las diferentes formas estratégicas de combatirlo.
Impacto político de la corrupción
“El impacto más peligroso y sibilino de la corrupción es el político. Si la percepción del grado de corrupción en las estructuras políticas por la población es muy elevada, se corre el riesgo de que la población vire sus oídos hacia cantos de sirena que deslegitimen el sistema democrático y apuesten por sistemas autoritarios como remedio”, alertó la profesora Carou.
La experta indicó que los riesgos para la democracia de la corrupción política son la desafección hacia el sistema democrático, la irrupción de discursos deslegitimadores de la democracia y una ira contenida hacia la actividad política.
Resaltó la importancia de la reacción del partido político una vez emerge la corrupción: “Es central cómo sanciona el partido a los integrantes que hayan incurrido en corrupción y qué mecanismos preventivos establece. Igual que exigimos a las empresas que cuenten con sus programas de Compliance para evitar casos de corrupción privada, los partidos también deben tener detectados cuáles son los puntos más débiles o susceptibles de que emerjan casos de corrupción”.
Carou abogó, asimismo, por “pactos de Estado entre las distintas fuerzas políticas en los que se acuerden respuestas unánimes de todos los partidos, más allá de respuestas cosméticas, simplemente formales o vacías de contenido. Pactos con medidas concretas que ayuden a prevenir la corrupción y fortalecer la imagen de la ciudadanía sobre las estructuras que forman parte de nuestro sistema democrático”.
Educación contra la corrupción
El profesor Luis de las Heras, por su parte, defendió el papel de la Educación en la prevención de la corrupción. “Un Estado educado es un estado en el que sus ciudadanos pudiendo delinquir no lo hacen y eso se proyecta sobre la corrupción”, aseveró.
El experto señaló que “no existe una categoría jurídica propia que regule la corrupción pública como tal. Es verdad que por la doctrina hemos incorporado una amalgama de delitos, como el cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de capitales… Pero la realidad es que no hay un concepto jurídico penal de corrupción”.
No obstante, indicó, “las penas que prevé el Código Penal no son irrisorias, sino todo lo contrario. Hay que desterrar esa concepción de que las penas son bajas”.
De las Heras y Carou coincidieron en negar que estemos en una situación de corrupción estructural, “aunque haya corruptos en el sistema”.
El profesor hizo hincapié, en línea de lo manifestado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en las estrategias de lucha contra la corrupción vinculadas con la transparencia y con los medios de comunicación, como pueden ser la facilidad para denunciarla y visibilizarla.
“Un Estado que no tiene una sociedad civil fuerte comprometida con la lucha contra la corrupción está abocado al fracaso desde el punto de vista de la corrupción, puesto que esta penetrará insoslayablemente”, concluyó De las Heras.
El Máster Universitario en Análisis y Prevención de la Corrupción de UNIR es líder en este momento entre las titulaciones formativas en políticas, normativas y prácticas anticorrupción. En una sociedad cada vez más concienciada con los derechos humanos y valores democráticos como la transparencia, la integridad de los funcionarios públicos y la honestidad de los agentes económicos del mercado, las exigencias por la implementación de mecanismos eficaces de lucha contra la corrupción cobran cada vez más sentido y protagonismo.
En esta línea, el reto del Máster consiste en apostar por un mundo cada vez más libre de corrupción desde la formación de los futuros funcionarios y profesionales especializados en la gestión, investigación y combate de la corrupción.
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