El evento de UNIR analizó la irrupción de la inteligencia artificial en las ciencias del comportamiento, con tres expertas que dejaron conclusiones valiosas sobre el impacto y los cambios que las empresas están experimentando.
Acelerar procesos, resolver en microsegundos datos, pero también redefinir roles en campos profesionales inesperados, fueron algunos de los temas tratados en una mesa redonda que reunió a tres mujeres especialistas que hoy enfocan su trabajo en la inteligencia artificial.
Carmen Torrijos, directora de IA de Prodigioso Volcán; Esther Checa, directora global de Innovación de T2ó; y Nieves Ábalos, cofundadora de Monoceros Labs, participaron de un encuentro en el Foro “La irrupción de la IA en las ciencias del comportamiento” que fue moderado por Jorge Torres, director de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología (ESIT) de UNIR.
Esther Checa, directora generl de Innovación de T2ó One y directora del Programa IA en Eciencias del Comportamiento de UNIR.
Esther Checa, directora global de Innovación de T2ó One, mostró su optimismo con la IA, que “nos permite entender mejor las interacciones humanas y descubrir patrones de comportamiento que no son evidentes de manera tradicional”, funciones que denotan el potencial de análisis de datos para identificar insights cruciales para marcas y productos. “La IA está redefiniendo las estrategias de optimización en motores de búsqueda y campañas publicitarias“, dijo; y remarcó cómo esta tecnología está impactando en roles específicos, como los creadores de contenidos y los creativos, de tal manera que la IA se integra en todos los niveles de las organizaciones.
Carmen Torrijos, directora de IA de Prodigioso Volcán.
Carmen Torrijos, directora de IA de Prodigioso Volcán, hizo hincapié en que estamos ante un momento que puede cambiar radicalmente a las empresas. “La IA no solo acelera la productividad, sino que también representa un desafío que, bien enfrentado, puede transformar completamente una organización”.
En el proceso de cambio, para Nieves Ábalos, cofundadora de Monoceros Labs, “esta tecnología toca tangencialmente a todas las disciplinas, desde las ciencias informáticas hasta las humanidades”, y destacó la importancia de perfiles no tecnológicos que son relevantes, como los humanistas y lingüistas, que cunplirán una función clave para la implementación ética y efectiva de la IA en diversos contextos profesionales.
Cada intervención resaltó cómo la IA no es solo una herramienta tecnológica, sino también un cambio cultural y organizacional. “Las microaceleraciones en la eficiencia son clave”, enfatizó Carmen Torrijos, refiriéndose a cómo incluso las pequeñas mejoras pueden tener un efecto dominó en la productividad general de una empresa.
Nieves Ábalos, cofundadora de Monoceros Labs.
La ética fue tema de análisis cuando Nieves Ábalos abordó la responsabilidad de entender los impactos sociales y éticos de la IA: “El conocimiento humanista es esencial para guiar el desarrollo de estas tecnologías de manera que beneficie a la sociedad en su conjunto”. Sus reflexiones fueron respaldadas por sus colegas, quienes subrayaron la necesidad de una implementación consciente y reflexiva de la IA.
Esther Checa concluyó con una nota optimista: “La IA no solo está aquí para quedarse, sino que está transformando cómo pensamos y trabajamos en todos los sectores”. Su visión de un futuro donde la tecnología y la creatividad humana se complementan para alcanzar nuevos niveles de eficiencia y relevancia fue un punto compartido alineado con los conceptos del “espíritu innovador” que se requieren en el desarrollo de las empresas.
El trabajo cambiará para aquelllos profesionales que se desempeñan frente a las pantallas, y resulta curioso repasar que hace algunos años se consideraba que los trabajos manuales y de poco valor podían desaparecer, mientras generaciones se especializaban en el uso de los ordenadores y de los programas de software. El futuro siempre es impredecible, pero está claro que entre un fontanero, un albañil o un electricista, parecen estar ante un escenario más previsible que el que tienen muchos profesionales cuya actividad se centra en la producción de tareas en el ordenador. Es más: esta nota que está leyendo podría estar realizada por una IA y no por un redactor.
La IA generativa está en sus primeros pasos, y sorprender. Ya hay retos para los profesionales ante las capacidades creativas de la IA, su veloz entrenamiento y la capacidad de emular múltiples estilos y formatos en ámbitos como el marketing, la lliteratura, la música, que hasta hace muy poco parecían inexpugnables, porque la creatividad humana no se replicaba en los ordenadores. ¡Ahora, sí! ¿Cómo usaremos esas capacidades a nuestro favor?
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