Ha participado en la jornada “La cualificación del capital humano”, organizada por UNIR para analizar el papel de la universidad en la generación y retención de talento en el territorio.
“Una política fundamental para retener el talento, partiendo de la buena formación, es la buena cualificación. Las universidades tienen que formar y cualificar en las habilidades que demandan las empresas, y esa labor se tiene que hacer en colaboración con el tejido productivo”, ha indicado Antonio Peñafiel, director del Servicio de Empleabilidad y Emprendimiento de la Universidad de Málaga, en el marco de su intervención en la jornada “La cualificación del capital humano”, organizada por UNIR para analizar el papel de la universidad en la generación y retención de talento en el territorio.
En esta tercera sesión del ciclo “La universidad como generadora de conocimiento”, Peñafiel estuvo acompañado por Isabel Díez Vial, vicerrectora de transferencia de UNIR; Belinda León, consejera de Economía, Innovación, Empresa y Trabajo Autónomo de La Rioja; Juan Antonio Fernández Velilla, presidente del Consejo Social de la Universidad de la Rioja, y Eduardo Fernández Santolaya, secretario General de la Federación de Empresas de La Rioja FER.
Durante esta nueva jornada celebrada en el rectorado de UNIR, los expertos del mundo universitario, empresarial e institucional dialogaron sobre la importancia de que la universidad trabaje en tres ámbitos para generar y retener el talento: brindar a los estudiantes las habilidades, competencias y actitudes necesarias para ser competitivos, colaborar en la dinamización territorial mediante la recualificación y adecuar su oferta formativa a las necesidades del tejido empresarial.
En concreto, Peñafiel explicó su experiencia en la transferencia de la universidad y en el Servicio de Empleabilidad y Emprendimiento de la Universidad de Málaga y ahondó en la idea de que las universidades tienen que empezar “a trabajar en la creación de empresas en las que seguramente van a trabajar los egresados de la universidad. La fórmula de empresas de base tecnológica es un mecanismo ideal para retener ese talento que se crea en las universidades”.
Asimismo, concluyó que “las universidades deben seguir haciendo lo que están haciendo, pero intentar hacerlo de forma más eficaz y con mayor rapidez en la respuesta”, por ello tienen que “escuchar a la empresa y, en la medida de lo posible, anticiparse a sus necesidades”.
Expertos del mundo universitario, empresarial e institucional debaten en UNIR.
Diálogo universidad, organizaciones y organismos públicos
Preguntado por las cualidades que más demandan las empresas para los profesionales riojanos, Eduardo Fernández Santolaya alertó que “ hay demanda de todo tipo” porque su principal reto es “encontrar personal, cualificado y sin cualificar” para poder llevar a cabo iniciativas que, ahora mismo, no se pueden implementar por falta de personal.
Para Fernández Santolaya también es fundamental una buena “actitud” de los empleados frente a la empresa porque “en un entorno cambiante son necesarias personas que se adapten a los cambios, sean multidisciplinares y les guste formarse y recalificarse. Y ahí el papel de la universidad es brutal”.
El actual secretario general de la federación de Empresas de La Rioja (FER) y presidente del Tribunal Laboral de La Rioja profundizó en la importancia de estrechar lazos con los centros educativos, ya que “las empresas necesitamos estar cerca de las universidades para que sean rápidas a nuestras necesidades”, aseguró Eduardo Fernández.
Sobre buenas prácticas y políticas para recuperar y atraer talento externo para la Región, la consejera Belinda León apostó por ser creativos y “generar iniciativas atractivas para atraer a los jóvenes”. La responsable de Economía, innovación, Empresa y Trabajo también aseguró que “el emprendimiento es muy cambiante y hay que adaptarse a las circunstancias”, en referencia a diferentes estudios que aseguran que un 23% de los empleos van a cambiar en los próximos años.
Juan Antonio Fernández Velilla, presidente del Consejo Social de la Universidad de La Rioja, fue crítico con la situación actual al considerar que aunque “la universidad española hace muy buena investigación, el problema radica en la transferencia de conocimientos y resultados a la sociedad” y lo atribuyó, en concreto, al contexto empresarial, la gobernanza y la financiación de las universidades como causantes de esta brecha.
Fernández Velilla apeló a los consejos sociales como órganos para tender puentes y acabar, a su entender, con la brecha de desconocimiento entre las universidades y la sociedad.
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