John Alexander Castaneda Rodriguez
El Foro ‘Caminar hacia Universidades Inclusivas’, organizado por UNIR, UNIMINUTO y la Fundación Universitaria del Área Andina, contó con más de 5.000 participantes de universidades, instituciones y organismos latinoamericanos y de España.
La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), la Fundación Universitaria del Área Andina y la Corporación Universitaria Minuto de Dios (UNIMINUTO), celebraron este martes el Foro Académico Internacional ‘Caminar hacia Universidades Inclusivas’ en Bogotá, Colombia, con la participación de más de 5.000 responsables de universidades, instituciones y organismos latinoamericanos y de España. El evento congregó a expertos educativos internacionales e invitados de referencia del ámbito de la educación superior de Colombia, Ecuador, Perú, Guatemala, Bolivia, México, España, entre otros países.
Este debate, permitió el intercambio de puntos de vista sobre uno de los retos más importantes que tienen las universidades en América Latina: extender la inclusión en el sistema de educación superior y abordarla como un derecho fundamental, en el que todos reciban las mismas oportunidades, especialmente personas con bajos recursos, minorías étnicas, inmigrantes o población en situación de discapacidad, entre otros grupos.
Los ponentes de la jornada coincidieron en que Latinoamérica, por su geografía, su diversidad étnica y su larga historia de desigualdad, es el espacio más idóneo para desarrollar de un modo creativo políticas de inclusión en el campo de la educación superior.
En el acto de bienvenida, el padre Harold Castilla Devoz, rector general de UNIMINUTO (Colombia), recordó que “dos millones de personas están fuera del sistema educativo en Colombia y hay que continuar trabajando por los grupos étnicos, las mujeres, las víctimas del conflicto armado o, por ejemplo, la población rural dispersa”.
Por su parte, José Leonardo Valencia, rector de la Fundación Universitaria del Área Andina (Colombia), invitó a “defender el modelo mixto de la educación en Colombia”, y a conseguir que los estudiantes “puedan transformar el territorio sin necesidad de migrar a las ciudades grandes”.
El general Óscar Naranjo, presidente del Consejo Social de UNIR en Colombia, destacó que “no hay camino a la inclusión, porque la inclusión es el camino. Es la razón de la existencia de un sistema educativo internacional”. Naranjo subrayó que la inclusión “es el camino para que nos reconciliemos y abracemos la diversidad”.
Vitualidad acompañada de calidad
Durante el foro se realizaron tres mesas redondas. La primera, titulada ‘La educación superior inclusiva: situación, contenidos y estrategias’, que fue moderada por Rafael Puyol, presidente de UNIR, quien destacó la especial capacidad de la educación virtual para la inclusión. Pero Puyol insistió en que “la palabra virtualidad siempre debe ir acompañada de la palabra calidad, o correremos el riesgo de que pueda convertirse en un nuevo elemento de discriminación”.
Además, Charles Arosa, rector de UNILLANOS (Colombia), invitó a la audiencia a “empezar a ser creativos, impulsar la educación en línea y generar propuestas que sean flexibles para facilitar un mayor acceso a la población”.
Mesa redonda dedicada a ‘La educación superior inclusiva: situación, contenidos y estrategias’.
La rectora de la Universidad Cesar Vallejo (Perú), Cecila Tantalean, señaló que una de las claves en temas de inclusión es “la capacitación de los docentes en metodologías de enseñanza online para garantizar la calidad, y también la adaptación de los planes de estudios para ese entorno virtual”.
Melissa Flores, vicerrectora de Vinculación con el Medio, de la Universidad de Magallanes (Chile), compartió la experiencia de su país, donde la gratuidad de la educación superior desde 2016 significó un gran avance, pero también un desafío: “No solo en términos académicos, sino emocionales y personales”, dijo, y se refirió a la salud mental como una cuestión crucial para evitar la deserción.
Nicolay Aguirre, rector de la Universidad Nacional de Loja (Ecuador), afirmó que, dentro de las políticas de inclusión, están las becas y los sistemas de bienestar estudiantil, pero explicó que “las becas no son suficientes y debemos precisar enfoques integrales, programas de apoyo y orientación”.
La tecnología derriba barreras
La segunda mesa redonda, titulada ‘Investigación, transferencia y tecnología, tres herramientas para la inclusión’, fue moderada por José Leonardo Valencia, rector de la Fundación Universitaria Área Andina, quien recordó que en Colombia “el 65% de las universidades están concentradas en las grandes ciudades del país”, una situación que obliga a mucha población universitaria a migrar y abandonando sus territorios.
En este espacio, también participaron Germán Gómez, vicerrector académico de la Universidad de Caldas (Colombia), quien resaltó la importancia del trabajo en red para ampliar los procesos de investigación en materia de inclusión y destacó los pasos en su universidad para validar como segunda lengua alguna de las lenguas indígenas de Caldas.
Mesa redonda ‘Investigación, transferencia y tecnología, tres herramientas para la inclusión’.
En la misma línea, Henry Polanco, vicerrector de Investigación de la Universidad Nacional de San Agustín (Perú), compartió la experiencia de su universidad en la valoración del quechua para el desarrollo de proyectos de investigación y tesis doctorales.
Pablo Moreno Ger, vicerrector de Investigación de UNIR (España), comentó que “la tecnología se ha convertido en una herramienta para derribar las barreras de inclusión. Todo es más fácil, más económico, más escalable y con más capacidad de llegar a una población mayor”. Igualmente recordó que “su uso razonable requiere de un plan mejorado”. Por último, Nicolay Samaniego, rector de Universidad Nacional del Chimborazo (Ecuador), resaltó como una tarea pendiente el “identificar sectores rurales que necesitan nuestro apoyo, y dárselo para que puedan tener acceso a una educación superior”.
Experiencias de éxito
Finalmente, la tercera mesa redonda, denominada ‘Experiencias de éxito de la educación superior inclusiva en América Latina’ y moderada por el padre Harold Castilla, fue el espacio para compartir algunas experiencias destacables. En ella Mara Molina, vicerrectora académica de la Universidad Técnica de Manabí (Ecuador), compartió el trabajo del Departamento de Inclusión y Género en su institución, y destacó su labor con la población de personas privadas de la libertad y, en general, la implementación de políticas positivas. En la misma línea, Danilo Hernández, rector de la Universidad del Atlántico (Colombia), destacó el proyecto “Diverser” que nació con el objetivo de lograr la permanencia de los estudiantes, y que ha llevado a esta institución caribeña a ser coordinadora de la Red Colombiana de Universidades por la Discapacidad, RCUD.
José María Vázquez, rector de UNIR.
Además, Lydia Hung, rectora de la Universidad Nacional de la Música (Perú), compartió valiosas experiencias sobre el modo en que estudiantes con discapacidad han encontrado su camino en la música. María Teresa Santa María, vicerrectora de Profesorado y Acción Cultural de UNIR (España), compartió la experiencia del SANNEE, Servicio de Atención a las Necesidades Especiales, que apoya en el curso actual a 1.240 españoles y 1.500 latinoamericanos.
Durante la clausura del foro, el rector de UNIR, José María Vázquez García-Peñuela, señaló que “la inclusión no solo beneficia a quienes enfrentan desafíos, también promueve la empatía en todos”, mientras que Jefferson Enrique Arias, rector de UNIMINUTO Bogotá, subrayó la importancia de hablar de caminar hacia universidades inclusivas. “Esto implica mantener el compromiso de las instituciones de educación superior para buscar y mantener modelos flexibles, adaptables, creativos e innovadores y con un trabajo colaborativo. Es una cuestión de oportunidad y pertinencia; lo que queda es trabajar en equipo. Porque caminar acompañado siempre es mejor”, concluyó.