Isabel Alvarez Castro
El experto habló en UNIR sobre los beneficios que produce la música, entre los que destaca el desarrollo de la psicomotricidad, las habilidades sociales, así como la inteligencia emocional y cognitiva.
“Ya sea música clásica o una canción de moda, las respuestas al momento musical pueden impactar de manera positiva en el neurodesarrollo de un niño”, según Samuel Cartaya, especialista en musicoterapia infantil.
Samuel Cartaya participó en la openclass “¿Qué tienen en común Mozart y Karol G?”, organizada por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y moderada por el coordinador académico del máster universitario en Musicoterapia, David Gamella.
Durante el encuentro, Cartaya aseguró que “el talento siempre produce un afecto en el que lo percibe, generando así un estímulo que favorece a distintas habilidades esenciales para el desarrollo del niño”.
Entre los beneficios que produce la música, el experto destacó el desarrollo de la psicomotricidad a través de la conciencia corporal, la coordinación motora o el control postural. También favorece habilidades cognitivas como la atención, el almacenamiento y recuperación de información a corto y largo plazo.
La música no es solo la grandiosidad de Bach, Vivaldi o Mozart, sino también la genialidad de un tono musical moderno o la nana de una abuela. Samuel Cartaya.
“La música no es solo la grandiosidad de Bach, Vivaldi o Mozart, sino también la genialidad de un tono musical moderno o la nana de una abuela y su poder afectarnos, porque las personas nos afectan con su talento. Cuando la música te llega produce algo en ti”.
Cartaya también reflexionó sobre las habilidades sociales que se fomentan a través de la música mediante la espera de turno, la reciprocidad, la comunicación, el lenguaje y cómo promueve nuestra inteligencia emocional gracias a la identificación y contextualización de estados emocionales.
“La música va a trabajar esta doble dirección en la que funciona nuestro cerebro: recibe información del entorno a modo de estímulo y es capaz de generar una respuesta”. La emoción es la que despierta la atención y la atención una reacción.
La música y la identidad de las personas
Cartaya recalcó en UNIR que “la música forma parte de la identidad, por eso, cada estilo puede tener un efecto distinto en cada uno de nosotros”. La cultura, la identidad sonora y contextos sociales, habilitan en mayor o menor proporción la carga afectiva de cualquier estilo musical.
¿Qué música es mejor? La que genere afecto. En este sentido, el experto recomendó que “las familias tienen que disfrutar y fomentar su propia identidad musical. No importa si es rock, merengue, pop o salsa, hay que valorar la música por su capacidad de afectarnos, en especial al infante por su capacidad de participar en momentos de interacción musical”.
“Cuando pensamos en música no hablamos de talento musical. El afecto musical lo genera cada uno desde tus habilidades. Nuestras abuelas nos cantaban y no iban al conservatorio”.
Cartaya anima a las familias a crear su propia identidad musical.
Música como herramienta terapéutica
La psicomotricidad, las habilidades sociales, la inteligencia emocional y cognitiva son habilidades que los más pequeños necesitan desarrollar en la primera etapa evolutiva y la música puede ayudar en ello.
La experiencia musical se puede dar en entornos naturales y cercanos, como en casa; también se pueden desarrollar en entornos más académicos, como es el caso de una clase de música, o incluso en entornos clínicos, donde la música se utiliza como herramienta terapéutica o de acompañamiento.
La musicoterapia está dirigida al mejoramiento de la salud física, cognitiva y comunicativa del paciente. Samuel Cartaya.
“El afecto que produce un profesor de música se centra hacia la iniciación y enseñanza del lenguaje musical y la técnica instrumental. Sin embargo, la musicoterapia está dirigida al mejoramiento de la salud física, cognitiva y comunicativa del paciente”.
La música sirve como herramienta terapéutica para el neurodesarrollo.
En la actualidad, la infancia se enfrenta a una serie de barreras para el desarrollo de habilidades esenciales. “El contexto social ha cambiado la forma de vivir en las edades tempranas y la estimulación de manera natural, por eso el potencial la musicoterapia es una herramienta útil y necesaria para el desarrollo infantil”, añadió Cartaya.
En el caso de niños con dificultad en el lenguaje, con trastorno de espectro autista o discapacidad intelectual o física, la música puede adaptarse a sus necesidades. “El efecto primario de la música en niños con dificultades es calma. Un espacio y tiempo que se ajusta a sus necesidades y no exige responsabilidades”, por eso Cartaya concluyó en que la musicoterapia puede cambiar vidas.
- facultad-de-humanidades-y-ciencias-sociales
