Del 27 al 30 de octubre, las jornadas de Futuro en Español regresaron a Logroño. Tras pasar por Málaga y Madrid y con Valencia en el horizonte, la V edición sacudió la capital riojana con una semana de exposiciones, conciertos y conferencias donde el escritor Jorge Edwards o el músico Santiago Auserón brillaron con luz propia, y en las que UNIR también tuvo un papel relevante.
Mientras que el secretario general de UNIR, Mariano Vivancos, fue ponente en la jornada inaugural, el vicerrector de Desarrollo Académico y Profesorado de UNIR, Pedro Serna, fue partícipe del broche final junto al presidente de La Rioja, José Ignacio Ceniceros; el director general del grupo Vocento, Benjamín Lana; el director del Banco de Desarrollo en América Latina – CAF en Europa, Guillermo Fernández de Soto; o el director general de Nueva Rioja, Javier Doval.
550 millones de hablantes
En la jornada del día 29 de octubre de Futuro en Español, el secretario general de UNIR hizo hincapié en que el español como “patrimonio compartido por más de 550 millones de personas en todo el mundo” y señaló que “el poder del idioma, como el de la educación, son hoy las principales fuerzas transformadoras del cambio”. Asimismo, Mariano Vivancos apuntó que la iniciativa “Futuro en Español se ha consolidado como uno de los foros más importantes para analizar el futuro de nuestra lengua común”, y que el fortalecimiento de nuestra lengua debe ir unido “a la creación de un espacio hispanoamericano superior”, que nos enriquece y permite un beneficio mutuo. “El español es una tarea demasiado importante para que se encarguen de ella en exclusiva los españoles”, concluyó.
El español, motor académico y económico
Por su parte, el vicerrector de UNIR y también Decano de la Facultad de Derecho, Pedro Serna, hizo un balance esperanzado del futuro del castellano, pero no dudó en lanzar dos retos comunes: el de recuperar el espacio perdido por la universidad española a la hora de atraer a postgraduados, y el de La Rioja aproveche su potencialidad como cuna del idioma para su internacionalización. Y es que, como Serna argumentó, “la importancia económica del español ya no se puede negar”.