La localidad riojana de San Millán de la Cogolla acoge la presentación del I Plan de Movilidad Virtual Mejía Lequerica y Galo Naranjo, rector de la Universidad Técnica de Ambato, imparte una plenaria en el congreso
Durante una intensa semana, UNIR y una quincena de universidades ecuatorianas, la mayoría públicas, han estrechado lazos a través de una completa agenda que comenzara el lunes 13 de mayo en Madrid con la firma oficial del I Plan de Movilidad Virtual Mejía Lequerica y continuara un día después con la recepción del embajador ecuatoriano en España a los rectores y responsables académicos de dichas instituciones del país latinoamericano.
Pero ha sido sin duda alguna la estancia en La Rioja la que ha servido para impulsar el hermanamiento. Y con un telón de fondo de excepción, el que protagoniza la conocida como cuna del español. La localidad riojana de San Millán de La Cogolla, que el jueves 16 de mayo fuera testigo de excepción de la presentación oficial del ya mencionado convenio, llamado a ser pionero en lo que a la enseñanza universitaria se refiere y a facilitar la unión entre continentes.
Así lo ha entendido el delegado del Gobierno en La Rioja, José Ignacio Pérez Sáenz, invitado de excepción a un lugar repleto de simbolismo, como dejara claro. “Hace mil años este territorio era una universidad, un lugar de conocimiento, y ahora estamos hablando con rectores universitarios”, señaló. También, como no podía ser de otra forma, hizo referencia al entendimiento entre lenguas “en el sentido de la convivencia lingüística entre muchas lenguas y en el de unión de todos los países hispanohablantes”.
Sáenz se dirigió a las autoridades académicas ecuatorianas y de UNIR al señalar que este Plan de Movilidad Virtual Mejía Lequerica “viene a constatar una vocación, la de transitar el conocimiento, la convivencia, la modernidad, la actualidad y el futuro entre todos ustedes”. Una modernidad que, según sus palabras, se refleja en la Universidad Internacional de La Rioja, “que ha sabido adaptar los conocimientos en tránsito, a través de lo actual y de lo que va a ser el futuro; el conocimiento va a ir por la red, no se puede estancar, debe ser global y UNIR así lo ha entendido y lo practica”.
Por su parte, José María Vázquez García-Peñuela, rector de UNIR, evocó la figura de Mejía Lequerica, ilustre quiteño quien hiciera de nexo de unión entre la tierra ecuatoriana y la península ibérica. “Y el convenio que lleva su nombre tendrá esa misma función, al permitir que un buen número de universitarios ecuatorianos cursen algunas asignaturas en UNIR, lo que comporta un mejor conocimiento de la sociedad española y de su sistema universitario vigente”, explicó. Y no ocultó su deseo de que “sirva también para estrechar lazos entre nuestras respectivas instituciones y la colaboración se extienda al intercambio de profesores y a la participación de proyectos de investigación conjuntos”.
Su anhelo encontró un amplio eco en la delegación ecuatoriana. Su principal representante, el rector de la Universidad Técnica de Ambato, Galo Oswaldo Naranjo, no dudó en transmitir su agradecimiento “por toda la experiencia que estamos viviendo y hacernos sentir tan bien”. Además, aseguró que este convenio “no es un papel más que no significa nada, sino que es un compromiso que nos liga al crecimiento de los seres humanos de manera permanente. Por eso es un motivo de alegría”.
El máximo responsable de la Universidad Técnica Luis Vargas, Girard David Vernaza, también mostró su satisfacción por un pacto que constituye “no solo la internacionalización de nuestra universidad, sino el hermanamiento de nuestros pueblos; la firma de este convenio perdurará porque lo hemos hecho con amor, voluntad y conciencia”. Su homólogo en la Universidad Politécnica Estatal del Carchi, Hugo Milton Ruiz, se despidió de San Millán de la Cogolla “convencido de que UNIR es una gran universidad, que conculca permanentemente la excelencia y la calidad, igual que nosotros la estamos inculcando en Ecuador”.
CITES y rectorado
Todos ellos tuvieron también la oportunidad de conocer de primera mano el Congreso Internacional de Tecnologías Emergentes y Sociedad que, por séptimo año consecutivo, UNIR celebró del 15 al 17 de mayo en el Riojafórum de Logroño. En ella, el rector de la Universidad Técnica de Ambato y presidente de la Asamblea del Sistema de Educación Superior de Ecuador, Galo Naranjo impartió una sesión plenaria titulada “Los retos de la educación superior en América Latina en el siglo XXI”.
Su larga trayectoria educativa, nada menos que cuatro décadas dedicado a la academia universitaria, no han restado un ápice de fuerza ni energía a un discurso con un claro llamamiento a los docentes allí reunidos: “Ser educador es ser un líder transformador, es construir nuevas realidades con un pensamiento crítico para dar respuesta a una sociedad que cada vez demanda más”.
Se trata, según él, de “inventar el futuro para los países latinoamericanos, como un compromiso existencial, no solo como una oportunidad de decir cosas, porque la vida de nuestros países tendrá sentido en la medida en que sepamos construir una educación de calidad”. Y, para conseguirlo, no basta con recorrer caminos ya transitados, puesto que resulta “rutinario”. Nada de eso. Se trata de construir e inventar el futuro, para lo cual se necesitan “líderes universitarios y con una imaginación libre, sin dogma ni tabúes, lo que se consigue gracias al pensamiento creativo y lateral; porque solo los creativos son los que salen adelante”.
Este es el camino, a su juicio, para unos países latinoamericanos “donde hay gobiernos tan cambiantes que no hay política de Estado, sino de gobierno, y nos reinventamos y no terminamos de hacerlo sin entender que hay que conocer los hechos del pasado para vivir el presente y atrevernos a construir el futuro”.
Un porvenir que pasa por una autonomía universitaria que dé respuesta a una sociedad, sobre todo la latinoamericana, “que pide continuamente desarrollo”. Pero que también solucione otra problemática, la sobrepoblación que, hoy en día, quiere ingresar a la universidad en Ecuador. “En mi universidad, cada semestre tengo una demanda de 14.500 estudiantes y los cupos son de 2.300, ¿qué pasa con los que no acceden? ¿Y con los que sí lo logran pero viven un largo proceso?”, cuestionó el académico. En su opinión, no se trata de “responder a la lógica del mercado, sino al país, para ver qué cupo de profesionales se necesitan, y son los educadores con pensamiento crítico los encargados de dar respuestas”.
La internacionalización también centró sus reflexiones, al recalcar que ha dejado de ser “una moda” y se ha convertido en objetivo “estratégico” de las universidades de América Latina y, sobre todo, de Ecuador. Y respecto de la tecnología y la sociedad 4.0, Naranjo recordó que tras ella “están seres humanos concretos que reclaman que se les valores como tales y se les dé una oportunidad, que no se les trate como recurso sino como talento humano, disponible en cualquier parte del mundo y dispuesto a construir nuevas realidades”.
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Su intervención fue una de las más destacadas de esa jornada, marcada por la participación de la nutrida representación ecuatoriana que, además de asistir a diversas conferencias y participar en algunos talleres, tuvo la oportunidad de visitar las instalaciones que conforman el rectorado de UNIR. Allí, el rector de la Universidad Internacional de La Rioja, José María Vázquez García-Peñuela, ejerció de anfitrión en un recorrido guiado por el edificio.