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Este método de intervención persigue el bienestar social de una comunidad mediante sus propios recursos y con la ayuda del trabajador social como mediador entre la comunidad y las instituciones.
En el ámbito de la disciplina del trabajo social se emplean tres métodos de intervención en función de la casuística a tratar: individual, grupal o comunitario. El trabajo social comunitario es aquel que tiene como objetivo la consecución del bienestar social de una comunidad potenciando sus propios recursos en diferentes ámbitos, como pueden ser la educación o la salud.
A lo largo de la historia han existido discrepancias entre los autores para definir el concepto de trabajo social comunitario, ya que guarda similitud con la acción política y la colectivización para luchar por el bienestar social. Por este motivo, no es hasta 1962 cuando este es aceptado como campo de práctica de la disciplina social. En Reino Unido, uno de los precedentes en el trabajo social comunitario fue la Charity Organization Society (COS), una organización creada en 1869 con el objetivo de ofrecer apoyo a las personas pobres a través de la colaboración entre las entidades benéficas de carácter público y privado.
En España, el trabajador social e investigador Marco Marchioni (Bolonia, 1937- Las Palmas de Gran Canaria, 2020) fue pionero en este campo y planteó esta intervención basándose en la organización de la comunidad y su planificación social, es decir: un desarrollo programado mediante la coordinación con las instituciones y su integración en estas teniendo presente las necesidades de la comunidad. De esta forma, el principio básico del trabajo social comunitario reside en la colectivización de las personas que integran dicha comunidad.
Aplicación del trabajo social comunitario
El principal objetivo del trabajo social comunitario es alcanzar el bienestar social y mejorar la calidad de vida de una comunidad a través de la programación y ejecución de determinadas actividades, así como la evaluación de las mismas. Además, en este modelo de intervención se encuentran siempre estos tres elementos: la acción social, la coordinación con administración e instituciones y los profesionales que la guían.
A partir de estos objetivos se distinguen dos tipos de prácticas: aquellas en las que el trabajador social está centrado en el programa y aquellas en las que el profesional se centra en el proceso. Estas últimas favorecen la toma de conciencia individual y colectiva, así como el fomento de la participación y el desarrollo de las capacidades de los integrantes.
Las principales características del trabajo social comunitario son:
- Larga duración, por eso es tan importante que en el proyecto social se planifique de forma detallada el plazo de cada proceso que se va a llevar a cabo.
- La intervención está limitada solo a la comunidad, es decir, específicamente con la población involucrada y en su lugar de residencia. Es una intervención a nivel microsocial.
- Es de carácter público, ya que se coordina y trabaja con instituciones y organizaciones públicas para alcanzar los objetivos y mejorar la realidad social de la comunidad.
La figura del trabajador social comunitario
El papel del trabajador social comunitario consiste en ayudar a la comunidad a comprender los problemas sociales que existen, mediante el diagnóstico social, y a emplear los recursos de los que disponen para dar soluciones que mejoren el bienestar social y la calidad de vida de toda la comunidad.
Empleando este método de intervención se pretende dar respuesta a las necesidades comunitarias, aunque cabe destacar que el rol del profesional se debe centrar en promover la participación y la promoción social.
Los profesionales que intervienen en este campo lo hacen desde la principal vía de acceso a los servicios sociales por parte de los usuarios: los centros de servicios sociales comunitarios. La mayoría de estos centros dispone de personal que se dedica en exclusiva a trabajar con comunidades y problemas asociados a su realidad social por cuestiones de desigualdad o vulnerabilidad.
En otros casos, los profesionales del trabajo social desempeñan su función desde alguna asociación a la que acuden los usuarios, por ejemplo, aquellos barrios que no cuentan con un centro de salud o de servicio social comunitario propio. El papel del profesional es ejercer como mediador entre la comunidad y las instituciones públicas.
Para desempeñar la labor como trabajador social en esta área será necesario contar con el Grado en Trabajo Social, una formación que puede complementarse con posgrados enfocados en los problemas sociales de una comunidad o en la intervención directa.