Salvador Casquero
Es ecológica y socialmente sostenible. Además, resulta más barata que la lineal. La transformación digital, que hace posible que las transacciones entre productores y consumidores sean más directas y simples, potencia este modelo.
La economía circular es un sistema que permite reutilizar y redistribuir los recursos y materias primas de las que dispone la sociedad. El modelo ha comenzado a reemplazar a otro que predominó durante décadas: la economía lineal.
También se entiende por economía circular una manera de redistribuir los recursos no solo de las compañías, sino de las personas, en su vida diaria.
Antes comprábamos una cosa, la usábamos y la tirábamos. Adquiríamos un producto o contratábamos un servicio, lo consumíamos y el ciclo se agotaba allí mismo. Hoy todo ha cambiado: estamos avanzando hacia las economías circulares.
Cada vez más empresas aprovechan los recursos para reciclar lo que antes se desechaba, o para ofrecerle una segunda vida útil. Esto implica un enorme desafío. Para conseguirlo, las compañías deben readaptar sus modelos de negocio.
Pongamos un ejemplo: imaginemos que yo tengo un coche, y mi vecino tiene otro. En vez de utilizar cada uno su coche para ir a trabajar al centro, redistribuimos o reorganizamos los recursos. Lo que hacemos es compartirlo: un día lo lleva uno, y otro día, otro. Internet y nuevas tecnologías como la geolocalización han impulsado decisivamente esta tendencia a intercambiar objetos usados y a compartirlos.
Ventajas de la economía circular
Las economías circulares presentan tres claras ventajas:
- Son ecológicamente sostenibles. Las lineales, no: cada vez que tiras a la basura un móvil, la camisa o los zapatos que ya no usas, tienes que volver a gastar recursos económicos y humanos para reemplazarlos.
- Son socialmente sostenibles. Cuando no redistribuyes adecuadamente los recursos, generas desigualdades, pues muchas personas no pueden a acceder a productos o servicios básicos, como la comida. La economía circular, por el contrario, facilita que más personas se aprovechen de un mismo recurso.
- Son más baratas. Al eliminarse los intermediarios, los precios disminuyen. La transformación digital hace posible que las transacciones entre productores y consumidores sean más directas y simples.
De la basura a Wallapop
Al hablar de economía circular también es inevitable referirse a un cambio cultural, que llega de la mano de la transformación digital. Antes, cuando necesitábamos una mesa para nuestro salón, la comprábamos en una tienda y la usábamos. Si después queríamos redecorarlo, entonces llamábamos a un transportista para deshacernos de ella. Esto es un claro ejemplo de economía lineal.
Las nuevas generaciones tienden a reciclar. Hay un cambio cultural que favorece la economía circular
Hoy, esa mesa del salón que ya no usamos la ‘reutilizamos’ como recurso: la ponemos a la venta en páginas como Wallapop, por ejemplo. De este modo, nos encontramos también en la era del ‘reciclaje’. Las nuevas generaciones tienden a reciclar. Hay un cambio de tendencia que también se observa en otros hábitos cotidianos, como reservar hospedaje en vacaciones. La explosión de firmas como Airbnb son claros exponentes de ello.
Localización
Otra de las principales ventajas de la economía circular es la geolocalización. Estamos asistiendo a la llamada cuarta revolución industrial. Ya se están produciendo cambios enormes en materia de empleo. La robotización y la inteligencia artificial harán desaparecer miles de puestos de trabajo que sean repetitivos y susceptibles de digitalizar. Pero por suerte, una economía circular garantizará la redistribución de funciones y empleos, a través economías locales. Esta tendencia supondrá otros desafíos y oportunidades.
Por ello, estamos caminando hacia sociedades descentralizadas. De aquí a 20 años, la revolución tecnológica que reduce los costes marginales casi a cero, provocará que la globalización sea reemplazada por economías de localización.
La atomización de empleos permitirá una forma de trabajo basada en las tareas, bajo un modelo colaborativo
Como ya he indicado, la economía circular está muy amparada en la tecnología. Asistiremos a una atomización de los empleos. Esto permitirá una nueva forma de trabajo basada en las tareas. Las economías circulares necesitarán unas tareas específicas basadas también en modelos de la colaboración.
Pero nuestras compañías, en realidad, no están inmersas aún en una tendencia más grande que se vislumbra en otros grandes países de Europa. Se observan determinadas iniciativas, como las ecoaldeas (comunidades cuyo objetivo es ser sostenibles social, ecológica y económicamente. Su desarrollo se basa en un respeto por la sustentabilidad tanto alimenticia como económica, y en el reciclaje, entre otros factores). No obstante, aún nos falta mucho.
Sin cabida para lo que se gasta y se tira
Por suerte, las nuevas generaciones ya incorporan estos criterios de economías circulares, que serán esenciales en el futuro. No se puede vivir de otra manera. Debemos comprender que la economía lineal que todo lo gasta, lo consume y lo tira ya no tiene cabida. Principalmente, porque las economías lineales son tremendamente injustas. Queda demostrado al contemplar cuántos países son ricos y cuántos pobres en el planeta.
Para consolidar con éxito modelos de economías circulares hay que aplicar nuevas estrategias empresariales, pensar otros modelos de negocio, establecer políticas de ahorro de energía, reciclar y evitar la contaminación, y sistemas colaborativos entre otras medidas.
Los formatos de negocio que vienen no son modelos de margen ni de comisión, sino modelos de incentivos.
En la plataforma financiera que fundé, 2gether, estamos precisamente reconstruyendo el modelo de negocio en esa dirección. Los que vienen no son modelos de margen ni de comisión, sino modelos de incentivos.
En síntesis, vamos hacia la consolidación de la descentralización de las finanzas, de la producción (con la irrupción de las impresoras 3-d), de la energía (con las renovables)… De aquí a un futuro no muy lejano, veo sociedades descentralizadas y autogobernadas, donde la fuerza del trabajo se revalorice y adapte al contexto, con una importancia preponderante de las economías circulares.
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