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Frente al proceso editorial clásico, autoeditar un libro permite participar en todos los procesos de creación de una obra. Sin embargo, la calidad del producto final puede verse mermada.
Cada año se editan en España entre 70.000 y 90.000 libros, según datos del Ministerio de Cultura y Deporte. En concreto, el último informe disponible sobre el sector–la Estadística de la Edición Española de Libros con ISBN 2019–recoge que “el número de libros inscritos con ISBN fue de 90.073”. De estos, el 97,3 % fueron primeras ediciones. Sin duda, las cifras muestran lo complicado que puede ser que lo que escribe una persona llegue hasta sus potenciales lectores, más aún cuando el autor decide no trabajar bajo el paraguas de una editorial y autoeditar un libro o autopublicar.
De modo resumido, se puede definir la autoedición como el proceso en el que un autor se encarga de todos los pasos necesarios para que una obra que haya escrito se convierta en un libro disponible para el público. Es decir, que además de pensar y desarrollar la trama de una novela o los versos de un poemario, se ocupa de corregirlo, diseñar la portada, la tipografía, imágenes, maquetación, formato… tareas que tradicionalmente corresponden a los editores.
A la hora de autoeditar un libro, hay que tener en cuenta si será para formato en papel o digital (o ambos). Entre los consejos básicos están:
- Escribir en el formato adecuado: cuando uno inicia una obra literaria, no lo hace pensando en el tamaño que tendrán las páginas, ni en el estilo de letra ni su interlineado. Es más, aún hay muchos autores que escriben a mano y van transcribiendo poco a poco la obra a su ordenador o lo hacen cuando la tienen completa. Sin embargo, si antes de iniciarla decidimos el formato en el que será publicada, se ahorrará tiempo en la edición al saber el número de páginas, organización de los capítulos, posible índice, etc. Lo más habitual es utilizar Open Office o Microsoft Word y, al finalizarlo, pasarlo a formato pdf.
- Corrección: releer y revisar una obra es fundamental para evitar faltas de ortografía, erratas, repeticiones, incoherencias, fallos de concordancia… La autocorrección no suele ser lo más recomendable porque uno puede estar tan familiarizado con un texto que ya no percibe lo más obvio. Por eso, es aconsejable recurrir a una tercera persona para la lectura y corrección de la obra: mucho mejor si es un corrector profesional, tanto a nivel ortotipográfico como de estilo.
- Registrar la obra: un trámite básico—del que se encargan habitualmente las editoriales—ya que sin ISBN el libro no puede comercializarse en librerías (sí puede hacerse por otros canales). Hay que tener en cuenta que se necesita un ISBN por cada formato de obra, es decir, no será el mismo para una edición de tapa dura que para una versión electrónica. Se solicita en la Agencia del ISBN y el precio mínimo son 45 euros. También es necesario el depósito legal y el código de barras.
- Portada, título y sinopsis: son la carta de presentación de un libro y de ellos depende, en gran medida, que una persona que lo vea en la estantería de una librería o una página web se decida a comprarlo. Diseñar la portada no es una cuestión fácil y, por eso, es aconsejable pedírsela a un diseñador profesional.
- Maquetación: será diferente si se trata de formato online o en papel. En cualquier caso, es fundamental contar con un programa adecuado, como Adobe InDesign. En esta etapa se decide cómo será la cuestión “estética” del libro: la tipografía, los márgenes, el índice, la contraportada, etc.
- Impresión: lo más aconsejable es hacerlo bajo demanda aunque no siempre es posible y se exige un mínimo de ejemplares. Ponte en contacto con varias imprentas para comparar precios y opciones.
- Promoción: algo primordial, especialmente para un escritor novel, y que actualmente pasa necesariamente por la presencia en Internet a través de un blog propio y/o redes sociales. Señalar que hay redes sociales específicas para amantes de la lectura, en general, y para autores, en particular, como megustaescribir, Goodreads o anobii.
Diferencias entre autoedición y autopublicación
Hay que tener claro que editar y publicar un libro no son sinónimos y, por lo tanto, tampoco autoedición y autopublicación. Para que una obra se convierta en libro, debe pasar previamente por un proceso de edición en el que, entre otras cuestiones, se corrige el manuscrito, se maqueta y se diseña.
Una vez finalizada la edición, se pasa a la publicación. Por eso, puede suceder que una obra sea editada y no publicada porque el autor decide posponerlo, surjan problemas con los derechos legales, falta de presupuesto, etc. En todo caso, un mismo libro se edita una sola vez pero se publica muchas. Por ejemplo, una obra de poesía de la que se publican mil ejemplares, pero se ha editado uno solo para determinar su estructura, tipo de letra, portada e imágenes interiores.
Un paso más allá de la autoedición: ¿dónde se puede autopublicar?
Existen varias posibilidades para hacerlo. La más clásica pasa por autoeditar uno mismo el libro—utilizando diferentes programas online como el de Bubok o Lulu—y después llevarlo a la imprenta y encargarse de su promoción y venta.
Frente a esto, cada vez son más las webs que ofrecen la edición y posterior publicación. Entre ellas están Círculo Rojo, Caligrama, Letrame o CreateSpace de Amazon. Hay que tener en cuenta que cada plataforma tiene sus tarifas y condiciones, ya que algunas, por ejemplo, incluyen la distribución física en librerías y/o en formato digital en diferentes webs. El porcentaje que se llevan de las ventas también varía.
Opción no recomendada para profesionales
La autoedición requiere de tiempo y esfuerzo al recaer en una misma persona todos los procesos necesarios para transformar una idea en una novela, poemario, ensayo o pieza dramática. Por eso, no es la opción más recomendable si queremos publicar una obra de calidad y con todas las garantías.
El Máster en Escritura Creativa online de UNIR está orientado a formarse profesionalmente como escritor y contar con las herramientas necesarias para elaborar textos que cuenten con la calidad suficiente para ser publicados por una editorial. Esto lleva parejo varias ventajas, como que los textos sean revisados por correctores, disponer del apoyo y asesoramiento de un editor, llegar a más lectores, etc. De hecho, en el plan de estudios del máster, se incluye un tema específico sobre esta cuestión dentro de la asignatura Gestión Editorial.