Pedro Fuentes Rueda
Dos expresiones suenan insistentemente el mundo del marketing, sin duda son branded content y storytelling. Además, deben interesar especialmente a un futuro guionista, porque alrededor de estas palabras hay un nicho laboral importante.
Si hay dos expresiones que últimamente suenen de forma insistente en el mundo del marketing, sin duda son branded content y storytelling. Además, deben interesar especialmente a un futuro guionista, como mis alumnos del Máster en Guion online de UNIR. Como veremos, alrededor de estas palabras hay un nicho laboral importante.
Vayamos por partes: ¿Qué se entiende por branded content? Esta expresión alude a una estrategia publicitaria cuyo objetivo es el de generar notoriedad de marca más que la venta de un producto en sí. El branded content es un tipo de publicidad no invasiva, que crea un contenido de calidad y que favorece que sea compartida por la audiencia.
Uno de los primeros ejemplos de branded content de la historia es la serie de dibujos animados Popeye, creado por el encargo de la cámara de productores de espinacas de EE.UU
Aunque esta técnica parezca nueva, en realidad no lo es. Uno de los primeros ejemplos de branded content de la historia es la serie de dibujos animados Popeye, personaje que fue creado a partir del encargo de la cámara de productores de espinacas de EE.UU para fomentar su consumo entre los niños.
Dentro del branded content adquiere un especial valor la técnica del storytelling que básicamente consiste en el arte de narrar una historia. ¿Y por qué es tan importante? Porque no hay nada como una buena narración para atrapar la atención del público. Cuando una historia conecta, cuando se produce empatía entre el espectador y los personajes de una ficción, esta se queda en el recuerdo para siempre. Hay algo en la conexión emocional que consigue crear un buen relato, que permite que este perdure en la memoria mucho más allá que una sola frase o una imagen.
El ejemplo de Casa Tarradellas
Una de las marcas que mejor ha entendido este concepto de transmitir una serie de valores asociados por medio de una historia es Casa Tarradellas. La empresa lanzó en octubre de 2016 una campaña bajo el lema “como en casa en ningún sitio”, compuesta por varios anuncios. Probablemente, el mejor de ellos sea este que cuenta la historia de un padre separado que descubre que su hija adolescente acaba de romper con su novio.
El anuncio presenta un conflicto cotidiano con ciertos toques de humor y que rápidamente consigue la empatía del espectador por los dos personajes involucrados en la historia. Porque ¿quién no ha vivido algo parecido ya sea en su juventud o como adulto?
La lotería de Navidad
Otro anuncio que se ha convertido en un clásico es el de la Lotería de Navidad. De unos años a esta parte, sus anuncios son historias redondas que consiguen llegar al corazón de los televidentes fácilmente. Uno de los mejores fue el que contaba la historia de Justino, vigilante de seguridad de una fábrica de maniquíes y que fue protagonizado por un personaje de animación.
Estas historias, a veces no son tan cortas y van más allá de los pocos minutos que suele durar un anuncio publicitario. Es el caso del cortometraje La vuelta a la tortilla que Paco León rodó para la marca Buckler 0,0. Esta película cuenta la historia de una chica en tratamiento para combatir el cáncer de mama y que tiene una primera cita con un chico.
Fuera del ámbito de lo que es contar una historia al uso, también hay grandes ejemplos de publicidades que narran algo más y que lo hacen con un cierto sentido dramático. Probablemente, el mejor anuncio de las Navidades pasadas fue el realizado por Ikea, que presenta un concurso para familias.
Estos son algunos ejemplos de publicidad creada con la técnica del storytelling, pero hay muchos más. Por supuesto, son los profesionales del marketing los que mejor pueden diseñar una campaña al completo, pero a la hora de contar cualquiera de los relatos que se incluyen aquí, nada como un buen experto en historias para crearlas. Debe ser alguien que conozca los resortes de la narración, que sepa utilizar los diferentes elementos dramáticos como, por ejemplo, creación de personajes que provoquen interés o dosificación de la intensidad para llegar al clímax y esos profesionales son, sin duda alguna, los guionistas.